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Carolus V
Esa "feminista mongola" se refiere a la masculinización de la mujer que llevan a cabo las feministas de entoncés y de ahora, es decir, considerar las características propias de las mujeres como una forma de "esclavización" y aspirar a aquellas características que son propias de los hombres como "liberación", por lo tanto, lo podríamos considerar como una forma de misoginia, de hecho, se le suele dar el nombre de "marimachismo", un nombre bastante extendido, no muy popular, pero extendido.
Entre este deseo de las características femeninas podemos nombrar la endemonización de la maternidad y de las tareas domésticas como el cuidado de los hijos, así como gustos excesivos por vestirse y actuar como hombres y el punto de dar más importancia al trabajo que a los niños; en vez defender y dignificar las tareas femeninas, lo que como consecuencia llevaría a los hombres a no ver como algo infamante o impropio esas tareas -los que lo vean- y a menudo, a hacerlas por ellos mismos.
Usted vuelve a comentarlo y yo vuelvo a comentarlo: es embarazo es consecuencia de la acción sexual y cuando acepta tener relaciones sexuales acepta la posibilidad más o menos alta de quedarse embarazada. Cuando aceptamos los actos, aceptamos sus consecuencias.
Pues, por el momento, la zoofilia es ilegal en España.
Pues como si no me equivoco se esta refiriendo a Valmadian y él se titula miembro carlista -yo también lo soy ¿para qué nos vamos a engañar?- le voy a decir que los ideólogos carlistas del Sexenio Revolucionario ya señalaban la incoherencia que suponía que hasta el más analfabeto de los hombres tuviera derecho a voto, pero no las mujeres por ser "incapaces"; y como evolución natural, fue Vázquez de Mella, el Verbo de la Tradición, uno de los primeros políticos españoles, si no el primero, que solicitó el voto femenino.
Una cosa son reclamar derechos obvios y legítimos, como es lo que hacían Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán -que fue carlista de joven-, como el derecho a la educación a la que no todas las mujeres tenían acceso, pues sí que existían escritoras, ciertamente pocas, como María de Zayas, Santa Teresa de Ávila o sor Juana Inés de la Cruz, por mencionar las más famosas del Siglo de Oro español; y otra cosa es lo que hacen las "feministas" de hoy, que, más que mujeres, parecen hombres con tetas y cuando van desnudas y pegando gritos -leáse Femen- hasta bestias.
Forma parte del habla popular y el que habla así no lo va a cambiar porque sea políticamente incorrecto, de la misma forma en que usted no dejará de usar el adjetivo "mongol" como sinónimo de "bárbaro" por respeto a los mongoles.
Eso último es discutible, uno no puede divorciarse de su cónyuge sólo porque ha dejado de caerle bien, es simplemente un atentado contra el sentido común; ni tampoco puede divorciarse porque haya dejado de satisfacerle sexualmente -que supongo que es a lo que se refiere-, porque el matrimonio es mantenerse fiel y entregarse a la persona amada -y se espera lo mismo de ésta-, no sexo gratis.
¿Quieres decir...? ¿Salvo la gravedad?
No te preocupes, pasa lo mismo con las drogas... y no es una broma ni una ironía. Ceder inmediatamente a los deseos -deseos, es decir, algo prescindible y que aperece de repente- no es libertad sino que es adicción. Por ejemplo, un fumador no fuma porque quiere, sino porque cree que quiere, o porque cree que lo necesita y así cede a sus impulsos. Cree que cuando haya fumado el deseo cesará, pero el deseo volverá a aparecer y el fumador no se cura porque lo satisfaga, sino que empeorará en cuanto lo haga con mayor frecuencia.
Muchas veces esos deseos son adicciones en sí mismos: tomar un medicamente al que se es adicto, comer demasiado, tener sexo -sí el sexo también provoca adicción. Justamente el Catecismo cristiano nos enseña a ser moderados y no satisfacer nuestros instintos salvo cuando sea necesario, porque cuando no lo es corremos el peligro de volvermos adictos a esos instintos. El que se obliga sí mismo a comer sólo porque tenga hambre o sólo tener relaciones sexuales para tener hijos, no es esclavo, sino justo lo contrario: es el que mejor se controla. Y usted me temo que no sólo no se lo controla nada, sino que está orgullosa de ello.
Nosotros no queremos se sea relajado en las costumbres no porque seamos machistas, de lo que usted nos acusa directa e indirectamente, puesto que eso exigiría que sólo se lo reclamaramos al sexo femenino, sino que nos lo reclamamos a nosotros mismos.
A sus hijos les encantaría saberlo.
Ústed dice que quiere ser libre para hacer lo que le dé la gana, sin embargo dice que el libre albedrío -que en suma es eso, libertad- no existe. ¿Es que no es consciente de sus propias contradicciones?
El libre albedrío, es decir, la facultad de elegir, sí, está condicionado. Por la naturaleza. Por lo tanto no se puede decidir un absurdo.
Creo que antes de criticar las palabras de Perón deberías leerlas bien y antes de criticar su figura deberías molestarte en hacer un esfuerzo mínimo para conocer su figura. No digo que te tengas que leer toda la bibliografía existente sobre Eva Perón, pero por lo menos podrías leer algo de lo que dice la Wikipedia o alguna página web, te dará sólo una visión superficial, pero al menos es mucho mejor que no tener ninguna.
A ver... Eva Perón pertenecía a la familia ilegítima de un político de clase alta que murió cuando Eva Perón sólo tenía seis años, lo que dejó a su familia en una situación crítica, puesto que las leyes argentinas eran muy duras para los hijos bastardos. Hasta la muerte de su padre vivió en un pueblo, tras lo cuál pasó a residir en el pequeña población mapuche de Los Toldos; es decir, ¿era humilde? Sí. ¿Pertenecía al Pueblo? Sí, y además -que me pregunto cuál es su criterio para decidir quién es del Pueblo y quién no- pertenecía a un pueblo.
Lo que nos está diciendo era que ella no podía lograr lo que mujeres más preparadas que ella no habían podido.
Deberías atender con claridad sus palabras: está mostrando como ve, o como veía a las feministas en la etapa de su vida que Eva Perón nombra, a las feministas de aquella época. De hecho simplificaba de forma irónica o satírica a como las veía.
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