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Tema: Ley D’Hondt vs. reparto proporcional de escaños

  1. #1
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    Ley D’Hondt vs. reparto proporcional de escaños

    Traigo un interesante y elaborado análisis del tinglado electoral vigente desde la Transición. Aunque es un texto de hace unos años y escrito desde una óptica pro-democrática, resume bien los detalles técnicos del sistema electoral que padecemos en España y sus deficiencias.

    Ley D’Hondt vs. reparto proporcional de escaños

    29/09/2011 · por Daniel Cuñado · in Política · 4 comentarios
    Ahora que se acercan las Elecciones Generales del 20-N de este fatídico año 2011, me interesa hacer una reflexión sobre el reparto de escaños, que es siempre un tema polémico. De hecho, de entre las diferentes propuestas del llamado “movimiento 15-M”, aparte de la cuestión relativa a la supresión de los privilegios de la casta política, que es sin duda lo que más simpatía ha concitado, posiblemente el segundo punto más aplaudido ha sido la exigencia de una reforma en el sistema de reparto de escaños.
    Actualmente, la asignación de escaños en las elecciones generales se hace en base a lo siguiente:

    • El territorio nacional se divide en circunscripciones electorales: las 50 provincias, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
    • A cada circunscripción se le tiene asignado un número de escaños. Ceuta y Melilla tienen uno cada una de ellas. Cada provincia tiene garantizado un mínimo de partida de dos escaños. De esta forma, quedan ya asignados 102 escaños. El resto de escaños se reparte de forma proporcional al número de habitantes de cada provincia. (De ahí que provincias muy poco pobladas tengan al menos 2 escaños cuando de otra manera no les correspondería).
    • En cada circunscripción, una vez computados los votos válidos y en blanco (no los nulos), se descartan las formaciones que no hayan alcanzado un mínimo del 3% de los sufragios
    • De entre las restantes, se reparten los escaños siguiendo el sistema D’Hondt (que no ley, como coloquialmente se dice)

    Este método da lugar a grandes disparidades en cuanto a la valía del voto de los ciudadanos. Varios ejemplos tomando datos de las Elecciones Generales de 2008:

    • El escaño del PP por Melilla le “costó” sólo 15.717 votos. En Ceuta, 20.040 votos. Por el otro extremo, el mismo Partido Popular necesitó de 116.110 votos para alcanzar un escaño por Vizcaya. En Madrid, cada escaño del PP vino respaldado por 95.743 votos de media.
    • Aparte de la particularidad de Ceuta y Melilla, donde al tener un único escaño, la lista más votada se lo lleva todo, independientemente de si los votos estaban más o menos repartidos, tenemos casos como el de Zamora (33.350 votos por escaño del PP), Palencia (29.325 votos por escaño del PP), Segovia (26.700 votos por escaño del PP), Soria (23.868 votos por escaño del PSOE), o Teruel (19.309 votos por escaño del PSOE).
    • En el extremo contrario, Izquierda Unida necesitó de 164.595 votos en Madrid para llevarse un escaño, mientras que sus 58.091 votos en Sevilla o sus 46.683 votos en Valencia no le dieron representación.
    • Otros escaños “caros”: los 155.674 votos del escaño de ICV por Barcelona o los 132.095 votos por el escaño de UPyD por Madrid.
    • Y no sólo IU se quedó sin escaños con cifras altas de votos. El PP en Girona no consiguió representación en la circunscripción de Girona, pese a tener 40.722 votos en la misma.

    En resumen, podemos decir que los vicios del sistema actual son los siguientes:

    1. Los votos de un cuidadano valen más o menos dependiendo de en qué provincia viva.
    2. La disparidad de votos por escaño es altísima, en una relación extrema de 10,5 a 1 (PP en Melilla frente a IU en Madrid).
    3. El sistema actual beneficia a los partidos mayoritarios en cada circunscripción, y perjudica especialmente los partidos minoritarios nacionales, que reparten votos por las diferentes circunscripciones.

    [Por cierto, un inciso para desmontar uno de esos bulos que circulan por Internet: los votos en blanco no se asignan a la fuerza más votada. Pero sí pueden perjudicar a los partidos minoritarios porque al computar en el número de votos de la circunscripción, elevan el listón del mínimo de sufragios para ser tenidos en cuenta en el reparto de escaños.]
    Entonces, ¿por qué mantenemos este sistema? Tiene las siguientes ventajas:

    1. Facilita la gobernabilidad del país, porque da lugar a mayorías más estables.
    2. Evita la atomización de la Cámara en multitud de pequeños partidos.
    3. Beneficia a las provincias pequeñas, en una especie de “progresividad” electoral, discriminando positivamente a los “débiles”.

    Esto digamos que tenía bastante sentido en la Transición, pero a día de hoy ya no está tan claro que sea lo correcto, en una democracia (teóricamente) consolidada.
    ¿Cuál podría ser la alternativa? La iniciativa “Democracia Real Ya“, aparte de algo que francamente me parece bastante tonto que es reclamar que el voto en blanco y el voto nulo tengan representación parlamentaria (¿sillones vacíos, para qué?), reclaman un sistema proporcional. Esto es más difícil de articular de lo que parece, pero si uno investiga un poco, acaba llegando al Cociente Droop como un adecuado método de reparto proporcional de escaños, y que se usa en diversos países como Irlanda y Australia. Esto, sumado a considerar para las elecciones generales una circunscripción electoral única, para que cada ciudadano español pueda estar seguro de que su voto vale lo mismo que el de cualquier otro, daría lugar a un reparto muy diferente del actual, como muestran las siguientes tablas para las últimas tres elecciones generales:





    Nótese que he incorporado, aparte del reparto actual y del reparto proporcional por el cociente Droop, una “tercera vía” que consistiría en mantener el sistema D’Hondt, pero aplicado a una única circunscripción electoral nacional, y sin hacer ningún tipo de descarte por mínimo de sufragios.
    A la vista de las tablas, resulta fácil llegar a las siguientes conclusiones:

    • El sistema actual tiende claramente a un bipartidismo (beneficia a los mayoritarios) con tendencia al desempate (porque pequeñas diferencias de votos se magnifican en el resultado final), por lo que es difícil pensar que PP ni PSOE quieran modificarlo. El Sr. Rubalcaba ha dicho ambiguamente que piensa proponer una reforma, pero sin concretar, y me imagino que lo hará con la boca pequeña y la “tranquilidad” de saberse perdedor.
    • Los partidos nacionalistas mayoritarios (CiU, PNV, CC) también ganan con este sistema (porque son partidos mayoritarios en sus ámbitos de influencia), lo cual refuerza la idea anterior de poca intención política por el cambio.
    • Los partidos nacionales minoritarios (actualmente IU y UPyD) pierden mucho con este sistema. El caso de IU podríamos decir que es escandaloso, porque con el sistema actual no tienen apenas representatividad y se comete una grave injusticia con sus votantes. CiU, con un 20% menos de votos que ellos, tiene cinco veces más representación parlamentaria.
    • Los partidos nacionalistas minoritarios también pierden con el reparto.

    Lo que ocurre con la propuesta de reparto proporcional es que efectivamente atomizaría mucho el Congreso de los Diputados, y sería bastante complicada la gestión de los debates parlamentarios y la consecución de mayorías. En 2000, por ejemplo, se da el caso más extremo. Si el sistema electoral actual dio lugar a una mayoría absoluta del PP, con el cociente de Droop el PP habría necesitado de CiU y PNV para conseguir mayorías. Si habitualmente se critica que se produce un abuso de poder de los partidos nacionalistas por su condición de “bisagra”, con un reparto proporcional, esta deformación de la democracia hacia una “tiranía de la minoría” sería aún mayor.
    Por ese motivo, pienso que objetivamente sería más apropiado el sistema D’Hondt pero aplicado a una única circunscripción nacional y sin mínimos. La representación se atomiza menos y la homogeneidad de votos por escaño se cumple incluso en mayor medida que con un sistema proporcional (que asigna escaños a formaciones minoritarias con menos de la mitad de votos por escaño que las mayoritarias). También con este sistema se recortan las mayorías pero en menor medida, por lo que el bipartidismo sigue la estela de lo que se aprecia en la pauta global de votos, pero se proporciona una representación mucho más apropiada a una formación como IU, que sería la tercera fuerza en número de escaños como ya lo es en votos.
    Ahora bien, con este planteamiento, las mayorías no son lo suficientemente contundentes como para dar lugar a gobiernos fuertes. Lo cual nos lleva a una de las paradojas de la democracia. Os invito a una reflexión sobre qué sería lo mejor para un país como España en una situación como la actual. ¿No interesa ahora mismo un gobierno con mayoría absoluta que pueda tomar las duras decisiones necesarias para tratar de enderezar el rumbo? Pero creo que queda claro que lo que tenemos ahora, que es precisamente lo que nos puede conducir a una mayoría absoluta, es objetivamente injusto desde un concepto teórico de la democracia en la que el voto de cada persona es igualmente válido.
    Seguro que más de uno dirá que a veces es mejor vivir en la ignorancia y la continuidad. Yo no lo pienso, pero como me gusta decir, la realidad no es de blanco y negro. Espero por lo menos que este post sirva para rehabilitar la figura del matemático y jurista belga Victor D’Hondt, que desarrolló este método en 1878, y que yo francamente visto lo visto creo que funciona, porque lo que falla no es su sistema, que es francamente ingenioso y efectivo, sino el criterio de las 50+2 circunscripciones electorales.
    Nota 21-11-11: Continuando lo expuesto en el presente artículo del mes de septiembre, he elaborado la misma tabla para las Elecciones Generales de 2011. Ver artículo aquí.

    https://danielcunado.wordpress.com/2...al-de-escanos/

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    Comentario mío:


    Coherentemente con un sistema de democracia inorgánica, el reparto proporcional de escaños es sin duda el sistema a implantar. Las objeciones que pone el articulista al mismo (caos parlamentario consecuencia de la atomización de la Cámara en grupos muy distintos) no creo que superen el principio "un hombre, un voto" que, supuestamente, defienden los demócratas por encima de todo (y poco importaría que no fuera así) y es una de las absurdeces en las que se sostiene el sistema. Pero, en cualquier caso, es obvio que el reparto proporcional de escaños es el que más responde a dicho principio.

    Bien es cierto que el llamado Cociente Droop da unas situaciones, en principio, sorprendentes. Si nos fijamos en el cuadro en referencia a las elecciones del año 2000 vemos que hay partidos que obtienen escaño con poco más de 10000 votos (entre ellos una formación falangista). Esto se debe a que cuando se han asignado todos los escaños fijados por una cuota proporcional, se adjudican en función de los restos de dividir los votos de la candidatura entre dicha cuota. Así, es posible que candidaturas que no superan la cuota -y cuyos votos recibidos se van en su totalidad al resto- sí obtengan escaño debido al reparto de los restos.

    Es cierto que formaciones muy minoritarias pueden obtener escaño sin en realidad haber recibido muchos votos. No obstante, con el sistema d'Hondt los partidos mayoritarios obtienen escaños bastante "baratos" (el ejemplo que pone el artículo de un escaño por Melilla que se llevó el PP con 15000 votos). Pero un escaño de diferencia no hace nada al PPSOE, mientras que puede servir para dar voz a grupos minoritarios que no tienen oportunidad de ser conocidos. ¿Hablaban de "pluralismo"? Pues dos tazas. Además, al haber tantas formaciones podrían probar sus habilidades de "consenso" y "diálogo" de las que tanto alardean.

    Y más allá de todo lo anterior, que simplemente demuestra, una vez más, que el sistema liberal no es coherente ni con sus principios (lo cual poco o nada debería importarnos) un sistema proporcional sería el que haría más sencillo que una candidatura patriótica pudiera tener voz en el parlamento. A modo de prueba, tras una cuenta rápida se puede constatar que Unión Nacional hubiera sacado entre 7 y 8 diputados en 1979 si aplicamos el método del "Cociente Droop". No quiero decir que todo sea positivo, pero sin duda es un tema para estudiar a fondo. Si alguien conoce más información sobre el tema sería interesante conocerla.
    Última edición por raolbo; 27/11/2016 a las 22:28
    Kontrapoder y Pious dieron el Víctor.

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    Re: Ley D’Hondt vs. reparto proporcional de escaños

    Pues me parece muy interesante el artículo que nos traes y el comentario que formulas al final. Se nota que controlas de matemáticas

    Tienes razón en que el sistema más coherente sería la circunscripción única con reparto proporcional, a ser posible sin establecer mínimos. Además es el sistema que más nos conviene a los que no tenemos representación parlamentaria. Ahora, el problema que le veo es que en territorios poco poblados (como gran parte de Aragón y de Castilla-León) o de gran importancia estratégica (como Ceuta y Melilla), el voto de sus ciudadanos apenas serviría de nada, en comparación con la gran masa de votantes que se aglomera en Madrid, Barcelona y otras grandes urbes. La España rural tendría poco peso en las votaciones en comparación con los centros urbanos, lo que sospecho redundaría en ese proceso de despoblación del campo. Pero quizá eso no impide que, por el momento, siga siendo preferible la opción de circunscripción única con reparto proporcional.
    Última edición por Kontrapoder; 28/11/2016 a las 00:12
    raolbo y Pious dieron el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  3. #3
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    Re: Ley D’Hondt vs. reparto proporcional de escaños

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    Completamente con lo que afirmas, Kontrapoder. Sin menoscabo de lo que has escrito, escribo unas cuantas reflexiones inconexas sobre el asunto:

    Ciertamente, no querría dejar la impresión de que pretendo perjudicar a la España rural ni mucho menos Ceuta y Melilla, aunque como "urbanita" empedernido siempre me olvide de todas estas realidades, que retienen probablemente el último poso de la verdadera España mientras otros nunca estaremos a la altura.

    En cualquier caso, me pareció muy sagaz el comentario de Donoso (Opinión de Christopher Ferrara para las 58ª elecciones a la presidencia de EE.UU.) de hace unas semanas en el que decía que al final todo dará igual si no tenemos un proyecto político propio a largo plazo. Es decir, poco importa cómo sea el sistema electoral si ni siquiera somos capaces de aclararnos entre nosotros, lo que es condición necesaria para hacer llegar un mensaje a una masa social determinada.

    De todos modos, sí considero digno de análisis el sistema electoral vigente como otra de las herramientas de las que se sirven los amos del cotarro para dominar al pueblo, que quieren ver convertido en borregada. Y es digno de mención que el movimiento "DemocraciaRealYa" -que señalaba las contradicciones del sistema demoliberal con sí mismo, y precisamente por ello era una iniciativa errada de base aunque bienintencionada- considerara como deseable el reparto proporcional. Y, en efecto, debo reiterar que es probablemente el sistema electoral más coherente con una democracia inorgánica. Además, se halla implantado en diversos países como Irlanda.

    Por otra parte, una lectura detallada del artículo nos deja claro que el sistema d'Hondt es el sistema de la "estabilidad" y del "consenso" y, por lo tanto, el propio de los reaccionarios (en el sentido capitalista) y de los reformistas mediocres subvencionados al estilo PODEMOS. Evidentemente, los que montaron el tinglado sabían lo que se hacían.

    En cualquier caso, nunca hemos de dar por sabido que la salvación de España nunca podrá llegar por las urnas -que en todo caso no serán más que una vía complementaria- y que al final es poco importante que el Régimen sea coherente con sus principios, como afirmé en mi anterior mensaje.
    Kontrapoder y Pious dieron el Víctor.

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