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Madrid, 3 agosto 2007. Festividad de San Pío X, papa y confesor. La web de la Comunión Tradicionalista http://www.carlismo.es ha incluido hoy en su sección de textos clásicos, bajo el título "Mella y las autonomías", un discurso profético que don Juan Vázquez de Mella pronunció en el Círculo Tradicionalista de Bilbao. Recomendamos su lectura.
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Última edición por Tradición.; 05/09/2007 a las 04:07
Que el jacobinismo heredado de la Revolución Francesa ¿¿¿acabó con las libertades municipales en España???Mella y las autonomías
El 25 de abril de 1919 pronunció Vázquez de Mella un discurso en el Círculo Tradicionalista de Bilbao (Obras Completas, tomo 26, pág. 292) cuyo carácter profético es ahora cuando podemos comprobar y experimentar.
Sufría entonces España un centralismo administrativo y un uniformismo político de carácter jacobino heredado de la Revolución Francesa que en palabras de Mella «acabó con las libertades municipales, con los gremios, las Corporaciones, toda la antigua organización, reuniendo el poder en un solo punto y creando el absolutismo más tiránico,
¿Pero cómo puede escribir Vázquez de Mella semejante disparate?
Acaso no sabemos que habían desaparecido ya esas "libertades" municipales aproximadamente en el siglo XV y que la Revolución Francesa llegó a España en pleno siglo XIX?
Una cosa es odiar la Revolución Francesa y otra soltar barbaridades. Una cosa es imaginarnos un pasado a nuestro gusto y otra como ese pasado realmente fue.
¡¡Y don Rafael Gambra, catedrático de filosofía, dandole el visto bueno y sin inmutarse!!
Última edición por Gothico; 05/09/2007 a las 18:37
Gothico, esto no es personal, pero la burrada que acabas de exponer se descalifica por sí sola. Más o menos vienes a decir lo que J. Pérez con su " revolución comunera ", que los Reyes Católicos " estatalizaron toda España " y pierdes de vista la existencia de Cortes y Gremios, y el funcionamiento municipal ( Cosa que reconocen hasta los historiadores de mi pueblo, que no son precisamente carlistas ).....
Coño, a ver si va a ser que la Revolución no inventó nada nuevo....
Para barbaridades Gothico, decir que la Cruzada fue " la causa de Franco ". A ver si va a resultar que Franco restauró la Tradición Española..... Para barbaridades, decirte que eres castellano cuando NO lo eres o intentar defender con textos sacados fuera de contexto que Castilla es la médula de España, o no saber distinguir entre Corona de Castilla y Castilla propiamente dicha. Para barbaridad, soltar una alharaca y no argumentar nada. Gambra sí se inmutó, y mucho, y con mucha razón y mucho trabajo y argumentos, como Mella; y no precisamente en el intenné como nosotros, y era conocido por todo el mundo desde la Cruzada. Un hombre que consagró su vida al Tradicionalismo en todos sus ámbitos y que sabía muchísimo de política regional y de Historia Hispánica, empezando porque escribió un libro clave sobre las Guerras Realistas ( Ediciones Nueva Hispanidad, www.nuevahispanidad.com; ¡ LIBRO IMPRESCINDIBLE ! ) que fue prologado hasta por el mismísimo Pemán, que no era carlista precisamente. Y así me podría llevar hablando hasta mañana, pero vamos, insinuar que Gambra " ni se inmuta " cuando " Mella habla a la ligera " no sólo me parece un disparate, sino una falta de respeto y conocimiento.
En fin, esto es lo de siempre. Esto es por lo que yo considero inviable el " centralismo " ( O como lo queramos llamar ) en España ni en ningún lado, y este es el error de, sin ser yo un sabio ni mucho menos, darme cuenta de los tópicos y del poco conocimiento que hay. Así nos va. Luego nos quejaremos de que haya Labordetas varios.....Como será lícito quejarse de que Cantabria no es Castilla pero sí es lícito " Castilla y León "....
Última edición por Ordóñez; 05/09/2007 a las 20:01
Las libertades políticas de los Municipios en los siglos XVI, XVII y XVIII eran ya inexistentes en la práctica.
El protagonismo político de los concejos había ido disminuyendo hasta acabar siendo absorbido a partir del siglo XVI, aproximadamente, por la política proveniente de los Monarcas de la Casa de Austria y de su legislación. Lo que vosotros llamáis centralismo.
El "centralismo" no es un invento jacobino. El jacobinismo matizará ese "centralismo".
¿O es que estás queriendo decir que los concejos todavía pintaban algo en la España del siglo XVIII?
¿Pero tú dónde coño has aprendido Historia?
Otra cosa es que eso a tí y a muchos carlistas no les guste. O que hubierais querido que eso hubiera sido así, y a partir de ahí, a reinventar la Historia.
Venga. Cuéntanos, arguméntanos cuáles eran las "libertades políticas" de la ciudad de Sevilla o de Soria, o de Cáceres... en el Siglo de las Luces o en el tiempo de Felipe II .Para barbaridad, soltar una alharaca y no argumentar nada
¿Declaraban la guerra? ¿Enviaban embajadores? ¿Guardaban a reyes menores de edad, como en la Avila medieval? ¿Cerraban acaso las puertas al rey como en la Edad Media castellana? ¿Asistían aun a Cortes regularmente (que no se convocaron, por cierto, en todo el siglo XVII y XVIII)?
A esas "libertades municipales" me refiero yo.
No sé cuales son las de Mella y las vuestras.
Argumentanoslas.
Bueno bueno, un hombre que acusa al carlismo de inventarse la Historia, que habla de la Cruzada del 36 como " la causa de Franco ", que según él Zamora es Castilla a pesar de los mapas por " como se ha ido sintiendo la gente " ( Poco más o menos ) y que está visto que en la Universidad no le enseñaron a situar textos en su contexto y a " saber leer entre líneas ( Es de las poquillas cosas medio qué que medio te enseñan, todo sea dicho ) me exige argumentación cuando de un plumazo muestra sorprendido una alharaca ante Gambra o Mella....Hombre, como no soy malo del todo ni quisquilloso iré a ello. Eso si me lo permites, pues siendo moroandalú como soy, que mi falso Reino pronto estará invadido ( En la puro-castellana Zamora no hay moros ni judíos ni actualmente peligro alguno del que lamentarse ), y todas esas cosas, ya sabes.....
Por de pronto, te diré que no sé por qué me has recordado a Pierre Vilar, Joseph Pérez, Juan Eslava Galán y su amigo Pérez Reverte, Antonio Domínguez Ortiz ( Que trabajó mucho e hizo algún bien, pero con meteduras de pata que le deslucieron mucho )y toda esa pléyade de notables historiadores con que nos taladran acá y acullá....Te diré que estudio Historia, próximo a licenciarme Dios mediante, y que no sólo me he preocupado de medio conocer la historiografía del sistema, sino también a los autores más versados del tradicionalismo, y aún así no sé ni cuarto y mitad que ellos. Sin embargo, veo que tú eres capaz de refutar punto por punto a Mella y Gambra, así que no sé si podré competir con vuesa merced. Dicho esto, vayamos al lío:
- La revuelta comunera ( Jamás revolución ) o agermanats.....Hizo que si bien Carlos I venciera, tuviera que replantearse muchas cosas de su primerizo " despotismo flamenco "; entre ellas, empezando por dar una generosa amnistía, salvo a ciertos cabecillas.
- Para ti igual la libertad se basa en cerrar puertas.....Algo le pasó a Felipe II en Barcelona, Tradición te podrá informar mucho mejor que yo al respecto. A Felipe II también le pasó algo parecido a posteriori en Aragón.
- Podemos hablar del concierto económico, que hasta Franco mantuvo en Álava o Navarra. Ay, en qué estaría pensando, se le escapó el separatismo a aquel generoso cruzado.....
- En el año de 1654, un Caballero XXIV de Sevilla vino a mi pueblo, el cual comenzó siendo de señorío pero ya en el siglo XV de realengo. Bien, en ese 1654, este caballero tuvo que salir por patas porque se le ocurrió la brillantez de pedir más impuestos de la cuenta, dejó escrito: " Las gentes de esta villa son de mal entendimiento y peor disposición...." ¿ Sabes qué pasó luego en el Ayuntamiento de Sevilla ? Le dieron la razón al pueblo. Si eras gobernante, no sólo tenías JUICIO DE RESIDENCIA, sino que te podías arriesgar a si ibas de listillo, salir mal parado y que no te cobijara la " legalidad ", como hoy pasa todo lo contrario. Esto está recogido por Alfonso Álvarez-Ossorio y Francisco A. Rivas en Una Ventana al Pasado, revisado en los Archivos de Sevilla y del pueblo. Si quieres, puedes venir a Sevilla y lo revisamos juntos, aunque ya te advierto que me da algo de pereza, soy así de flojo, no lo puedo remediar. Será que como buen andaluz, encima de no hablar castellano puro soy un vago.....Ten en cuenta que Lope de Vega o Calderón de la Barca no eran historiadores, y aun así recogieron en parte de su obra esas " vivencias municipales ". O el " se obedece pero no se cumple...." Los ayuntamientos acá tenían 2 alcaldes, porque cada " estamento " era tan tozudo que quería tener su propia representación, y del cabildo no se salía hasta que no se llegase a un acuerdo entre todos. Esto no significaba que fueran regicidas o que no hubiera respeto al Rey, no. Pero era gente muy celosa de ciertas cosas; nos creemos que en todos los tiempos han sido tan pasotas como nosotros y no, no es así la cosa. Estudiando luego las " formas " de los cabildos americanos ( Que los liberales se encargaron de suprimir ) puede llegar a similares " conclusiones ".....O la misma función de los gremios en Sevilla, bendecidos por la Iglesia y que articulaban muy diversas funciones sociales hasta que el liberalismo se encargó de suprimirlos. Sí es cierto que Carlos III intentó penetrar en los gremios y hasta en las cofradías religiosas, mas no es menos cierto que Carlos III es el rey español que más motines sufre en nuestra Historia. Carlos IV sin embargo, sí se entromete algo en los Cabildos en América....¿ Sabes por qué ? Da unas instrucciones intentando reparar los males que en tiempos de su padre se habían causado ( Tales como fundar España sus propias compañías negreras, como la Gaditana de Negros ) y entonces procura que los cabildos contengan instrucciones para el mejor trato de los esclavos y para la aceptación en sociedad de los negros libres, como es el ejemplo de la Real Cédula de Gracias al Sacar. Como resultado, se le rebelan los hacendados de Caracas y La Habana, en nombre de la Ilustración y el progreso.
En fin, no sé si te habré dado a entender " mi versión ". No sé si te habré dado a entender lo que se refiere Mella o Gambra con las libertades municipales, con las libertades concretas, con un gobierno representativo de verdad, con una sociedad dinámica ( Más o menos según los tiempos, cierto ).
Luego resultará que los tradicionalistas somos unos " puristas " y unos " sectarios ". Ciertamente, el ser más " purista " en alguna ocasión igual nos hubiera venido bien. Porque luchar codo con codo con un pueblo que se desangre para que luego amenacen con fusilamiento o exilio a gente que logró reunir 36 diputados tras 3 guerras, robar el patrimonio de la Comunión o instaurar a la rama usurpadora liberal de nuevo no sé yo si sale barato. Es una forma de hablar, quizá. Pero supongo que me entenderá. Como supongo que entenderás que me pase por el forro de los cojones a Joseph Pérez o a Pierre Vilar. Como supongo que comprenderás que Mella o Gambra habían estudiado bien la Historia de España. Ciertamente, el Barón de Eroles en la Guerra Realista no decía que el fuero fuese un pergamino medieval, Mella tampoco lo decía; simplemente decía que eran la constitución histórica de las Españas. Ni se quiere volver al pasado ni reinventar la Historia, aunque quizá tú no seas el más indicado para eso, ¿ no crees ?
¿ Con el centralismo hay patria, fue Cánovas un buen español ? Así se empieza y se termina gritando " ¡ Habla en cristiano ! " cuando se escucha hablar en catalán. Pufff, y ya no quiero ni pensar un Carlos VII pidiendo autonomía para Cuba y ofreciendo crear un Virreinato para las Antillas en base a la experiencia de las Leyes de Indias que los centralistas habían dinamitado....Ay madre......Están locos estos carlistas....Habría que haberles dicho: " ¡ Eh, malditos cubanos, este cuartel lo dirigimos nosotros, sus váis a enterar traidores....! "; espero que me entiendas, esto no es apología del independentismo, sino que uno ya conoce ciertas actitudes. Tampoco lo es entender en algún modo a Yturbide. Pero, por ejemplo, yo, si un catalán separatista dice " Puta España ", jamás le diré " Puta Cataluña "; y mira que he hecho el imbécil muchas veces en mi vida..... En cambio, si un portugués despistado dice alguna babosada, ya hemos visto como contestas.....¿ O habríamos de decirle " Puta Zamora " o " Puta Castilla " o " Zamoranos palurdos " al zamorano separatista de turno ?
¿ Ves como aunque FN encarnara una reacción legítima y valiente tenía taras de origen que le hacían imposible un futuro ? Le faltaba lo más importante: Legitimismo, tradicionalismo, y querer a España simplemente como es. Ya me sé yo lo del respeto a la diversidad regional, igual que los de AES, ya, ya me lo sé. O que se prefiere hablar de lo que une a lo que separa, ya me sé eso. Al final, siempre lo mismo.
Por cierto, es cierto que en el siglo XVIII se consuman, de unas formas u otras, muchas formas decadentes en la tradición sociopolítica de la Cristiandad, no seré yo quien lo niegue. Pero tampoco será el que niegue que lo que quedaba de representatividad orgánica y libertad concreta, así como " una nación una lengua " y demás lindezas, hombre, sí que lo traen los revolucionarios. En Francia, en España y en el quinto pino.
Sin acritud, y viva el legado de Mella y Gambra.
Última edición por Ordóñez; 05/09/2007 a las 23:39
Repetimos:
Que el jacobinismo heredado de la Revolución Francesa ¿¿¿acabó con las libertades municipales en España???
¿Pero cómo puede escribir Vázquez de Mella semejante disparate?
Acaso no sabemos que habían desaparecido ya esas "libertades" municipales aproximadamente en el siglo XV y que la Revolución Francesa llegó a España en pleno siglo XIX?
No está de más recordar que los Fueros no son libertades o derechos fundamentales al uso que de ellos hace el democratismo o la diversas concepciones (todas ellas totalitarias) del así llamado Estado de Derecho, del cual veo que eres heredero.
Los Fueros son pactos de común acuerdo entre la Corona y el Pueblo, que lo amaba (sic) y le defendía; como ha demostrado admirablemente Elías de Tejada y Vallet de Goytisolo.
Esa es la verdad histórica del Pueblo de Las Españas. Llamar ideólogos a Gambra, Mella o descalificar miserablemente al bueno de Ordóñez, te coloca no ya en las antípodos de la cortesía propia de un Caballero Español, sino que te muestra como ignorante de la esencia de nuestra Patria y de la más elemental doctrina política y social de la Iglesia.
Puestos a descalificar deberías también insultar a los Papas, ¿su magisterio es también el de pobres ideólogos?:
"Siempre fue la Iglesia fidelísima defensora de las libertades cívicas moderadas. Lo demuestran sobre todo las ciudades de Italia, que lograron, bajo el régimen municipal, prosperidad, riqueza y nombre glorioso en aquellos tiempos en que la influencia saludable de la Iglesia había penetrado sin oposición de nadie en todas las partes del Estado". León XIII, Libertas (20 de junio de 1888), 13.
"Hubo un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados. En aquella época la eficacia propia de la sabiduría cristiana y su virtud divina habían penetrado en las leyes, en las instituciones, en la moral de los pueblos, infiltrándose en todas las clases y relaciones de la sociedad.
La religión fundada por Jesucristo se veía colocada firmemente en el grado de honor que le corresponde y florecía en todas partes gracias a la adhesión benévola de los gobernantes y a la tutela legítima de los magistrados.
El Sacerdocio y el Imperio vivían unidos en mutua concordia y amistoso consorcio de voluntades. Organizado de este modo, el Estado produjo bienes superiores a toda esperanza.
Todavía subsiste la memoria de estos beneficios y quedará vigente en innumerables monumentos históricos que ninguna corruptora habilidad de los adversarios podrá desvirtuar u oscurecer". León XIII, Encíclica Immortale Dei, 9.
La tesis antiforalista en España no es sólo contraria a la justicia y verdad histórica; no te creas únicamente anticarlista: es anticatólica y haces juego al enemigo al sostener estas afirmaciones.
Estar en contra de los Fueros es atacar la doctrina de la Iglesia que ha elaborado el principio llamado de subsidiariedad. Según éste, ‘una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de necesidad y ayudarle a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común’ (Pío XI, enc. "Quadragesimo anno").
Las libertades forales no estaban muertas en Las Españas, aunque sea cierto que algunas cayeran en desuso en el viejo Reyno de León o en los Reinos de la Corona de Castilla, pero este desuso siempre recayó en el terreno de lo fáctico, no en la aniquilación en el terreno de los principios que pretendes tú...
Tranquilo: está situación de radical injusticia cambiaría radicalmente con el advenimiento de los Reyes Legítimos.
Así SM Don Carlos VII proclama: "Yo os devuelvo vuestros Fueros, porque soy el mantenedor de todas las justicias, y para hacerlo, como los años no transcurren en vano, os llamaré, y de común acuerdo podremos adaptarlos a las exigencias de nuestros tiempos".
Y así, sin solución de continuidad, ha sido mantenido por todos los Abanderado de la Tradición. El 26 de junio de 1950, Su Majestad don Javier I, padre de don Sixto Enrique de Borbón, juraría los Fueros vascongados bajo el árbol de Guernica, y en diciembre de 1951, los catalanes en Montserrat, como antes jurara Su Majestad don Carlos VII, los mismos Fueros vascongados, el 3 de julio de 1875 también bajo el árbol de Guernica, y los de la Corona de Aragón el 16 de julio de 1872, en la Frontera de España.
Vuelvo a citar, ahora in extenso, la proclama a de SM Don Carlos VII catalanes, aragoneses y valencianos:
«Hace siglo y medio que mi abuelo Felipe V creyó deber borrar vuestros Fueros del libro de las franquicias de la Patria. Lo que él os quitó como Rey, yo, como Rey, os lo devuelvo: que si fuisteis hostiles al fundador de mi Dinastía, baluarte sois ahora de su legítimo descendiente. Yo os devuelvo vuestros Fueros, porque soy el mantenedor de todas las justicias, y para hacerlo, como los años no transcurren en vano, os llamaré, y de común acuerdo podremos adaptarlos a las exigencias de nuestros tiempos».
Las libertades municipales y forales son la aplicación práctica en España del principio de derecho público cristiano de SUBSIDIARIEDAD, y esto es doctrina y realidad en Las Españas aúreas.
Con los Borbones se empezaron a perder algunas de ellas motivadas por las ideas regalistas, despóticas e ilustradas que llegaron de europa, es decir heterodoxias claras, y precedentes del pre-liberalismo...aun así aunque mermadas esas libertades nunca se sumprimieron del todo del derecho y de la práctica.
Con la revolución francesa y en España con la constitución de 1812 de Cadiz esas ideas uniformistas anti-subsidiarias tomaron pleno auge...los reyes carlistas defensores de la tradición en palabras de Elias de Tejada estan mas cerca de los grandes reyes Austrias que de los decadentes borbones...y su intención es recuperar la tradición ,la justicia y la libertad...el profesor Francisco Canals dice que los verdaderos herederos de los catalanes de 1714 son los carlistas.Restauran la libertad y la tradición plena.
Las libertades forales y municipales no son desterradas definitivamente hasta el triunfo pleno del liberalismo., tras la revolución francesa..
La revolución francesa es el triunfo de ideas y prácticas incubadas desde mucho antes, e introducidas incluso en cortes, es su triunfo total y definitivo.El derecho nuevo producto de la revolución francesa es el que consagra el centralismo, el uniformismo de forma absoluta, con sus conceptos de soberanía nacional, nación-estado etc. Y con la aplicación de estos principios en las nuevas constituciones es el golpe definitivo "a la antigua organización", es la consagración del centralismo.
"los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas" San Pío X. Notre Charge Apostolique, 39
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Defender los fueros es querer regresar a los privilegios feudales
La confusión entre fuero y feudalismo es común. El feudalismo es una teoría política nacida en la escuela de consejeros políticos de Carlomagno. Los fueros son los usos y costumbres de cada lugar, señorío, principado o reino, emanados de la propia sociedad y codificados en forma de ley, y que deben ser jurados de forma ineludible por el monarca, para alcanzar su legitimidad. También los cuerpos intermedios de la sociedad tienen sus propios usos y costumbres, su propio fuero, que debe ser respetado por el monarca. La base del sistema son los pactos establecidos libremente entre el poder y la sociedad, no la imposición de normas desde el poder hacia la sociedad, como ocurre en el sistema liberal.
¿Qué son los “cuerpos intermedios” de los que tanto habláis?
Son todas aquellas instituciones nacidas de forma espontánea en la sociedad, y que la representan. Del mismo modo que un hombre no es tan sólo un hombre, sino que también tiene unas creencias religiosas, unos estudios, un trabajo, unas aficiones; así la representación de la sociedad debe agrupar a todas aquellas instituciones que median entre el hombre y la autoridad. Por ejemplo las universidades, las cámaras de comercio e industria, las academias, los gremios, los colegios profesionales, los sindicatos, las patronales, los municipios. Contra la doctrina “un hombre, un voto” liberal, el tradicionalismo representa en mayor medida a aquellos que en mayor medida participen en la sociedad, al pertenecer a varios cuerpos intermedios. Estos son además fuente de legislación en todo aquello que pertenezca a su exclusivo ámbito de competencia. Las instancias administrativas superiores sólo deben ocuparse de aquello que los cuerpos intermedios o las instancias inferiores no sean capaces. Esto es lo que se llama principio de subsidiariedad. En el sistema liberal el hombre se enfrenta individualmente y desamparado frente al estado.
Última edición por Tradición.; 06/09/2007 a las 09:32
Juan Vázquez de MellaEl municipio autárquico. 30 de junio de 1916, Discurso en el Congreso
Cangas de Onís (Asturias), 8 de Junio de 1861- Madrid, 28 de febrero de 1928
Yo soy partidario de una reivindicación municipal, que empiece por considerar al municipio, no como una creación legal, no como una creación artificiosa de poder ejecutivo, dividido, según todos los tratadistas de la centralización y según las leyes que padecemos, en tres partes: una, la administración general; otra, la administración provincial, y la otra, la administración municipal. No, yo reconozco que el Municipio es el primer grado de lo que llamo soberanía social; es la primera escuela de la ciudadanía que nace espontáneamente de la congregación de familias que sienten necesidades múltiples y comunes, que ellas no pueden satisfacer aisladamente y que les obliga a juntarse y producir una representación común, que es sociedad natural.
El municipio es la Universidad de la ciudadanía, en aquel punto en que termina la vida doméstica interior de la familia y el hombre se lanza, por decirlo así, a la vida pública. De ahí la necesidad extraordinaria de su emancipación; de ahí al necesidad de acabar con el régimen oprobioso, tiránico y centralizador que padecemos. Hoy no existe autonomía en el Municipio; el Municipio no es más que una creación legal, no es más que una sección, una parte del Poder ejecutivo en funciones.
Cuando un Municipio trata de unirse a otro o de segregarse, no le basta la voluntad de los vecinos, es necesario que el Poder central la ratifique; cuando se trata de funcionar, el alcalde tiene dos delegaciones: una, la delegación política, en que se hace dependiente inmediato del Gobernador, que a su vez es amovible y responsable ante el señor Ministro de la Gobernación; y otra, la delegación administrativa, que queda absorbida por la delegación política. La centralización se completa con el nombramiento de los alcaldes de Real Orden, ese escándalo de los concejales y alcaldes interinos que vienen a destruir arbitrariamente la obra de los propietarios, y hasta el nombramiento de aquellos funcionarios técnicos asalariados por el municipio, y que él sólo no puede establecer sin la aquiescencia de sus superiores jerárquicos; no hay autonomía en el presupuesto municipal, porque depende, o de la Diputación o del Gobernador; y todo se cercena, y el ayuntamiento se convierte en una rueda administrativa. Si la comisión provincial, formada de acuerdo con los caciques, llega a ser lo suficientemente poderosa, por motivos y pretextos que todos conocemos y que se filtran a través de los artículos de la Ley municipal, las elecciones se anulan y los Ayuntamientos en forma interina, se establecen, y entonces el cacique cuenta con todos los medios para oprimir a los electores, para vejarles y para falsificar la verdadera voluntad electora.
Yo en este punto soy partidario de que el Ayuntamiento y el Municipio sean, no una creación arbitraria de la ley, sino el reconocimiento de una personalidad natural, formada por la agrupación de familias para defender sus mutuos intereses; que no exista la doble representación, y que si existe, mientras no se paren, pueda fijarse en caso de conflicto, la política, hasta en el juez Municipal, pero que no se desposea al alcalde de aquella propia representación que tiene como Delegado del Municipio; quiero que exista la representación permanente y la representación variable; quiero que tenga el Municipio el derecho a formar libremente hermandad con los demás municipios; quiero que se arregle y se establezca la verdadera Hacienda Municipal, no con ese indigno y ridículo prorrateo entre el Estado y el Municipio, en que se merman mutuamente unos mismos tributos, sino que cobre la Hacienda municipal lo que resta de los bienes comunales y los de propios, y, reintegrándole de las enormes cantidades que le detenta el Estado (más de 300 millones), recobre el Municipio sus facultades y se establezca de una vez la órbita en donde los tributos municipales se recauden, sin tener la intromisión vergonzosa del Estado que los limita y los cercena: quiero que el Municipio, en toda la esfera administrativa, sea absolutamente independiente que sobre él no se levanten más que superiores jerárquicos en su aspecto externo, pero que no toquen a su vida interna.
Cuando esto suceda, cuando teniendo en cuenta, por un lado, la tradición nacional, y, por otro, se resientan las necesidades grandes, después que la Revolución haya dejado pasar su rasero sobre todos los organismos administrativos y locales desde hace un siglo, se podrán establecer los cimientos de una verdadera organización regional: mientras esto no suceda, en vano será otorgar mancomunidades ni delegaciones, porque únicamente sobre los Municipios libres se podrán establecer las regiones autónomas e independientes dentro de su propia esfera.
En relación con el comentario que ha hecho Ordóñez sobre Caldérón, precisamente hace pocos días he releído "El Alcalde de Zalamea". Ahí tenemos un ejemplo claro de cómo en tiempos de Felipe II existía una instancia judicial municipal independiente.
"La Verdad os hará libres"
Moderado.
Los Fueros son pactos de común acuerdo entre la Corona y el Pueblo, que lo amaba (sic) y le defendía; como ha demostrado admirablemente Elías de Tejada y Vallet de Goytisolo.
Señor Furioso:
Esos “Fueros”, así con mayúsculas y genéricamente, nunca han existido en España.
Ha existido el Fuero de tal Sitio, el fuero de tal otro Sitio, etc…
Es algo así como hablar del “Hombre” a secas: no existe. Existe este hombre, este otro etc…
La palabra “FUERO” tiene muchos sentidos, para evitar los constantes equívocos que se producen conviene aclarar de una vez:
1) Uno es el sentido de "fuero" según la Historia del Derecho como norma propia de la España medieval y otro según los ensayistas políticos que lo idealizan como modelo socio-politico a seguir (el propio de este foro).
-2) Otro es el sentido tradicionalista de “fuero” como norma procedente de los cuerpos intermedios de la sociedad y contrapuesta a las leyes estatales provenientes del liberalismo o del absolutismo;
- 3) Otro es el sentido de “derecho foral” como privilegiado frente al “derecho común”; así, los extensos territorios particularizados por un derecho particular (Provincias vascas y territorios de la Corona de Aragón, frente al derecho general de la Corona de Castilla)
- 4) Otro, el sentido de “fuero” como nombre genérico de las leyes medievales en España (Forum, Foro, Fuero) que designaba bien una ley concreta : Fuero Real, Fuero Juzgo, Libro de los Fueros de Castilla, Fuero Viejo de Castilla; o bien el conjunto del ordenamiento: p.e. : los fueros de Castilla (como decir su “Derecho”)
- 5) Por último, la norma privilegiada alto-medieval (local, personal o de clase) frente a las normas más generales dadas por los reyes, generalmente en casos de repoblación durante la Reconquista y contrapuesta a otras Leyes o Fueros de más amplio alcance.
Sin esta distinción creo que podemos caer en disparates o en anacronismos, que es lo que parece que está haciendo Vd., aparte del ridículo.
Los Fueros son pactos de común acuerdo entre la Corona y el Pueblo, que lo amaba (sic) y le defendía; como ha demostrado admirablemente Elías de Tejada y Vallet de Goytisolo.
Suena muy bonito. Como se ve esa es la acepción de Fuero como la del nº 1 y 2: es decir, la delos ensayistas políticos que lo idealizan como modelo socio-politico a seguir.
Pero no la generalices como la única existente, por favor.
Esa es la verdad histórica del Pueblo de Las Españas
Amén ¿O sea, que España no tuvo más que fueros y solo fueros en sus leyes?
Me parece que de Historia del Derecho de España no tienes ni pajorera idea. Esto es el colmo. Si por algo dicen que la ignorancia es osada.
¿Te suenan las Partidas de Alfonso X el Sabio?
¿Y el Ordenamiento de Alcalá de Henares en el siglo XIV, que fijó las fuentes del derecho en Castilla?
¿Has oido hablar del Ordenamiento de Montalvo en la época de los Reyes Católicos?
¿Conoces la Nueva Recopilación y la Novísima Recopilación?
Y cientos y cientos más.
Lee algo de Historia del Derecho y luego escribes, hombre.
Llamar ideólogos a Gambra, Mella o descalificar miserablemente al bueno de Ordóñez, te coloca no ya en las antípodos de la cortesía propia de un Caballero Español, sino que te muestra como ignorante de la esencia de nuestra Patria y de la más elemental doctrina política y social de la Iglesia.
Llamar ideólogos a Gambra, Mella
Del carlismo “doctrinario”, sí.
La visión que desde ese carlismo se extrapola hacia el pasado anterior al siglo XIX no tiene nada que ver con la visión que el tradicionalismo español tenía de sí mismo en los autores políticos (o sea todos) de los siglos XVII y XVIII.
Tráenos tú, que pareces saber tanto, algún texto anterior al siglo XIX que defienda los “Fueros de las Españas” o similar, y que haga de ello su leit-motiv, al estilo carlista de Mella o de Ordoñez.
Los ideólogos carlistas idealizaron posteriormente aquella época del Antiguo Régimen a su modo, a base de Fueros, Fueros y más Fueros, contraponiéndolos al liberalismo, y movidos por la lucha práctica y teórica contra éste (cosa necesaria, por otra parte).
Pero yo solo quiero criticar sus excesos en materia de interpretación histórica.
Traeme un autor del siglo XVII o XVIII que defienda los fueros al modo carlista del siglo XIX. A ver si eres capaz.
No podrás porque no los hay.
Pero si tuvieras más cultura podrías leer infinitos textos de autores políticos españoles del Siglo de Oro defendiendo el poder de los Monarcas, en un estilo que ni te imaginas.
Y no te quiero dar más pistas, sigue con tu ignorancia y tu furioso frenesí foral, foral, foral y foral.
Viendo la ignorancia, esta sí real, de la mayoría de vosotros sobre Historia, y la cuadrícula mental reducida a cuatro tópicos, más que pena dais risa.
sino que te muestra como ignorante de la esencia de nuestra Patria
Que un rey legítimo defienda un modelo político respetable, no quiere decir que la Historia de España haya sido así absolutamente.
Estás hablando de un modelo a seguir (el foralista) supuestamente revelador de una esencia patria.
Es solo un modelo a seguir de una época más o menos gloriosa de España.
Pero no se puede decir, repito, que ésa sea la única historia de España y el único modelo tradicional de España.
Que un régimen sea o haya sido el ideal NO quiere decir que la Historia de una Nación haya consistido siempre en ese Régimen.
Entérate de lo que estoy hablando.
Que no hago juicios de valor contra el carlismo en sí como modelo político a implantar, ni que los Papas hubieran defendido ese modelo, sino contra la visión mayoritatia de los carlistas a situar toda la Historia de España anterior al siglo XIX como englobada bajo el sistema de fueros.
Cosa falsísima y ridícula.
Las libertades forales no estaban muertas en Las Españas, aunque sea cierto que algunas cayeran en desuso en el viejo Reyno de León o en los Reinos de la Corona de Castilla, pero este desuso siempre recayó en el terreno de lo fáctico, no en la aniquilación en el terreno de los principios que pretendes tú...
Cayeron en desuso, efectivamente, porque había otra legislación que se superponía: las leyes de los monarcas y la de las Cortes, tan tradicionales en España como los fueros.
Y ya vale, que me canso.
Ajá!! luego ya estás reconociendo que la pérdida de libertades municipales no fue con el jacobinismo procedente de la Revolución Francesa, que es lo que afirmaba el texto de Vazquez de Mella.
Que era lo que yo comentaba.
La diferencia es que tú sitúas esa pérdida en el siglo XVIII y yo lo sitúo en el XV.
Quizá porque entendemos por “libertades municipales” cosas distintas.
Desde luego no hace falta saber mucha historia para ver la antítesis entre el régimen de los concejos en la Edad Media y su gran protagonismo en la Castilla bajomedieval, frente a su anquilosamiento en la Edad Moderna, desde los Reyes Católicos en adelante.
Ahora bien, no veo yo que la Edad Media castellana con concejos guerreando entre sí o contra reyes, contra nobles, o con guerras civiles intestinas sean un modelo cristiano de imitación política ni de añoranza. Salvo para ignorantes de aquella realidad cotidiana o idealizadores utópicos.
El pueblo llano en la Castilla del siglo XIV y XV (precisamente la de las "libertades municipales" en su esplendor )estaba, más bien, hasta las narices con tanto “desafuero”, ambiciones y tropelías de sus “honrados representantes” (más bien los caciques y ricachones de turno) entre sí a costa de los pobres menestrales, pueblo llano y otras clases serviles.
Anhelando más bien que el monarca de turno pusiera orden en su municipio y les dejara vivir cristianamente y sin alborotos.
Ahí está la infame época castellana de Pedro el Cruel, de Juan II o de Enrique IV.
Pero que alguien se pueda atrever a decir que esas lamentables épocas no solo deberían ser dignas de olvido sino, nada menos, que ¡¡un modelo político digno de imitación …basado en el cristianismo!!… no revela más que ignorancia, por no decir algo peor.
Última edición por Gothico; 06/09/2007 a las 18:08
Moderado.
En primer lugar quiero darles las gracias a Gothico. Sí, las gracias, porque sólo el hecho de compararme con Mella es un honor que no merezco.
Veo que no has intentado ni tan siquiera rebatirme ejemplos históricos que te he puesto. No obstante, no contento con eso, manipulas y sacas palabras de contexto al estilo de la prensa rosa o de Sardà. Yo no he insultado ni a zamoranos ( Leoneses ) ni castellanos. Te pongo el texto completo:
Pero, por ejemplo, yo, si un catalán separatista dice " Puta España ", jamás le diré " Puta Cataluña "; y mira que he hecho el imbécil muchas veces en mi vida..... En cambio, si un portugués despistado dice alguna babosada, ya hemos visto como contestas.....¿ O habríamos de decirle " Puta Zamora " o " Puta Castilla " o " Zamoranos palurdos " al zamorano separatista de turno ?
Tú eres el primero que dijiste que los portugueses sólo eran " Pescadores de bacalao " ( Coño, para ser pescadores de bacalao simplones, han conquistado medio mundo.....) o algo así porque una portuguesa despistada dijo algo en contra de España. O sea, que utilizando tu " método patriótico ", cada vez que un catalán separatista diga alguna bufonada, le podremos responder que " Cataluña es una mierda ", o algo así. O si algún separatista zamorano ( Pues en tu tierra, aunque pocos, los hay, como en todos lados ) dice otra burrada, utilizando tu método, haremos eso mismo.
Dices que los Reinos del Andalucía ( Sí, se hablaba indistintamente de " El Andalucía " o " la Andalucía ", como " Las Andalucías " o " España " o " Las Españas "; como de " Rusia " o " Las Rusias ", o el artículo masculino " El " para referirse a Austria-Está hasta en los Episodios Nacionales de Galdós-; pero veo que tampoco tienes ni putita idea del idioma que supuestamente dices amar ) no existieron, que es un invento mío....Si se te pone un mapa o varios mapas, tú te apañas para a tu gusto " reinterpretar " como te conviene, y así siempre. Si se te pone cómo los mismos Reyes de España en multitud de ocasiones nombraban sus Reinos y ahí aparecen Córdoba o Sevilla, lo negarás también. Tienes un nulo nivel crítico y ya hemos visto que la comprensión no es lo tuyo. Como nadie te conoce en este " mundillo " ( Ni tan siquiera Zamora, que es preciosa pero no es Nuevayó ) tú encima me acusas de sólo estar todo el día en internet mientras tú sacas brillantes carreras cada año y ganas millonadas con trabajos propios.....A este paso no sé qué vas a acabar tú, machote....
Dada tu " historiografía ", tú piensas que aquí llegaba el ¿ Señor de Castilla ? y todos los sevillanos decían " Sí Bwana ".....No, mi pueblo pertenecía a las Ordenanzas de Sevilla, como otros tantos de por acá. Los Cabildos se componían de reuniones representativas con 2 alcaldes y los gremios seguían funcionando así como las corporaciones eclesiásticas. Uno de los reyes que más intentó meterse en eso fue Carlos III y ha pasado a la Historia como el rey español que más motines ha sufrido, te repito. En mi pueblo sí se cecea, pero hay otras muchas zonas de Sevilla que no. Las formas dialectales de la Baja Andalucía y de la Extremadura Sureña son las MAYORITARIAS EN LA LENGUA CASTELLANA ( Por más que te joda ), las que más han influenciado de las Canarias a las Españas Americanas. En la Baja Andalucía es muy probable que conservemos rasgos del castellano antiguo que allí ni oláis. ¿ Y pretendes meterte conmigo haciendo el que cecea ? ¡ A mucha honra, pues ! También conservamos algún deje bable, por más que te joda. Como pronunciamos la -rl como -"ll"-, como te encontrarás en muchísimos textos de castellano antiguo. Como la " ch " nuestra se pronuncia igual por portugueses o catalanes. De mi pueblo salió gente para la Reconquista de Granada, el primer mártir religioso de las Indias ( Que es de mi estirpe ) y varios conquistadores para las Antillas y el Perú, amén de haber sido casa de los Guzmanes y del Almirante Gómez Pintado; así como de acá partió gente para la Guerra de Sucesión o en la Cruzada un nutrido contingente de requetés, y también algunos falangistas. Como ves, tenemos Historia; y no por ello Zamora deja de tenerla ni yo me meto con Zamora, cosa que tú sí haces con otras tierras hispánicas como buen torrente de la vida. Para ti sencillamente las regiones ni existen. Existe lo que tú te has imaginado, un falso concepto de España que probablemente suscribirían caciques como Cánovas, y que han hecho más daño que todos los separatistas juntos. Y ni pensar quiero la opinión que puedes tener de los hispanoamericanos, pero me la temo....
Otra tontería es que no me rebate nadie....¿ A ti sí....? Yo he debatido aquí bastante, y claro que me han rebatido, y muchas veces he tenido que pedir disculpas por mis gilipolleces y no me pesa, más pesa mi impulsividad gilipollesca que pedir disculpas cuando hay que pedirlas. Yo también he debatido mucho con los amigos hispanoamericanos como podrás ver. En fin, una rabieta propia la tuya de.....
El montón de tonterías que pones de la Edad Media parece copiado y pegado de Vilar o demás ralea ( Ya que eres tan aficionadillo al copia y pega, no sé qué pensar ); tú te crees que sólo tú lees librillos de Historia y que otros no venimos ya de vuelta de muchas cosas.
A veces se me acusará de " purista ", pero es que individuos como este " hombre ", caudillo del patriotismo español, de raigambre pura visigótica ( Seguro que es rubio con ojos azules y mide 2 metros ) quedan y muchos. Y no todos tienen por qué ser del " ambiente fuerzanuevista " ni muchísimo menos, las cosas como son. Más bien del " franquismo solapado ". Y aunque parezca difícil, en ti vemos ese " bien supremo " que Franco nos dejó....
El carlismo, en efecto, aun en horas bajas, sigue reivindicando la Tradición Hispánica. En unas formas que no es volver al pasado, pero ante tanto desafuero, sí recuperar denominaciones tradicionales, sí luchar como enseñaba Gambra, posicionándonos contra " el lenguaje y los mitos " ( Otro libro que el visigodo puro se debería leer ), y esos fueros no son otra cosa que la constitución histórica española. Fueros que en efecto se complementaban con partidas, con ordenanzas, con gremios, con cofradías; asociacionismo orgánico, si se quiere. Y con Juicio de Residencia para el gobernante. No viviremos el paraíso en la tierra, eso es cosa de marxistas y liberales, nosotros reconocemos las limitaciones humanas.
Cirujeda, con quien he tenido mala educación pero sin embargo ha demostrado tener humildad y hasta aguante: Buena lectura.
Tradición: Cuenta tú mejor que yo la anécdota que me contaste en Madrid sobre Felipe II en Barcelona, pues la conoces mejor. Aunque Gothico la negará y la renegará, pero bueno.
Y por supuesto que reitero que nada tengo contra Castilla aunque me he pasado en decir tonterías sobre Madrid y etcétera, lo reconozco. Me he criado desde chico con gente oriunda de Soria y son gente de lo mejor, y he viajado algo por Castilla y es hermosa tierra que nada tiene que ver con las cosas de Gothico. Como tampoco Zamora, una ciudad que me gustó hasta más que León si cabe, que ya es mucho. Ni tampoco me siento ofendido si un gitano viejo me llama " castellano ".
Última edición por Ordóñez; 06/09/2007 a las 21:13
Vamos a ver, Mella no se inventa una reivindicación del foralismo ajena a la tradición carlista...esta reivindicación es total en la historia del carlismo, a nivel teorico están las proclamas de sus propios reyes, Carlos VII sin ir mas lejos, ¿de que valdrían estas si este tema foral no fuese importante a nivel político para el pueblo y una cuestión doctrinal menor,? ¿para que reivindicar algo anacrónico.? si el pueblo no lo deseaba y estaba en contra..a nivel práctico allí esta la restauración en Olot de la Diputación General de Cataluña, por el mismo Carlos VII, y para saber porque luchaban los carlistas solo hay que leer,porejemplo, "la Darrera Carlinada "de Vayreda, y esto para no poner ejemplos vascos-navarros, y para que hablar de la guerra dels matiners...en la primera tambíen hay ejemplos de ello aunque en ella prima los temas legitimistas por ser entonces lo mas evidente , en el ataque al principio de legitimidad, y ser los fueros algo aun vivido,no tienen tanta relevancia. Cuando mas avanza el proceso centralizador, mas hay que defender los principios, y eso es mas claro en la III Guerra carlista, pero hay plena continuidad, entre otras cosas porque gran parte de los caudillos carlistas son los mismos en las diferentes guerras. Cuanto mas se destruye mas hay que teorizar su defensa.
Mella en un momento en que el ataque liberal se ha ido ya completando, lo que hace es sintetizar todo el largo proceso de destrucción de la Tradición y codifica luchas y reivindicación vividas, y plantea un programa de restauración global de cara al FUTURO. En este punto del proceso de implantación del liberalismo queda claro que la revolución francesa y sus principios que han ido llegando a nuestra patria y su aplicación a las legislaciones han sido el finiquito a todas estas libertades españolas, y es que la revolución no es un punto concreto en la historia sinó un proceso pero su punto central se puede situar en la revolución francesa y por eso se resalta su importancia, aunque ya había germenes anteriormente como dije en la ilustración..pero eso no es tradición , sino pura heterodoxia importada desde Francia...que habiese pensadores "absolutistas", incluso grandes eclesiasticos que defendiesen teoricamente el galicanismo, el jansenismo político,el josefinismo, y en España el regalismo, eso no deja de ser contrario a la ortodoxia política cristiana, todo ello era lenta destrucción del sistema tradicional que recibe su ataque final y se completa con la R.francesa.
Que las libertades forales y municipales no fuesen deseadas por el pueblo es su opinión, pero lo desmiente la adhesión masiva al carlismo y que fuesen las zonas donde estas estaban mas vivas las que se opusieran mas fuertemente al liberalismo, lo que demuestra la validez de estas instituciones y su apoyo popular. El liberalismo se combatió mas donde la Tradición Política tradicional estaba mas viva.
Que no solo el foralismo es tradicón??, pues es la Tradición de las Españas grandes, y esas instituciones fueron las que se opusieron al liberalismo que nos traía el laicismo, el derecho nuevo etc, y por supuesto que erán mejores que el sistema de la restauración con su caciquismo...que no eran perfectas?? pues claro, que no eran esas libertades las mismas que en la Edad Media, pues si, pero es que lo que importa es el sistema del pactismo, y por eso la tradición es dinámica, pero los principios que reguían el sistema eso era lo importante y eso es lo que se carga el Derecho Nuevo producto de la Revolución Francesa.
Última edición por Tradición.; 07/09/2007 a las 00:18
Ante todo, un saludo a todos.
Es un placer volver a encontraros por aquí después de mi más o menos prolongada ausencia.
Siento decir que no acabo de ver la contradicción entre la noción de “Fuero” como concepto genérico y su plasmación práctica y concreta en cada realidad determinada. Son precisamente esos “fueros” de tal o cual lugar los que han dado lugar al significado de “Fuero” en general. Sin éstos el término nunca hubiese existido, lo que resulta evidente, pero no implica que no hubiera diferencias entre ellos, ¡cómo podría no haberlas si cada uno es fruto de las costumbres espontáneamente surgidas del tejido y los cuerpos sociales y aceptadas como patrimonio propio de una localidad!
Al final, todos los supuestos diferentes sentidos de la palabra “Fuero” terminan convergiendo en lo mismo pues es el nombre que recibe la norma o ley, con carácter de privilegio en sentido amplio, surgida de los cuerpos intermedios de la sociedad frente al posteriormente llamado “Derecho Común”. Lo de que sea o no ‘idealizada’ ya parece surgir de su propia efectividad y justicia, al menos para algunos de nosotros, y no constituye un significado aparte.
Sigo sin entender cuál es el punto de controversia en esta discusión, puesto que no parece encontrarse oposición en la conveniencia de su aplicación práctica sino simplemente en puntualizar que no ha sido la única norma existente en las Españas a lo largo de los siglos. No, ciertamente, no ha sido la única pero sí la más tradicional. ¿Dónde está el problema pues? ¿Hay alguien que no esté de acuerdo con esto?
De todas formas, si hay que hacer caso de todo lo que aparece escrito en los Manuales de Historia del Derecho, por experiencia, mal vamos.
El jacobinismo revolucionario desencadenó la pérdida legal de dichas libertades. Es difícil situar el comienzo exacto de este proceso por la gran cantidad de fuerzas que se ven envueltas en virajes históricos de este tipo, sin embargo, aún así, no puede compararse los antecedentes tempranos de cierto desuso práctico con la completa destrucción liberal de las mismas. Por algún sitio tuvieron que empezar los enemigos del régimen foral.
"Praedica verbum, insta opportune, importune, argue, increpa, obsecra in omni longanimitate et doctrina. Erit enim tempus, cum sanam doctrinam non sustinebunt, sed ad sua desideria coacervabunt sibi magistros prurientes auribus, et a veritate quidem auditum avertent, ad fabulas autem convertentur. Tu vero vigila in omnibus, labora, opus fac evangelistae, ministerium tuum imple". (Tim. 4, 1-5)
"La civilización atea se apoya en la autonomía de la razón y conduce a la servidumbre.La civilización cristiana se apoya en la obediencia y termina en la libertad". (Vázquez de Mella)
LOS FUEROS
En el Ius naturalismo moderno existe una tendencia irrefrenable a extraer los derechos del hombre a partir de una definición puramente abstracta del hombre. Es decir, a partir de eso que constituye la esencia del hombre se estatuyen deductivamente sus derechos, como si no existiera un movimiento de perfeccionamiento práctico que supone la inserción del hombre en una sociedad histórica determinada, en cuyo seno conquista los derechos que es capaz de alcanzar.
La idea de fuero apunta a este dinamismo perfectivo que supone, como fundamento antropológico, el carácter dialogal de la razón humana y su nacimiento en el seno de una familia, desde la cual y a partir de la cual se inserta en el orden político. Escribe Francisco Elías de Tejada, con toda la precisión deseable: "El pensamiento tradicional español opone a esa idea abstracta del hombre la de un hombre como ser histórico concreto, y la concepción del ordenamiento político como conjunto orgánico en posiciones vitales concretas. Actitud que cristaliza en los fueros, manifestación legal y política de la visión de la comunidad a manera de "corpus mysticum" de que hablan nuestros clásicos políticos". (F. Elías de Tejada: "La Monarquía Tradicional", ed. cit., p. 127).
Estos fueros no nacen deductivamente de la idea de hombre, y más que con el individuo aislado se conjugan con las comunidades orgánicas en las que se realizan las actividades fundamentales del hombre histórico: la familia, la corporación de oficio, el estamento, el pueblo, la región, etc. No hablamos en esta oportunidad del "corpus mysticum" porque se trata de una noción que no pertenece de derecho a la configuración política del Estado y puede dar nacimiento a una confusión entre lo que es propio de la Iglesia con aquello que pertenece a la sociedad civil. De cualquier modo, y en tanto la ciudad como organización temporal está incluida en el "corpus mysticum", podemos afirmar —de la mano de Alfredo von Martin, citado por Elías de Tejada en la página 131— "que la Edad Media en su estructura y en su pensamiento concibió un sistema de rígida graduación. Era una pirámide de Estados como así una pirámide de valores. Esta pirámide ha caído destrozada y la libre competencia ha sido proclamada como ley natural". ("Sociology of the Renaissance", New York, Oxford University Press 1944. Citado por Elías de Tejada, traducción de la autora).
Como no es difícil advertir, hay en este párrafo una clara referencia al carácter burgués y librecambista de la Revolución, y esto nos permite persistir en la idea de que el cambio de las preferencias valorativas tiene su origen en eso que hemos llamado el economicismo y que constituye, esencialmente, el rumbo axiológico tomado por la burguesía. En primer lugar, porque la economía lucrativa tiene por promotor y beneficiario al hombre individualmente considerado y no a la familia, al gremio, a la región o al estamento. Un convenio comercial o un contrato económico o financiero se hace entre libres e iguales: sería imposible negociar con una propiedad que no perteneciera de hecho a quien pretende venderla o permutarla.
Hay un principio que sirve de base al sistema liberal del contrato político que, bien considerado, puede aplicarse al estado orgánico de la Monarquía Tradicional: "El fin de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de sus miembros". La dificultad consiste en saber quiénes son los miembros de la asociación política: ¿los individuos aisladamente considerados o las comunidades orgánicas a las que nos hemos referidos al hablar del Antiguo Régimen? La importancia de la distinción es fundamental cuando se trata de apreciar la diferencia entre uno y otro concepto del Estado.
En el pensamiento español los fueros son al mismo tiempo barrera y cauce. En primer lugar, porque "defienden el círculo de acción que a cada hombre le corresponde según el puesto que en la vida social ocupa, como padre de la familia, como profesional, como miembro de un municipio o de una comarca; y cauce por donde fluye su acción libre, enmarcada jurídicamente en los márgenes de su posición en el seno de la vida colectiva. De modo que los fueros son garantías en el uso y evitación para el abuso de la libertad humana". (Op. cit., p. 148).
Es curioso advertir que el concepto más absoluto de libertad, aquél que la pone en el pináculo de la perfección personal cuando el hombre, libre del error, del pecado y la miseria, entra definitivamente en la Casa del Padre, la hace también solidaria de la responsabilidad con la cual se ha asumido la ley del amor al prójimo, que consiste, precisamente, en responder con libertad a todas las exigencias materiales, morales y espirituales de las agrupaciones en las cuales realizamos nuestra existencia.
Los vínculos sociales nacen con nosotros y se van perfeccionando en la medida en que sus lazos son asumidos con plenitud de conciencia. En esta faena de perfección y crecimiento la ley juega un papel decisivo porque es, gracias a su compulsión, que podemos desarrollarnos sin las desviaciones que surgirían necesariamente de un abandono a la espontaneidad sin control.
En este sentido muy preciso, de una pedagogía adscripta a la formación del hombre en la sociedad, el fuero es el resultado histórico de una perfección que se otorga a una familia, a una comunidad de trabajo, a una región o un pueblo, con la seguridad de que allí, en el seno de esa asociación sus miembros tratarán de merecer el derecho que el resto de la sociedad civil les otorga.
Decía don Víctor Pradera —en una muy clara reflexión sobre las condiciones del "Nuevo Estado Español"— que al llegar el ser social a la etapa del municipio "contiene en su seno personas cuya actividad individual se ha orientado de una manera permanente, en virtud de la división de trabajo señalada en la familia, en las más variadas direcciones impuestas por la satisfacción de las necesidades sociales; pero además, la mayor perfección con que aquélla se realiza en la nueva sociedad, reduce la aplicación simultánea de actitudes a un número menor de formas de su ejercicio, originando determinaciones más claras en los que se dedican a una de ellas y produciendo en la división del trabajo una división más acentuada, a la vez que más fundamental". (Víctor Pradera: "El Estado Nuevo", Madrid, Cultura Española 1941, p. 106).
Este párrafo —de quien, con Nocedal, Menéndez y Pelayo, Aparisi y Vázquez de Mella, fue un pilar de la Comunión Tradicionalista de España— no nos dice lo que es un fuero, pero nos ayuda a comprenderlo en tanto nos anima a observarlo en un proceso de perfeccionamiento, que se conjuga con entidades sociales y no con individuos atomizados como lo quiere el pensamiento moderno para mejor preparar el terreno en donde piensa edificar sus utopías.
Otro pensador de la misma estirpe tradicionalista, don Rafael Gambra, cita con feliz oportunidad esta frase de Lur Saluces que coloca el tema de los fueros en la línea de una buena comprensión: "Las familias pueden ser consideradas como los vehículos naturales de la tradición. Cuando están fuertemente constituidas, todo cuanto un hombre haya podido hacer de útil no muere con él, sino que se transmite con la sangre y el nombre a sus descendientes. El resultado de esfuerzos pretéritos, añadidos al esfuerzo presente, hace a éstos más eficaces y más felices: el bien público y el interés general se benefician de ello. Todo adquiere un gran aspecto de solidez y de fuerza". (Rafael Gambra: "La Monarquía Social y Representativa", Rialp, Madrid 1954, p. 104).
Los fueros familiares son nidos de hidalgos, de virtudes y obligaciones fundadas en una tradición doméstica que tiende a proyectarse fecundamente sobre el resto de la sociedad. Lo mismo podemos decir en lo que respecta a otras comunidades orgánicas y en la misma medida en que fundan principios de acción social.
Las acepciones del término fuero (del latín forum=tribunal) son múltiples, pero todas ellas giran sobre la noción de ley, derecho, jurisprudencia o potestad en un sentido jurídico, y abarcan tanto las relaciones sociales externas —que señalan a un tribunal con competencia para actuar en determinadas situaciones— como así también las relaciones íntimas de los súbditos —en las que se destacan las decisiones de la conciencia— comprendiendo así todos los campos donde se dirime el derecho.
ESTADO TRADICIONAL Y FUEROS
Se dice comúnmente que el Estado Moderno está forjado especialmente para garantizar los derechos del hombre, y se hace una enumeración más o menos exhaustiva de todas aquellas garantías jurídicas que puede gozar un ciudadano que ha logrado con los otros una libertad y una igualdad equiparable. Sobre esta base ideal tiene sentido el derecho a opinar libremente sobre cualquier cosa, o a disponer de una propiedad que es necesario tener o de una libertad que se hace imprescindible conservar. El Estado así previsto está formado por individuos a los que se supone propietarios y dueños de una cierta instrucción, porque de otro modo la mitad de sus derechos cae por ausencia de sustentación. Con o sin propiedad, el ciudadano sujeto de los derechos no pertenece a ninguna estirpe, a ninguna profesión, a ningún municipio ni nación, a ninguna confesión religiosa. Purificado de toda esta escoria histórica es —como decía Renán— un huérfano que tendría que morir soltero para cumplir con los requisitos de una organización civil que desconoce las solidaridades que nacen de la naturaleza y de la convivencia en el curso del tiempo.
El Estado Tradicional no nació del día a la noche para constituir el orden jurídico que debía regir la convivencia de un pueblo. Nació y se formó sobre la base de muchas asociaciones que preexistían, a las que venía a confirmar en sus fueros sin abrigar la pretensión de desconocer su existencia. Rafael Gambra —en el libro citado más arriba— califica al antiguo sistema español de Monarquía Federativa, dando a este calificativo toda la amplitud que tuvo en el Antiguo Régimen, porque necesariamente fue una confederación de "grupos humanos históricos e institucionalizados, políticos unos —municipios y antiguos reinos—, sociales otros: las asociaciones, profesionales o no, de todo género. En este amplio sentido se incluye la palabra fueros en el lema tradicionalista que resume toda la vida y el sentir de nuestro pueblo". (Ibid., p. 181).
Así, el poder centralizador de la monarquía, lejos de fagocitar la autonomía de los municipios, la confirmaba en sus fueros y cumplía aquellas funciones que, por su natural pequeñez, no podían ser realizadas por ellos. Cada uno de estos municipios era una comunidad de vecinos que disponía de algunas propiedades comunales, que resultaban ser una suerte de patrimonio colectivo de sus vecinos. Gambra cita una ordenanza perteneciente a la villa de Roncal, en Navarra, donde se disponen una serie de medidas que tienen por principal propósito confirmar esta voluntad de convivir de conformidad con los preceptos de la Iglesia Católica y de incorporarse a la Corona Española, pagando los cuarteles y las alcabalas que convienen para la defensa común. (Ver op. cit., p. 41 y ss.).
Para dar más fuerza a esta argumentación —que sostiene Rafael Gambra en seguimiento de los más notables pensadores del tradicionalismo español— quizá sea conveniente advertir una modalidad del espíritu que la anima, y cuya diferencia con el espíritu moderno será vista por cualquiera que no haya perdido completamente la aptitud para los cotejos históricos. La antigua concepción del Estado era fundamentalmente conservadora y, en este preciso caso, conservadora de todas las diferencias que hacían a la compleja multiplicidad de España. No se concebía el centralismo de la monarquía como resultado de una amputación simplificadora sino como el ejercicio de una acción política, destinada a hacer coincidir en la cúspide lo que era naturalmente desigual y diverso en las bases. La idea moderna del Estado es completamente diferente, y con el propósito de unir uniforma y destruye.
La razón profunda de esta diferencia radica en la inspiración católica del Antiguo Régimen. La Iglesia jamás desconoció ni la vocación, ni la autonomía, ni las múltiples distinciones que afectaban a los pueblos de la Cristiandad, y hasta se puede observar que las fomentó, sin dejar de afirmar —en la base y en la cúspide— una unión integradora y asuntiva. Al decir en la base, pensamos en la familia cristiana, y al señalar la cúspide pensamos en el Papado. Ambas uniones conforman el cuerpo de la pirámide social cristiana.
A las diferencias nacionales la Iglesia llamó vocaciones, y en función de que cada pueblo tenía su puesto en orden a la misión de propagar el Evangelio, la vocación de cada uno de ellos nacía de los carismas que les eran propios y adecuados. La Revolución, en la medida que encarna el espíritu moderno, aspira a lanzar sobre el mundo las redes de un poder reductor, simplificador y posesivo que tiende por su propia naturaleza a reducir las diferencias en beneficio de eso que Marx llamaba, con toda exactitud, una idea genérica del hombre. Es decir, un esquema antropológico que destruye la especificidad en beneficio del sistema ideológico que se desea imponer.
REGIONALISMO
Si la tradición española conforma una relación muy particular de la Monarquía política con los diferentes estados de una España plural y diversificada, el tradicionalismo se manifiesta a raíz de la Revolución y connota, con el énfasis de su "ismo", una reacción contra la agresión centralizadora y destructiva de la Revolución. En la especulación tradicionalista España es vista y observada desde una posición defensiva, y esta actitud carga las conclusiones del saber histórico con toda la fuerza de la pasión patriótica comprometida. Es una verdad de buen sentido decir que los órganos que están sanos no se hacen sentir, y funcionan en la silenciosa complacencia de la salud corporal. El regionalismo español cobra una importancia desmedida cuando la centralización revolucionaria amenaza su existencia, y los convierte en realidades crispadas que amenazan salir de sus quicios y convertir eso que fueron los fueros en protestas contra la unidad española.
Vázquez de Mella fue, antes que cualquier otra cosa, un gran orador. No se busque en sus obras un sereno estudio de historia sobre la España tradicional: sus discursos brotan de las exigencias del momento, y vienen cargados con la pasión que los alimenta; pero tal vez por esa carga emocional que configura la polémica, ofrecen un cuadro lleno de fuerza en donde el estudioso de la tradición española tiene la visión de eso que fueron las realidades políticas negadas por la Revolución.
Santiago Galindo Herrero hizo una selección de los discursos del orador asturiano, y los presentó —en un estudio preliminar— de modo que resaltaran todos aquellos aspectos que se referían a la relación viva que guardaba la Monarquía Tradicional con el regionalismo. Advierte, en los primeros párrafos del estudio, que Vázquez de Mella, Jaime Balmes y Donoso Cortés constituyen las fuentes indispensables para quien quiera tener un serio contacto con el tradicionalismo español: "Ante la descomposición de la sociedad, partida en bandos y grupos, sentó la doctrina de una ordenación jerárquica; frente a la injusticia social de quienes todo lo querían para el capital o para el trabajo, sentó las bases de una armonía social presidida por el orden moral, del que son parte el jurídico y el económico...". (S. Galindo Herrero: "Estudio preliminar" al libro "Regionalismo y Monarquía" de J. Vázquez de Mella, Rialp, Madrid 1957, p. 13).
Debemos comprender que el modelo político propuesto por Vázquez de Mella no era una creación de facundia ideológica sino aquello que la historia de España presentaba a la consideración de sus hijos para que aprendieran a medir los límites de una pretensión regionalista compatible con la unidad nacional. Lo decía el mismo Vázquez de Mella con palabras que no precisan ninguna aclaración: "Es necesario limitar el Estado, limitar la soberanía del Estado, poniéndole barreras que impidan el desbordamiento de esa autoridad, que ha llegado a ser omnipotente".(Op. cit., p. 107).
Esta limitación estaba constituida históricamente por los fueros. Eran estos los naturales contra-poderes que mantenían la soberanía en sus quicios. Pero convenía no exagerar la autonomía de las regiones si se quería mantener en España una voluntad central y no contribuir a convertirla en un montón de repúblicas, que terminarían liberándose las unas de las otras, hasta que la agresión extranjera las fagocitara o las obligara a considerar nuevamente las posibilidades de una unión en la cúspide. Vázquez de Mella dio una definición de lo que eran las regiones, que conviene considerar en esta oportunidad en toda su latitud, porque no creo que encontremos otra mejor ni más clara:
"La región es una sociedad pública o una nación incipiente que, sorprendida en un momento de su desarrollo por una necesidad poderosa que ella no puede satisfacer, se asocia con otra u otras naciones, completas o incipientes como ella, y les comunica algo de su vida y se hace partícipe de la suya, pero sin confundirlas, antes bien, marcando las líneas de su personalidad y manteniendo íntegros dentro de esa unidad todos los atributos que la constituyen. Así se forman las regiones que llegan a tener una personalidad histórica, que es además una personalidad jurídica, que posee franquicias para regir su vida interior y que tiene también la expresión, las más veces de su lenguaje, casi siempre de sus derechos, y una fisonomía particular y privativa, e instituciones peculiares que le son tan propias como su lengua..."
Consideraba perfectamente lógico que el Estado Nacional se encargara de hacer obligatorio para las funciones civiles el uso de un lenguaje común, pero no veía la necesidad de sustituir el idioma vernáculo que las regiones habían creado para su uso familiar. Advertía Vázquez de Mella que la lengua "impropiamente llamada castellana" había nacido en Asturias, y que todas las regiones de España habían contribuido a su enriquecimiento y constitución con palabras y expresiones propias, pero mucho más con el temperamento de los escritores regionales
EL CONCEPTO TRADICIONAL DEL ESTADO EN ESPAÑA
Por Laura Calderón de Civit
Última edición por Tradición.; 07/09/2007 a las 01:43
Cerrado por un tiempo.
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
Vuelvo a abrir este tema confiando en que los ánimos estén más calmados que la última vez por si alguien quiere añadir algo.
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
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