Fuerza Nueva tendría todos los defectos habidos y por haber, pero nadie puede negar que Fuerza Nueva era obra de Blas Piñar; y que él le dio el sentido y la finalidad que creyó conveniente.
Blas Piñar pensaba así y obró así. Ningún problema.

Y no podemos reprocharle que Fuerza Nueva no fuera carlista, pues era evidente que sus convicciones eran otras.
Que otros pudieron (y debieron) haber hecho algo parecido a lo que Blas Piñar hizo… y no lo hicieron; o no lo quisieron hacer; o no supieron; o se les fastidió; eso no era problema de Blas Piñar.