Iniciado por
tautalo
Y creo yo que las teorías de Adam Smith -por las que, tras su respaso, he de decir que no siento la menor simpatía (por Vd. sí que la siento)- no podrían explicarse sin un libro que apareció muchos años después de "La riqueza de las naciones" de Smith. Me refiero a "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" de Max Weber. Pues, "Aunque la mona se vista de liberalismo, capitalista se queda...". En ese profundo análisis de Weber se pone de manifiesto que sólo en países trastornados, revolucionados por la "Reforma" (yo prefiero hablar de Revolución religiosa), pudo imponerse una sociedad capitalista, y ello fue así por la heterodoxa forma de entender la "salvación" -por predestinación. El "ascetismo" protestante es, a los ojos de Weber, una fuerza impulsora de un peculiar desarrollo económico que conocemos como capitalismo. El capitalismo es una flor carnívora que nace en suelo protestante, no católico. Por lo que, me parece a mí, que ese principio del liberalismo político y económico que asienta la no-intervención del Estado no tiene mucho de católico. Y si España es católica por tradición y si España es tradicionalmente católica -y no sería España si dejara de serlo, que entonces podría ser Sefarad o Al Andalus...- me da a mí que aceptando ese principio liberal se nos introduce de matute un concepto muy distinto de entender la vida en clave católica, entendiéndola en clave herética, protestante.
Smith asume, pues -y así está considerado por eminentes estudiosos- lo que se ha dado en llamar "ética psicológica". "Lo verdaderos fundadores de la ética psicológica -nos dice J. L. López Aranguren en su "Ética"- de la ética psicológica, es decir, los pensadores para quienes el problema moral se transforma en el del origen psicogenético de la moral, a saber: David Hume y Adam Smith..."
Entendamos que Hume, como empirista consecuente llegó al escepticismo epistemológico: no hay posibilidad alguna de hacer ciencia, no hay sujeto, no hay sustancia... Incluso negó el principio de causalidad entendiendo que se trataba de una especie de "vicio" contraído por la costumbre... Pero es que, en el terreno moral, Hume -y con él Smith que tanto lo veneraba- hacen depender la moral de los sentimientos. Y la moral no puede moverse en esas arenas movedizas, si es que queremos -como más arriba Vd. apuntaba hablar de "valores absolutos".
Para Hume, también para Smith, la moral no es un hecho empírico y por lo tanto es inconsistente. Una de las tesis fundamentales de este empirismo ético es la imposibilidad de pasar del plano del "ser" al del "deber ser", pues el "deber" no es un hecho empírico. Si entendemos la realidad como conjunto de hechos es lógico que neguemos los "valores". La moral se disuelve, para estos filósofos modernos de la Ilustración británica, padres del liberalismo, en algo que no es otra cosa que eso de lo que habla Vd.: el "egoísmo responsable" y otras cosas como el "espectador desinteresado" quien, movido por simpatía o antipatía, emite juicios inmediatos de gusto... Más o menos como ahora entienden nuestros contemporáneos las cosas de la moral: Y el "No me gusta" se convierte, sin que sepamos bien cómo en "No es justo", así es como tenemos que: "No me gusta (=no es justo, para nuestro contemporáneo) que el matrimonio sea para toda la vida... Pues: Me divorcio". En definitiva, D. Cosme, que el fundamento de la filosofía de Smith es un despropósito para todo aquel -como Vd. y yo mismo- que creemos en "valores absolutos", pues afirmar las premisas de Smith conduce por necesidad al "escepticismo del valor" y al "escepticismo del deber".
Adam Smith a mí no me vale. No haré juicios sobre la santa madre de Smith, pero considero que todo lo que nos pueda decir es inválido para la Tradición hispánica por dos motivos, en resumen:
1º. Se basa en la herejía protestante... Motor del capitalismo, como se manifiesta en el lúcido ensayo de Max Weber aludido más arriba.
2º. Sus premisas nos conducen al relativismo moral por estar teñidas de un cierto relativismo gnoseológico, herencia de Hume.
Marcadores