Por cierto, que cuando se produjo la entrada armada al Congreso, Blas Piñar oyó a unos respetables diputados comentar con toda tranquilidad que "ahí estaba, Tejero ya había llegado". Se podría decir que lo sabía más de uno y más de dos, menos, claro está, la extrema derecha.

Es una pena que Piñar no se diera cuenta de que la ultraderecha por la vía electoral no tenía (ni tiene) ningún futuro. Debería haber establecido contactos con los golpistas, ya que FN tenía una gran presencia en las calles y buen apoyo social, pero carecía de fuerza; los militares tenían la fuerza pero no el apoyo social necesario para consolidar el nuevo régimen. Se necesitaban mutuamente para rescatar la situación pero actuaron con una miopía lamentable, en unos años vitales, pues el tallo de la democracia aún era blando y se podía aplastar con las manos, hoy ha crecido y su tronco es duro como el acero, ya no se puede hacer nada... a no ser que sea por la vía de las armas. Yo, sinceramente, es la única opción que veo, pero a día de hoy es completamente irrealizable.