Eso de decir que la nación es "ídolo sanguinario" equiparable al comunismo y al aborto me parece una sandez criminal. O cuando menos una majadería. Ningún papa preconciliar jamás condenó la defensa de la nación y siempre defendieron el amor a la patria, sus tradiciones como algo sagrado.Vayamos directamente al núcleo del problema: A mi modo de ver, todas las opciones políticas que van a concurrir en las elecciones de este año (al menos todas las que tienen ciertas posibilidades) se encuentran ligadas a alguno de los ídolos que tanta sangre han derramado en el siglo XX, y quién sabe cuánta más derramarán en el presente.
Recordemos en pocas palabras los antecedentes: Debilitado el cristianismo en nuestra civilización occidental, el siglo XX se volcó ante todo en el culto a tres ídolos sanguinarios: la utopía marxista, la nación, y el sexo descomprometido.
Los tres han propiciado matanzas y crueldades innumerables. En el primer caso asociadas con la construcción de sociedades paradisiacas, en países alambrados, de los que se soñaba con escapar; en el segundo las víctimas han sido inmoladas en el altar de la patria, las raíces, la identidad nacional, las banderas, etc.; mientras que el último exige cada año, desde hace ya medio siglo, la muerte de los más inocentes, a manos de sus propios padres
Habla de víctimas inmoladas en el altar de la patria, como algo horrible cuando el propio León XIII defendia el amor a la patria como algo sagrado:
"...hemos de amar a la Patria que nos ha dado la vida mortal; pero debemos tener un amor más entrañable a la Iglesia...
el amor sobrenatural de la Iglesia y el amor natural debido a la Patria son dos amores que proceden de un mismo principio eterno... el mismo Dios. (Sapientiae Christianae, 3)
http://es.catholic.net/op/articulos/...ristianae.html
¿Y ahora nos viene este a decir que nuestra patria debe ser acaso la mundialista musulmana homosexualista maravillosa de Soros y sus amigos, con Francisco tocando palmas?
Pero para hacer un artículo que en definitiva pretende criminalizar a Vox equiparándolo a Podemos reconozco que puede colar.
Si fueras más cristiano de lo que eres no te molestaría que alguien defendiera el derecho de tu país a seguir con su religión de siglos. Pero, en fin, los cristianos de tu onda se mueven más cómodos en ambientes laicistas con Alá al fondo.Pero... ¿acaso esas voces políticas que se dicen de derechas no reclaman nuestras raíces cristianas? Tampoco nos engañemos en esto: las reclaman por ser raíces, no por ser cristianas. Lo que busca el nacionalismo es convertir el cristianismo en una especie de religión tribal, que contribuya a reforzar la identidad nacional. Su Dios es la Nación, no Cristo.
Que no cuela.¿Nos lloverán las críticas? ¿Nos acusarán de «puros», «equidistantes», «gente que sólo sirve para criticar», «escapistas que se quedan en su torre de marfil, para no tener que ensuciarse», etc. etc. etc.? Sí, claro,... ¿Y qué?
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