Sí, hay cosas bastante inquietantes en esas falanges, especialmente las que se vinieron denominando "auténticas". Lo más triste fue el episodio que protagonizaron algunos falangistas que colaboraron como tontos útiles en las infiltraciones de izquierdistas en la Organización Sindical y en la formación de CCOO. Una cosa es el diálogo con rojos no muy ideologizados y otra hacer el panoli con dirigentes marxistas completamente dogmatizados que jamás te perdonarán que seas fascista (su ideología más odiada). Espero que se aprendiera la lección al ver que nada de eso benefició a la Falange.
Y, además de en lo de "rojear" demasiado, esos "auténticos" también se equivocaban, en mi opinión, en tratar de desvincular a la Falange del fascismo y en negar el valor de Ramiro Ledesma.
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