He creído oportuno transcribir de la revista de Verdad este interesante artículo. Las micronaciones emergentes de esta ingeniería genética no acaban con las argumentos sectarios que ERC o PNV a día de hoy pretenden sacarse de la chistera.
Dentro de cincuenta o cien años como mucho, nuevas minorías -asiaticas, musulmanas, africanas, por ejemplo-, podrán reclamar formar una micronación dentro de otra micronación.
Este cociente disgregador no podrá ser detenido y se repetirá como un bucle infinito. No es de extrañar que volvamos a los guettos-estado –como ya ocurre en las periferias de las grandes urbes de Francia- burda copia de las ciudades-estado de la antigua Grecia.
Mientras tanto, China observa pacientemente afilando sus colmillos.
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