En teoría los derechos legítimos al Trono de Portugal los tendría Dom Duarte de Bragança... pero, como recuerdan algunos tradicionalistas hispánicos no portugueses -hace poco en presencia del propio Dom Duarte-, "los miguelistas vencieron por las armas, pero perdieron en lo doctrinal". El Miguelismo hoy día no es un movimiento contrarrevolucionario, a pesar de que muchos tradicionalistas portugueses sientan simpatía hacia Dom Duarte por el apego a la lealtad a la Dinastía. Además el propio Dom Duarte intenta jugar esta carta ambigüa, y así mantiene instituciones muy tradicionales y de gran raigmabre católica, como la Orden de San Miguel del Ala (recientemente ha investido como miembros de la misma a algún tradicionalista castellano).
No obstante para un tradicionalista hispánico la misma existencia del Trono portugués sienta muchísimas dudas. Don Javier de Borbon-Parma, cuyo segundo apellido era Bragança lo que denota su estirpe portuguesa, fue un reconocido iberista y anhelaba una monarquía legítima que abarcase toda la Península en torno al Altar y al Trono. Pero a la hora de educar a sus hijos en esta idea -particularmente a Don Sixto- no los mandó con sus primos Bragança, sino con Oliveira Salazar, que era un estadista no demasiado iberista, pero cuyo sincero catolicismo le situaba más cerca del tradicionalismo que a los Bragança -y que a Franco-. Don Sixto estuvo aprendiendo economia en el Ministerio salazarista de aquel entonces y realizó maniobras en la guerra de Angola.
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