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Tema: Sucesos y comentarios en torno a la tradicional celebración matritense de Cristo Rey

  1. #1
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    Sucesos y comentarios en torno a la tradicional celebración matritense de Cristo Rey

    Fuente: A. E. T., Boletín de Información de la Comunión Tradicionalista, 1er. Distrito Universitario (Cataluña y Baleares), Número 2, Noviembre 1943, página 4.



    LA FESTIVIDAD DE CRISTO-REY EN MADRID


    En la Iglesia de las Comendadoras de Santiago, se celebró una Misa organizada por la Comunión Tradicionalista en honor a Cristo-Rey. Con este fin fueron acudiendo a dicha Iglesia los carlistas que, en espera de la hora señalada, se estacionaban en los alrededores o en el Atrio. A las once menos cinco, en correcta formación y precedida por su bandera roji-negra, presentóse la centuria de choque “Franco” que paró frente al templo. Al acto provocador contestaron los requetés madrileños, haciendo saber a las “jerarquías” falangistas que recogían el reto y les prohibían la entrada en el templo. Uníase a los provocadores la centuria “José Luis Arrese”, mientras unos agentes de investigación de F.E.T. trataban de desmoralizar a los carlistas. Los “jaleos” aislados se sucedían ahogados a puñetazos por los requetés, hasta que al filo de las once un individuo con uniforme negro y cargado de yugos y medallas, previa la formación del cuadro con las fuerzas a sus órdenes, dio la voz de: ¡Adelante!, y con la bandera [a] guisa de lanza, intentaron asaltar la puerta, custodiada por muchachos de nuestra juventud y requetés. El primer empuje hizo ceder algo la primera línea, logrando entrar unos metros en el Atrio algunos de los asaltantes; pero la reacción, violentísima, arrojó a los que trataban de entrar y, taponando los laterales, alcanzó de nuevo la puerta, que inmediatamente se cerró, abriéndose a propia voluntad para echar fuera dos agentes de investigación y un rezagado de las centurias, los que (mientras en manos de los carlistas estuvieron) fueron respetados religiosamente.

    La Misa fue solemne y cantada por las margaritas, que se encargaron del adorno del templo, destacando en lugar de honor las banderas Nacional y del requeté. El sacerdote glosó la significación y finalidad de la fiesta llenando a los asistentes de religioso fervor y enalteciendo los ánimos para el leal y entero cumplimiento del deber. Acabada la Misa se encontraron los asistentes al Acto con que la policía, que había entrado por la Sacristía, prohibía la salida mientras no se entregase la bandera de falange que se les había arrebatado.

    Las dos centurias, vapuleadas y en ridículo, antes de marcharse encomendaron a la policía que recuperara la bandera que ellos no habían sabido defender ni rescatar. Pidióla la policía, no falange, mediando el laureado General Tella, asistente al acto, entregándose a un comisario de policía los girones de la bandera, y quedando en nuestro poder, no obstante, el corbatín y remate de la misma con el yugo y las flechas.

    Los asistentes salieron en grupos, atravesando por entre dos filas de la policía armada, bajo la mirada de unos “valerosos falangistas” que iban señalando los que habían de ser detenidos. Desembocaba la riada de carlistas en la calle Ancha, canalizada por la fuerza pública, e iban desparramándose por las calles contiguas, animosos todos y preparados para rechazar las agresiones aisladas y alevosas, como hubo de hacerse en la Glorieta de San Bernardo, donde quedó en el suelo revolcándose un falangista, y otro era retirado en brazos de las chicas de la S. F. en frente de la Universidad Central y de la calle Princesa.

    Y en la cárcel quedan, a pesar de su “afección al Movimiento”, como tuvo el cinismo de publicar la Hoja Oficial del Lunes [1], los carlistas que supieron defender su honor y su derecho. Los agredidos en la cárcel, los agresores libres. ¡Todo un poema!

    A nuestros amigos de la A.E.T. madrileña, a nuestros hermanos requetés y a los correligionarios todos que supieron cumplir con su deber, particularmente a los detenidos, una felicitación cariñosa y toda nuestra solidaridad.



    [1] Nota mía. Fiesta Cristo Rey 1943.pdf
    Última edición por Martin Ant; 03/11/2018 a las 20:39

  2. #2
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    Re: Sucesos y comentarios en torno a la tradicional celebración matritense de Cristo

    Fuente: ¿Qué Pasa?, 24 de Noviembre de 1973, página 4.



    EN LA FESTIVIDAD DE CRISTO REY


    Un grupo de católicos, queriendo recordar la significación que para los españoles ha tenido siempre la fiesta de Cristo Rey, convoca a cuantos quieran sumarse a esta conmemoración religiosa, a una misa que tendrá lugar el sábado 24 de los corrientes, a veinte horas, en la iglesia de las Calatravas –calle Alcalá, 25–, y a una cena de hermandad en el restaurante El Bosque –a las veintidós horas del mismo sábado, calle Almansa, 77–, a cuya terminación dirigirán unas palabras alusivas a la festividad los profesores don Gustavo Villapalos Salas, don Vladimiro Lamsdorff-Galagane y don Rafael Gambra Ciudad.

    Las invitaciones para la cena, al precio de 250 pesetas, podrán recogerse en Speiro –calle General Sanjurjo, 38–; «Fuerza Nueva» –calle Núñez de Balboa, 31–, y en el Centro de Estudios Zumalacárregui –calle Maestro Victoria, 8– o en el propio restaurante.


    POR «IGLESIA MUNDO»

    Don Jaime Caldevilla y G. del Villar.




    POR «FUERZA NUEVA»

    Don Balbino Rubio Robla.

    Don José Antonio Ortiz Agustín.

    Don José Ramón Sabater.




    POR «SPEIRO»

    Don Julio Garrido.

    Don Julián Gil de Sagredo.

    Don Francisco José Fernández de la Cigoña.




    POR EL CENTRO DE ESTUDIOS ZUMALACÁRREGUI

    Don Francisco Elías de Tejada.

    Don Carlos Abraira.

    Don José Márquez de Prado.

    Don Joaquín García de la Concha.



    ------------------------------------------------------------------

    Fuente: ¿Qué Pasa?, 22 de Diciembre de 1973, página 11.




    La Festividad de Cristo-Rey, el Centro de Estudios “General Zumalacárregui” y la Unidad Católica de España

    A los mil trescientos cuarenta y seis años de la Unidad Católica bajo Recaredo [1], y a los seis de su ruptura bajo el nombre de «Libertad Religiosa», el Centro de Estudios «General Zumalacárregui», en colaboración con otras organizaciones significadamente católicas, realizó una especial celebración de la fiesta de Cristo Rey en Madrid el sábado día 24 de noviembre.

    En la santa iglesia de las Calatravas –calle Alcalá, núm. 35– se ofició una misa solemnísima, durante la cual pronunció una emotiva plática el reverendo padre don Manuel Alemán de la Sota, presidente del Consejo de Administración de la sociedad que edita la revista «Iglesia Mundo».

    A continuación, el Centro patrocinó una cena de hermandad, extraordinariamente concurrida, a cuyos postres hicieron uso de la palabra los profesores don Gustavo Villapalos, don Vladimiro Lamsdorff-Galagane y don Rafael Gambra Ciudad.

    La proximidad del comienzo de las reuniones del pleno de la Conferencia Episcopal Española, matizó de modo singular las intervenciones de los oradores y la trascendencia de los actos, que se cerraron con la lectura del secretario general del Centro Zumalacárregui, don Joaquín García de la Concha, de los textos de los telegramas enviados, con esa misma fecha, por dicha entidad, al excelentísimo señor Presidente del Gobierno, don Luis Carrero Blanco; a su eminencia reverendísima cardenal Villot, de la Secretaría de Estado en el Vaticano; a su eminencia reverendísima cardenal Enrique y Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal, y a monseñor Guerra Campos, obispo de Cuenca.

    Cuyos textos se transcriben a continuación:


    * * *


    Don Luis Carrero Blanco
    Presidente del Gobierno
    MADRID

    Católicos españoles reunidos Fiesta Cristo Rey esperan vuecencia, ocasión próximo Concordato, restablezca legalmente unidad católica de España por ser consustancial nuestro ser nacional, además exigencia irrenunciable sangre nuestros muertos. Punto. Respetuosamente.

    Por Centro Estudios Zumalacárregui
    FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA, presidente
    JOAQUÍN GARCÍA DE LA CONCHA, secretario
    Centro Zumalacárregui. Maestro Victoria, 8. MADRID.



    * * *



    Cardenal Villot
    Secretaría de Estado
    Ciudad del Vaticano

    Rogámosle eleve Su Santidad fervorosa decisión católicos españoles, reunidos fiesta Cristo Rey, defender hasta la muerte doctrinas tridentinas junto con unidad católica española contra humo Diablo introducido seno Iglesia y contra progresistas marxistoides blasfemos enseñanzas nuestro Señor Jesucristo, siguiendo espíritu Santo Padre.

    Por Centro Estudios Zumalacárregui
    FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA, presidente
    JOAQUÍN GARCÍA DE LA CONCHA, secretario
    Centro Zumalacárregui. Maestro Victoria, 8. MADRID.



    * * *



    Vicente Enrique Tarancón
    Arzobispo-Madrid
    MADRID

    Católicos españoles reunidos fiesta Cristo Rey manifiestan decisión hasta la muerte defensa unidad católica obligados pietas hacia Patria, según enseñanza Santo Tomás Aquino, esperando Conferencia Episcopal ocasión próxima Concordato no traicione sangre nuestros muertos.

    Por Centro Estudios Zumalacárregui
    FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA, presidente
    JOAQUÍN GARCÍA DE LA CONCHA, secretario
    Centro de Estudios Zumalacárregui. MADRID.



    * * *



    Monseñor Guerra Campos
    Obispado-Cuenca

    Católicos españoles reunidos fiesta Cristo Rey publicamos identificación total magníficas enseñanzas su ilustrísima defensa auténtica doctrina Iglesia España contra traidores progresistas rebeldes a Cristo y al Santo Padre.

    Por Centros Estudios Zumalacárregui
    FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA, presidente
    JOAQUÍN GARCÍA DE LA CONCHA, secretario
    Centro de Estudios Zumalacárregui. MADRID.




    [1]
    Nota mía. Debe tratarse de una errata del comunicado. Tomando el año 589 como el del establecimiento de la Unidad Católica española, son 1.384 los años que transcurren hasta 1973.
    Última edición por Martin Ant; 03/11/2018 a las 20:46

  3. #3
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    Re: Sucesos y comentarios en torno a la tradicional celebración matritense de Cristo

    Fuente: El Pensamiento Navarro, 21 de Noviembre de 1978, página 3.


    LAS CENAS CARLISTAS DEL DÍA DE CRISTO REY

    Por J. ULIBARRI


    En el Cuerpo Místico de Cristo, como en cualquier organismo, no todos hacen todo, sino que cada uno hace una cosa, que es su especialidad. Los maristas se dedican a la enseñanza, los benedictinos a la liturgia, los Hermanos de San Juan de Dios a los enfermos, etc. Los carlistas hemos tenido siempre como primer objetivo la defensa de la unidad católica de España, es decir, de la confesionalidad del Estado, más su quicio lógico y de seguridad, que es la exclusión de actividades públicas de las religiones falsas. Sin esta exclusión, esencial de la unidad católica, la confesionalidad del Estado está en equilibrio inestable y es imposible de sostener largo tiempo en la práctica.

    Correlativamente a cada especialidad, cada grupo celebra con mayor énfasis determinadas fiestas del año litúrgico. Los carlistas consideramos más nuestra la fiesta de Cristo Rey desde que se creó, y le tenemos más devoción que otros y que a otras.

    Fue el Papa Pío XI quien instituyó esta fiesta en 1925, coincidiendo con la persecución religiosa en Méjico. Allí nació el grito de ¡Viva Cristo Rey! Los carlistas, que en el siglo pasado gritaban ¡Viva la Religión!, lo adoptaron inmediatamente en su lucha contra la Segunda República. Pío XI codificó la «praxis Ecclesiae» anterior y la teología de la soberanía social de Jesucristo en la encíclica «Quas Primas». Como réplica al liberalismo que propugna el Estado laico y aconfesional, este documento recuerda que la sociedad en cuanto tal debe culto público y colectivo a N. S. Jesucristo.

    Este año de 1978 van a coincidir con pocos días de diferencia el referéndum sobre el proyecto constitucional con el que España dejaría de ser católica, y la fiesta de Cristo Rey, que solicita exactamente lo contrario. Como parte o prolongación de la campaña en curso a favor del voto negativo en dicho referéndum, debemos dar especial realce a esta festividad litúrgica de Cristo Rey. En caso de que se apruebe la Constitución atea, o «la golfa», como popularmente ya se la llama, seguiremos luchando contra ella, y parte de esa lucha será el esplendor con que se siga celebrando el día de Cristo Rey.

    En tiempos de la segunda República nació la costumbre de que la Comunión Tradicionalista encargara misas ese día, a las que asistían corporativamente directivos y afiliados; en algunos sitios se celebraban en los círculos carlistas. Después, como prolongación profana, había comidas o cenas de hermandad. Fueron famosas por su ambiente de alegría y de cordialidad; eran esperadas con ilusión: los brindis de sus postres se acercaban al mitin político, pero con mesura, para no interrumpir con excesivas especulaciones intelectuales la plácida sobremesa. No pocos noviazgos se iniciaron (y algunos se deshicieron) en tales ágapes.

    Últimamente, el sarampión progresista y desacralizador ha hecho también mella en estas reuniones nuestras. Hay que devolverles su esplendor porque proclaman que somos mucho más que un partido político: somos una familia, un pueblo, una civilización; con capacidad sobrada para encajar las derrotas que se nos infligen en el sector político. Ésta es la explicación de nuestra supervivencia, que también ahora saltará –si se produce la catástrofe– por encima de cualquier fugaz apostasía de nuestra Patria.

  4. #4
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    Re: Sucesos y comentarios en torno a la tradicional celebración matritense de Cristo

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Fuente: Iglesia-Mundo, Número 210, 1ª y 2ª quincena Diciembre 1980, página 26.



    Cristo Rey, anticipado

    URGENCIA DE UNA ACCIÓN POLÍTICA CATÓLICA


    IGLESIA MUNDO, dentro de la octava anticipada de la festividad de Cristo Rey (15 de noviembre, antes del 23), vio gozosamente cómo más de un centenar de personas, apresuradamente reclutadas entre sus lectores y amigos, acudían a la cena de hermandad convocada, para rescatar del olvido la cristiana efeméride y usar de ella, con el fin de reincorporar la realeza de Cristo al quehacer político público de los católicos.

    Por descuido faltó allí el testimonio siempre conveniente, imprescindible casi, del fotógrafo que diera fe de la concurrencia; a falta de él trataremos de poner más apretado y exacto el dato de cuanto aquel inolvidable día aconteció.

    Hubo primero en Las Salesas (parroquia de Sta. Bárbara) una misa vespertina a las ocho de la tarde, hora que suele ser habitualmente del señor cura párroco, cedente amable en favor de nuestra solicitud, para que fuera de parte de IGLESIA MUNDO don Elías Alonso (consejero y amigo de Edimsa, editora de nuestra revista) quien dijera la misa conmemorativa anticipada. Y fue en la homilía en donde sustantivamente se dijera el por qué de la convocatoria, que muy pronto tendría corroboración en la cena y, ya a los postres, en las palabras de los oradores. Está en el Evangelio la titulación de Rey para Cristo. En su misma palabra, tras la pregunta de Pilatos el dudoso y cobarde, el centrista de sí mismo, el tibio apto para ser vomitado porque no es frío ni caliente…


    Cena y declaraciones políticas

    La fraternal reunión, en su mera apariencia, fue deprisa para su final. La palabra de los oradores. Presentó a éstos nuestro director, que se identificó como «vasco biznieto de Asturias, nieto de Castilla e hijo de España», y ya podía verse, folios en mano, la «atosigante juventud», que hubiera dicho don Eugenio D´Ors, de Miguel Ayuso, motor de iniciativa que a todos nos tenía allí clavados con el entusiasmo a flor de piel.




    Don Miguel Ayuso

    La finalidad de este acto –comenzó diciendo– y el sentido de esta convocatoria –tras varios años de no celebrarse– es romper el silencio de los católicos españoles. Porque junto a voces –numerosas y atronadoras– que claman por preservar la santidad de la familia en medio de los graves desórdenes morales de nuestros días, rechazando el divorcio, repudiando la legalización del abominable crimen del aborto y oponiéndose a la ola de pornografía degradante que nos invade; ¡qué ensordecedor silencio nos envuelve en cuanto a la causa común de todos esos males, en cuanto al árbol que ha producido todos esos frutos amargos y corruptos!

    Pues bien, he aquí el verdadero sentido de este acto: llamar a la coherencia a los católicos españoles para que en ningún momento pierdan de vista la relación de causalidad que existe entre los sofismas del liberalismo y el laicismo y los frutos de inmoralidad que padecemos.

    Mas para combatir este laicismo hemos de pertrecharnos de munición adecuada al objetivo que pretendemos abatir. No basta con que la diagnosis sea cierta, sino que hay que atinar en la elección de la terapéutica; terapéutica que, en este caso, ha de ser política. Pues, aun sin despreciar los medios específicamente religiosos –íntima conversión–, éstos deben ser conjugados con otros específicamente políticos. «Politique, d´abord», sintetizó Maurras, y nosotros repetimos, aclarando que la prioridad de la política no es ontológica sino cronológica.

    Por eso, hay que diseccionar a la luz de este criterio la iniciativa de la «unión de la derecha», que en nombre de un «humanismo cristiano» o, hilando más fino aún, «de inspiración cristiana», se nos propone. Iniciativa que no esconde más que a traidores e inconfesos que pretenden sellar la paz entre Cristo y Belial, y que siendo culpables y copartícipes de la traición a España vienen ahora como redentores, elevando tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias.

    Por eso quiera Dios que siempre haya personas en España dispuestas a sacrificar vida y hacienda por la defensa de la Unidad Católica.



    Don Rafael Gambra

    Hay quienes piensan que la batalla de la unidad católica debe ser abandonada porque ya se dio y se perdió irrecuperablemente. Y que ahora hay que emplearse en pequeños y sucesivos combates sobre el divorcio, el aborto, la enseñanza religiosa, etc. Sin darse cuenta de que, perdida aquella batalla, se han perdido todas en el plano político o jurídico, porque se carece ya de criterio, de base y de fuerza para librarlas.

    Porque la unidad religiosa no es una fórmula, ni un mero deseo o ideal, sino una necesidad absoluta por cuanto toda sociedad ha de fundarse en unas nociones de lo que es bueno o es justo (que sólo la religión puede fundamentar) si han de tener sentido las leyes y permanente obligatoriedad. Sin puntos superiores de referencia, todo se pierde en la niebla y se descompone más o menos rápidamente.

    La despedida del nuncio Dadaglio y la venida de uno nuevo (coincidente con el sínodo de Roma) nos da nueva esperanza para esta hoy maltrecha y desconcertada España. Durante trece años Mons. Dadaglio ha realizado –en sus propias palabras– «una hermosa y delicada tarea»: una generación de españoles sin fe a la que no se ha enseñado el catecismo o se ha enseñado un catecismo pervertido, vaciados los templos, cientos y miles de sacerdotes secularizados y otros muchos marxistizados, templos y conventos convertidos en centros de terrorismo, cerrados los seminarios, la perversión y la droga extendidas en la juventud, y un inmenso desaliento (como ha señalado The Times) es la tónica general de la España de hoy.

    Es preciso que los católicos españoles –y también Roma– se den cuenta de que todos los males (o lo incurable de los mismos) han nacido de una disminución de la fe por obra del Concilio Vaticano II y de la pérdida de la unidad católica. Que todo lo demás –y lo que vendrá– no es sino consecuencia. Y que ninguna esperanza cabe a nuestra patria por este camino.



    Don Tomás Marín

    Cerró el acto don Tomás Marín, sacerdote, catedrático de Paleografía de la Universidad Complutense y director del Instituto Enrique Flórez, del Consejo de Investigaciones Científicas.

    Fueron sus palabras templado broche de la concreción ideológica que Ayuso y Gambra habían expuesto. Pero las anécdotas por don Tomás vividas tuvieron la fuerza demostrativa de que, dentro de la descomposición actual, existe base cierta para una esperanza renovadora partiendo de los principios inmutables del Magisterio, que no es antiguo ni moderno. El orador mismo no quiso insistir más al respecto y muy galanamente apoyó su argumento oratorio en las palabras que le habían precedido.

    En suma, nuestra cena de hermandad fue, a la chita callando, pero con garantía de resonancia para el futuro inmediato, un éxito indiscutible por el que felicitamos a su promotor, Miguel Ayuso Torres, diecinueve años de ímpetu consolidado en una envidiable base cultural.

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