Artículo expuesto por el camarada argentino Cruz y Fierro en el Foro STM – www.tomasmoro.org

SOBRE FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA



A propósito de Francisco Elías de Tejada, "Corrispondenza Romana" informa la edición de un nuevo volumen que recoge artículos y discursos de Filosofía Política escritos por el conocido intelectual carlista. El titulo es Europa, tradizione, libertà y el recopilador es el profesor Giovanni Turco, autor también del amplio ensayo introductorio que, a manera de prólogo, resume con claridad y precisión las premisas filosóficas y las consecuencias políticas del pensamiento de este exponente del tradicionalismo del siglo XX.



Tejada denuncia que, a partir del Iluminismo, en Europa es impuesta una revolucionaria concepción del hombre reducido a individuo, vivo fuera del tiempo y del espacio, que pretende ignorar la historia, la naturaleza y a Dios, que construye una sociedad artificialmente organizada en sistemas de representación y de poder igualitarios, arbitrario e implícitamente totalitarios.




Tal absurdo e idólatra antropocentrismo no podía mas que provocar la "muerte del hombre" y las dramáticas consecuencias político-sociales que han devastado el siglo XX.




Frente a esta falsa y ruinosa ideología, el autor contrapone la tradicional concepción del hombre como persona concreta hecha a imagen de Dios, viviendo según su naturaleza, en la historia y en la sociedad, como heredero y encarnación de una tradición religiosa, cultura y civil.




El hombre real nace en el seno de una familia, de una comunidad local y de una patria, en las cuales debe ocupar un puesto y desempeñar un papel preciso.




Su vida social se organiza basándose en un sistema de representación local, a partir del municipio, en el cual puede cumplir la propia misión de familiar, ciudadano y patriota, gozando de la libertad concreta que le permiten desarrollar sus propias capacidades espirituales y materiales.




Paralelamente, la comunidad política (o Estado) no es considerada como una suma de individuos que arbitrariamente conviven, ni como un ente colectivo que los absorbe y anula, sino como un corpus social, una Comunidad orgánica compuesta de familias y micro-sociedades, que realiza el bien común en su concreta e histórica exigencia. Es esta perspectiva, los artificiales y abstractos conflictos entre libertad y autoridad, anarquía y totalitarismo, individuo y Estado, particularismos y universalismo, son todos superados en el interior de un orden político jerárquico que garantiza la libertad en la paz y la unidad en la pluralidad.




En la historia de España y de las patrias que ella generó en el continente latinoamericano, tal sistema político estuvo basado por siglos sobre los fueros, o sea sobre los organismos de auto-gobierno y de representación local que encarnaban las tradiciones de la Comunidad, y que funcionaban como salvaguarda de la libertad individual, barrera contra los abusos, garantía del bien común.




Este ejemplo histórico permite descartar la actual falsa alternativa entre un centralismo totalitario y un separatismo anárquico, al cual Tejada opone la tradicional solución realizada en la vida civil del pueblo cristiano. Ella consiste en promover el renacimiento de las autonomías locales, basadas sobre vínculos de sangre, afinidad y amistad, manteniéndose jerárquicamente unidas y ordenadas en el común vínculo de la sociedad política organizada, organizada en los cuerpos intermedios y compuesta no de personalidades o lobbies o partidos caracterizados por una ideología abstracta o intereses facciosos, sino de una auténtica élite que aseguren la máxima libertad posible en el máximo orden debido.




Settimanale "Corrispondenza Romana", n. 936, 4 marzo 2006.