Me parece desenfocado el planteamiento:
La defensa que aquí se hace de la nobleza de sangre y de su realce, parece chocante con el lema carlista “Dios, Patria (Fueros) Rey, mencionado al inicio del artículo
Ni la nobleza de España en su época gloriosa oyó hablar de carlismo ni de Dios-Patria-Rey, ni de (modernas) teorías foralistas, ya muy tardías (y precisamente construidas cuando ya no había fueros); y más, cuanto que los “fueros” medievales constituían un pacto entre “pueblo” y rey en el que la clase noble pintaba muy poco.
La nobleza y luego la burguesía se fueron superponiendo a los fueros, posteriormente, en otra dimensión política cuyo ámbito eran bien las Cortes, los Pactos o bien las luchas contra la Monarquía.
Por otro lado, el carlismo era un fenómeno esencialmente popular, del pueblo llano. Las influencias nobiliarias del Antiguo Régimen (lo que quedaba de ellas), precisamente se habían decantado hacia la Ilustración, el llamado Despotismo Ilustrado, y el afrancesamiento borbónico, precisamente los precedentes del liberalismo de Cádiz contra los que combatió el Carlismo. Después, todos los nobles se pasaron al bando de la monarquía isabelina.
Me parece que carlismo y nobleza tienen muy poca relación entre sí, y mucho menos para que alguno de ellos sea el fundamento del otro.
(Salvo que consideráramos “noble” a todo el que simpatice con los fueros o exija su restauración o su cumplimiento, pero es obvio que eso no es así. Todos sabemos que ser carlista ni fue, ni es, aspirar a la nobleza de sangre).
Sin embargo, algo que parece unir nobleza a fueros parece insinuarse al leer esto:
Con ello, después de varios siglos de las invasiones germánicas, los supervivientes de las estirpes visigóticas hispánicas perpetuaban la herencia de sus ancestros de esta manera:
“Nos, que somos tanto como vos y todos juntos más que vos, os hacemos rey de Aragón, si juráis los fueros y si non, no.” (Juramento de los reyes de Aragón.)
Aquí se vincula la nobleza (“supervivientes de las estirpes visigóticas”) con la posesión de unos fueros (¿por parte de esa nobleza?).
En principio, es más bien falso, por falta de datos históricos, decir que continuaban las “estirpes visigóticas” tras la Reconquista.
La (única) estirpe visigótica que se conoce es la de sus reyes, que descendían y eran elegidos de entre el linaje de los Balthos.
Pero de eso nunca más se supo tras la batalla de Guadalete; nadie reivindicó esa descendencia, ni que alguno tuviera mejor título que don Pelayo. Y de hecho, don Pelayo sí sería un noble godo, pero no del linaje de los reyes godos. Sabemos que estaba en la Corte de Toledo, como espadatario y poco más.
También se sabe de un tal Pedro, duque de Cantabria, con el que emparentó don Pelayo, casando una hija suya, y que prosiguió la dinastía astur. Pero nada más.
Ahora bien, por supuesto que habría genes visigodos en las montañas del Norte. Pero, de ahí a que hubiera “estirpes visigóticas”... media un mundo. Los visigodos que huyeron se mezclarían con los restantes fugitivos hispanos y con los astur-cántabros locales, desapareciendo como pueblo y dando lugar a un mestizaje que originaría el elemento humano de los pueblos que se generarían de ello: el astur-leonés y el castellano.
Quedó, eso sí, el recuerdo gótico en la configuración posterior del Reino-astur leonés, pero sin linajes reales o nobiliarios sucesores de los godos, sino como esquema configurativo y legitimador de aquella Corte. Esos reyes no se consideran godos sino astures.
Y sobre que unas supuestas “estirpes visigóticas” fueran el germen de la nobleza aragonesa o castellana: lo mismo se debe decir, que no hay constancia de ello.
¿Descendía, p. ej. Fernán González directamente de los visigodos?
Nadie lo ha afirmado nunca, ni ninguna crónica de su época, (que se refieren a los godos ya como de un tiempo remoto y lejano); por eso se sobreentiende que no se consideraba visigodo y que no lo era realmente por que, de haberlo sido, se hubiera escrito entonces en las Crónicas que sí lo era, y eso no consta.
Por otra parte, los visigodos jamás conocieron fueros ni juraban sus reyes fueros o algo parecido (siendo, sus leyes derivadas más bien del Derecho romano del Bajo Imperio), siendo su derecho, si cabe, más bien de sentido muy vertical y clasista, contrario a fueros, por tanto.
Los fueros históricos (…las teorías forales carlistas son otra cosa…) tienen más bien su origen en la repoblación del centro-norte peninsular derivado de la Reconquista.
Sin invasión musulmana ni Reconquista no hubiera habido fueros en España sino derivaciones de las leyes visigóticas Liber Iudiciorum, Breviario de Alarico, etc.
Con el tiempo las noblezas hispánicas se diversificaron, su renovación constante transcurrió paralelamente a su degradación fundamental. Se llegó incluso a crear, aberrantemente, Grandezas, sobre todo en Castilla, el reino “absolutista” de las Españas, referente de la Nueva Planta de Felipe V.
Bueno, ya puestos, más “aberrante” que “crear Grandezas”, según tus planteamientos, habría de ser el enturbiamiento de sangre bastarda que entró en la monarquía de Castilla con la Casa de Trastámara, y que pasó a Aragón cuando esa Dinastía también pasó a reinar en Aragón con Fernando I, y a Navarra, cuando Fernando el Católico la conquistó en 1512. O sea a toda España.
Considerando ese dato de la bastardía ¿qué sentido tendría hablar, desde entonces, de nobleza de sangre? Y si a eso le sumamos además el carácter “aberrante” de las “Grandezas”...
Por otra parte, el único “absolutista”, de haberlo, serían los Monarcas de la Casa de Austria y los Borbones (concretamente Felipe V) , legítimo rey de Aragón, Valencia y Cataluña que impuso el modelo jurídico existente en Castilla (tal como pudio haber puesto en Castilla el aragonés si así lo hubiera creído oportuno).
“Castilla”, sus reinos, su nobleza y los castellanos de a pie no pintan nada en el tema de la Nueva Planta de Felipe V.
Bueno, la sangre de los lapones, esquimales y chinos, etc tampoco tiene sangre de “moro, negro y judío”. ¿Por qué no concederles a ellos también condición de nobleza o infanzonía?Hubo una excepción felicísima que se dio en Castilla precisamente y fue la de Vizcaya en el siglo XVI. Los Vizcaínos, en efecto, lograron una notable comunión por arriba, cuando Carlos V les reconoció la infanzonía de sangre a la práctica totalidad de ellos. En verdad, por un lado, su sangre estaba limpia de la de moros, negros y judíos (lo cual ha sido demostrado a principios de la década del 2000 con los conocidos análisis del ADN citados por mi en este foro tan a menudo) y por otro la tradición vernácula se mantenía en ellos pujante, preservada gracias al vigor de sus fueros.
Pues ¿por qué habría de tener más mérito ser vasco que lapón o esquimal? ¿Por la fábula medieval esa que se autoinventaron de que provenían del bíblico (y mítico) Túbal?
(Por cierto, chinos y esquimales deben ser mucho más puros que los vascos, porque de éstos hay algunos que, si no lo cacarean, por la cara y el aspecto ni se les nota el Rh ese tan famoso)
¿Y qué mérito específico de nobleza, en sí, tiene el hecho de ser vasco o vizcaíno, dejando a un lado lo de Túbal?
¿Saber con certeza que su Rh coincide con el del hombre de las cavernas o el de Cromagnon, acaso, y saber sin sombra de duda que (al igual que los negros o los indios) no lleva ningún átomo de sangre de emperador o de césar, sino toda ella íntegra de leñadores, labradores o pastores ?
¿No sería más noble poder estar mezclado aun con moros o judíos (que no es el caso de la inmensa mayoría de españoles), pero saber que, aparte, puede ser que algo de sangre de emperador romano, de héroe griego o de rey visigodo se haya colado por tu sangre?
Pero sobre gustos no hay nada escrito.
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