Respuesta: Un 23 de Febrero
No era militar pero sí presencié, en directo y en persona, lo que sucedió en las afueras del Congreso, concretamente "en y desde" la Pza de Neptuno, cuando llegaban unidades de la Guardia Civil saltando de sus vehículos en marcha con fusiles en la mano y miembros de la Policía Nacional nos empujaban a los "piraos" que allí estábamos, mientras nos gritaban "¡fuera! ¡fuera!, ¡váyanse!", porque aquello tenía muy mala pinta, pero que muy mala, de la peor.
Más cosas no debo decirte, al menos públicamente, pues este es un asunto que, en mi opinión, no empezó entonces y del cual pienso que se ha cerrado en falso. Y yo sólo soy un "españolito de a pie", no uno de los "picatostes de turno".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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