Muy interesante. Creo que la expresión "echar de menos" no se utiliza en Hispanoamérica, allí dicen "extrañar".
La influencia del portugués sobre el castellano, no obstante la vecindad geográfica, resulta muy pequeña si la comparamos con las del francés y el italiano y en nuestros días con la del inglés.
No fue así en los orígenes de la literatura castellana, cuando el gallego —antecedente del portugués — era la lengua lírica de Castilla, ni cuando en la época de los Austrias lo portugués y lo castellano vivieron su periodo de máxima interpenetración, con una nobleza castellana influida por las maneras y el espíritu portugués y con unos escritores portugueses (Gil Vicente, Camoens y Sa de Miranda entre otros) que indistintamente se valían de una y otra lengua.
Algunas de las incorporaciones del gallego-portugués han decaído muy considerablemente y sólo podemos hallarlas en viejos textos literarios: ledo (alegre), brinquiño (dije), menino (caballero servidor, desde niño, de la reina y los principes), sarao (fiesta nocturna de gente principal, coexistente con el popular «serano» del occidente leonés: Sanabria, La Cabrera), chumacera (pieza en que se apoya un eje). Otras se han mantenido hasta el presente: muñeira (del gallego «muiñeira»,- derivado de «muiño» = molino y expresiva de una danza regional), alguien, en ciertas zonas populares «alguien» (del portugués «alguem»), mermelada, cachimba, morriña, macho, chopo, chubasco, achantarse, vigía, arisco (del antiguo «areisco», derivado a su vez de «areia» = arena, y por extensión áspero, en relación con el trato humano), así como portugués (antes portogalés) y Lisboa (antes Lisbona).
Payo (contracción de Pelayo, en el sentido de hombre rústico, dada la frecuencia de este nombra entre labriegos, y sinónimo de atontado y s¡n gracia en el ámbito gallego) ha venido a confundir su primitiva significación con el «payo» de la jerga gitana, equivalente de persona ajena a su raza. «Ainda mais» (además), registrado en el diccionario de la Academia, se utiliza muy poco y casi siempre con intención irónica.
De todas las supervivencias del influjo gallego-portugués en castellano, la más curiosa es la expresión «echar de menos».
Existía en portugués la forma «achar menos», con un primer elemento del mismo origen etimológico que nuestro «hallar». «Achar menos» en Portugal y «hallar menos» en Castilla coexistieron para indicar la falta de algo o alguien anteriormente dado. La forma castellana se documenta a partir del siglo XIII y subsiste hasta comienzos del XVII. Pero ya a partir del XVI aparece un «echar menos», con castellanización o erróneo entendimiento del portugués «achar». Don Pedro Pacheco Girón, por ejemplo, en 1648, dice a propósito de Quevedo, después de su muerte: «... y de papeles muchos originales de sus escritos, que siempre traía consigo, se echaron entonces menos gran suma».
En el siglo XVIII, este «echar menos» se convierte en «echar de menos», con un «de» que Corominas, atribuye a influjo de construcciones como «echar de ver», «echar una libra de más»,etcétera. Por lo expuesto, y atenidos al significado general del verbo «echar», el «echar de menos» castellano no tiene sentido.
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
Muy interesante. Creo que la expresión "echar de menos" no se utiliza en Hispanoamérica, allí dicen "extrañar".
Bueno, ni en portugués modierno se emplea con el sentido que refiere aqui Alacrán. Podría decirse que uno acha-se menos por un determinado sitio, pero lo que suele decirse es que uno vê-se menos ou é menos visto por ese sitio.
Estos dias se dice todavía en portugués: ledo - alegre(se utiliza poco), brinquinho - pendiente (dim.), , menino - niño, sarau - fiesta erudita nocturna, chumaceira - pieza en que se apoya un eje (se utiliza poco), moínho - molino, alguém - alguien, marmelada - compota, cachimbo - pipa, morrinha - lluvia fraca, macho - macho, choupo - un tipo de arbol.
Paio (o Payo en portugués arcaico) fue un nombre de muchos hidalgos medievales (Dom Paio Peres Correia, por ejemplo). No le conocia su orígen de Pelayo, lo que es muy interesante. Aquí, al contrario de Galicia y según nos cuenta Alacrán, no se le ha dado el sentido de atontado. Actualmente no es utilizado para nombre de gente; sí para un tipo de chorizo de carne muy denso, casí sin grasa.
Un excelente estudio Alacran, muy bien.
Última edición por Irmão de Cá; 26/03/2009 a las 17:58
Y otra cosa es que el portugués (incluso el de Brasil, que está tan simplificado) tiene muchas palabras y expresiones que recuerdan al español medieval.
Pero muchísimo, paisano. De lo poco que aprendí en filología hispánica, fue el asombro que me dio al trabajar sobre el castellano antiguo. Cuando a los años he empezado de veras a conocer y leer el portugués, me recuerda mucho a eso que dices. Hasta en la misma forma de escribir y de expresión.
Una vez le escuché a un historiador, no recuerdo a quién, que en un principio, las incipientes lenguas romances peninsulares no necesitaban de " traductores ", quiero decir, si iba un trovador catalán o un poeta galaico a la corte del Rey Sabio, allí todos se entendían. Incluso la fonética catalana creo que también tiene mucho de esto, aunque lo digo más bien por intuición, pues realmente mi desconocimiento es absoluto.
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