La dirección del PP asegura que el Gobierno seguirá garantizando el cumplimiento
de la ley y la unidad nacional pase lo que pase con la formación del nuevo Ejecutivo catalán.
Batacazo electoral con los peores resultados
de su historia en Cataluña y fiasco en el objetivo
de acabar con la hegemonía parlamentaria
de los independentistas. Es el balance del 21-D para el Gobierno
de Mariano Rajoy y para el PP en una jornada negra que paraliza los planes del jefe del Ejecutivo para asegurarse la estabilidad y proseguir con la legislatura paralizada desde septiembre. Las urnas confirmaron los peores presagios para los intereses
de los populares: Ciudadanos captó el 'voto útil'
de los constitucionalistas hasta dejar a la candidatura
de Xavier García Albiol en tres diputados, ocho menos que en 2015.
Mientras el candidato reconocía en Barcelona que era "un día malo" tanto para el PP "como para Cataluña", desde la dirección nacional del partido, Pablo Casado advertía
de que el Gobierno seguirá garantizando el cumplimiento
de la ley y la defensa
de la unidad nacional pase lo que pase con la formación del nuevo Ejecutivo
de la Generalitat.
Mariano Rajoy siguió el recuento electoral en la sede
de Génova acompañado por los principales dirigentes del partido y algunos miembros
de su gabinete, como la vicepresidenta, Soraya Sáenz
de Santamaría. Pasada la medianoche y confirmado que el PP se quedaba en tres escaños, Casado fue el encargado
de dar la cara para reconocer el "mal resultado"
de su formación, felicitar a Ciudadanos por quedar primeros y destacar que los independentistas siguen teniendo menos votos que las demás formaciones representadas en el Parlamento autonómico.
También concurrió Casado para ejercer
de portavoz del Ejecutivo con el fin
de lanzar un mensaje
de tranquilidad a todos los españoles en general, y a los catalanes en particular, porque "ya nada será igual" que antes
de la aplicación del 155
de la Constitución. Además, agregó que igual que el PP acata los resultados
de los comicios, los independentistas tendrán que acatar la ley, y sus principales dirigentes, Puigdemont, Junqueras y sus consejeros implicados en el golpe secesionista, responder ante los jueces
de sus delitos. "Si alguien vuelve a la vía
de la ilegalidad, se encontrará con las mismas consecuencias", reiteró el portavoz del partido. Para análisis detallados, remitió a la reunión del comité ejecutivo.
La nueva mayoría secesionista obliga al Gobierno a mantener el pulso con el Ejecutivo que pueda formarse en una Cámara autonómica con una composición muy parecida a la disuelta por el propio Rajoy con el artículo 155
de la Constitución. El 'pinchazo' en las expectativas levantadas por el PSC
de Miquel Iceta y la subida
de votos y escaños
de la suma
de las listas
de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras completan un panorama que no estaba en las previsiones
de Moncloa ni
de la sede
de Génova, convencidos
de que en el peor
de los casos ERC tomaría el testigo del expresidente
de la Generalitat.
Además
de pasar
de 11 a tres escaños, el PP se ha dejado en el 21-D más
de la mitad
de los votos que obtuvo el propio Albiol en el año 2015. El desastre electoral del PP en Cataluña no tiene precedentes en su historia. En 1988, todavía como Alianza Popular y con Jorge Fernández Díaz al frente, obtuvo seis escaños. La refundación
de José María Aznar, y ya con Alejo Vidal-Quadras
de candidato, trajo a los populares durante los años noventa hasta 17 diputados. Después
de volver a bajar en representación con Josep Piqué, en los comicios
de 2010 y 2013 Alicia Sánchez Camacho llegó a los 18-19 escaños, los mejores resultados
de su historia.
Además
de pasar
de 11 a tres escaños y quedarse sin grupo parlamentario propio (los populares se tendrán que integrar en el mixto con la CUP), el PP se ha dejado en el 21-D más
de la mitad
de los votos que obtuvo el propio Albiol en 2015. Pierde los tres diputados que tenía en las circunscripciones más pequeñas (Tarragona, Lleida y Girona) y otros cinco en Barcelona. El desastre electoral, del que nadie hace responsable en Génova al candidato, será analizado este viernes en el comité ejecutivo convocado al efecto por Rajoy, ya en previsión
de un fiasco que se ha visto confirmado en las urnas con toda crudeza.
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