La banca islámica busca una puerta trasera para operar en España
By AMDG on Mayo 14th, 2009 | No Comments »
Un interesante reportaje:
La creación del primer banco musulmán no fructifica pero su llegada está cerca.
José María Olmo La refundación de la banca tras la recesión económica va a tener protagonistas inesperados en Occidente. El descontento generalizado que ha provocado la gestión especulativa de los mercados en las sociedades desarrolladas está favoreciendo un modo más ético y conservador de hacer negocios que lleva en el logotipo la media luna del islam. No es novedad en el Reino Unido pero sí en España, donde la banca islámica aún no ha encontrado el resquicio legal para entrar en un mercado con dos millones de clientes potenciales. Cuestión de tiempo.
El Instituto Halal va a cerrar un acuerdo con Sa Nostra para crear una cuenta islámica. Los primeros pasos para la creación de un banco islámico en suelo español los dio en 2006 el Instituto Halal, un centro de certificación de calidad islámica con sede en Córdoba, dependiente de la Junta Islámica de España. El acuerdo estuvo cerca de cerrarse en 2008 con Deutsche Bank, interesado en crear una nueva división para copar este mercado español, como ya han hecho entidades como el HSBC en otros países europeos. Pero impedimentos legales frustraron las negociaciones.
El Banco de España, explican en el Instituto Halal, fija mínimos y máximos de obligado cumplimiento en las condiciones de aplicación de los productos financieros que contravienen el Corán. Las comunidades islámicas de España siguen trabajando para salvar estos obstáculos y que entidades convencionales puedan ofrecer, al menos, productos financieros con el sello del islam.
Otra banca
Las finanzas islámicas se diferencian del resto en que los beneficios de banco y cliente se asientan sobre la evolución real del negocio. El Corán prohíbe la especulación, hacer dinero con dinero e imponer al prestatario condiciones abusivas. Invertir de forma agresiva también infringe el islam.
Deutsche Bank ya lo intentó, y La Caixa y Banesto se han interesado por esta línea de negocio. En la concesión de una hipoteca, banco y cliente fijan de antemano la duración del préstamo, el importe de las cuotas, el precio que tendrá la vivienda al final del pago y los intereses para todo el periodo. No hay revisiones de los tipos ni embargos. Si el comprador no puede afrontar los pagos, la casa se subasta y los beneficios se reparten entre la entidad y el cliente, según fuera su participación. La responsabilidad financiera es compartida y se basa en la confianza.
Los preceptos del Corán también conllevan que la inversión de los musulmanes no pueda ir destinada a empresas vinculadas con el cerdo, el juego, el alcohol y el sector armamentístico.
Pero fuera de estas implicaciones religiosas, la foto fija de las banca islámica es la de la banca occidental sin los excesos que parecen haber provocado la debacle.
Las negociaciones de 2007 con Deutsche Bank conllevaron un estudio de la clientela potencial de este modelo de negocio en España. Sólo La Caixa, estima el Insituto Halal, tiene 500.000 clientes musulmanes. En total, serían dos millones de creyentes en territorio nacional esperando la oportunidad para comenzar a operar con una entidad que respete las reglas del Corán. “En el estudio que hicimos para perfilar las necesidades de los posibles clientes se concluyó que eran personas con ingresos aceptables, fieles a sus bancos y con un bajo nivel de morosidad”, explica Isabel Romero, directora del Instituto Halal.
Islamic Bank of Britain, la primera entidad islámica que se instaló en Europa, en 2002. Busca la rentabilidad a largo plazo y abre sus productos a todo tipo de clientes. Las conversaciones siguen con entidades como la propia Caixa y Banesto. Con ambas se han puesto en contacto para lanzar productos que, aunque no los cumplan absolutamente, sí se aproximen a los preceptos islámicos. “Nos gustaría cerrar un acuerdo con alguna caja de ahorros, por eso de que tienen que reinvertir sus beneficios en obra social, algo muy próximo al Corán”, apunta Romero.
La firma de certificación está a punto de cerrar un acuerdo con la caja Sa Nostra para que los musulmanes del archipiélago puedan ahorrar en cuentas especiales los gastos de ser enterrados en el primer cementerio islámico de Islas Baleares. Sa Nostra no cobraría comisiones (dinero sobre dinero) pero las cuentas tampoco generarían ningún tipo de interés para los depositantes.
Países como Francia han tenido que adaptar su legislación para facilitar la entrada de fondos de inversión islámica, y es difícil saber cuánto tiempo resistirá España a la presión que ejerce su mercado interno, creado en apenas una década por los flujos migratorios.
La gestora Dow Jones creó en 1999 el primer índice de Mercados Islámicos y desde entonces ha incorporado a su oferta más de un centenar de selectivos bursátiles configurados exclusivamente con empresas que cumplen a rajatabla la Sharia. Las compañías referenciadas se caracterizan por adoptar estrategias de bajo riesgo y su apego a la economía real, y no han tenido un mal comportamiento. En lo que va de 2009, el Dow Jones Islamic Market ha ganado un 5% frente a la evolución negativa del índice principal del Dow Jones, que ha perdido un 4%.
Puertas al campo
El Dubai Islamic Bank, fundado en 1975, fue reconocido ayer como el Mejor Banco Islámico de los Emiratos Árabes Los obstáculos legales del Banco de España no han impedido que los inmigrantes introduzcan prácticas financieras de sus países. La comunidad paquistaní, muy presente en el área metropolitana de Barcelona, cuenta con una amplia red de agentes financieros que mueve millones de euros a espaldas de las autoridades. “La Hawalla o Hundi es un sistema tradional de transferencia de dinero que permite transferir fondos sin moverlo físicamente del origen”, explica Alberto Priego, investigador de la Universidad de Londres, experto en Cáucaso y Asia Central. “Una persona acude a un Hawaller, por ejemplo en Lahore, para transferir dinero a otra persona que reside en Berlín. El Hawaller local realiza una llamada de teléfono y ordena al Hawaller de destino que abone esa misma cantidad a la persona que lo va a recoger. La transferencia no deja rastro y tiene una comisión muy pequeña”.
En 2005 se estimaba que el negocio de la Hawalla movía en España transacciones por valor de 300 millones de euros. No deja de ser una alternativa a los bancos tradicionales pero la falta de control ha hecho que estas redes se utilicen para financiar atentados terroristas desde suelo español. Los últimos han sido los de Bombay.
Ese es probablemente el principal reto que deberá salvar la banca islámica si quiere asentarse en España. La imagen, de momento, no le acompaña.
Un torpedo en la línea de flotación del mercado financiero
Los inmigrantes han encontrado fórmulas para burlar los corsés de las banca tradicional, y la experiencia demuestra que serán las entidades las que tendrán que adaptarse a los nuevos métodos, y no al revés. En el envío de remesas, las agencias dominan el negocio gracias a sus condiciones más flexibles y económicas, hasta el punto de que algunas entidades han acabado implantando oficinas-cibercafés. Hay más ejemplos, como el Hawalla o el Kameti, ambos propios de Pakistán y utilizados ya en España. “El Kameti es un sistema de mutualidad que consiste en un fondo común en el que cada asociado aporta una cantidad mensual”, explica Alberto Priego, investigador experto en Asia Central. “Si en algún momento se necesita dinero para un viaje o un negocio se pide al fondo y se devuelve sin intereses. Se trata de un sistema sin costes que evita las instituciones”. Los tiempos corren más rápido que los directores comerciales de las entidades.
Categories: España, Negocios
Tags: banca islámica
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