Respuesta: Otro nuevo. Presente
Yo hice mi juramento a la Bandera con esta fórmula, la de MOLA:
"¡Soldados!: ¿Juráis a Dios y prometéis a España, besando con unción su Bandera, respetar y obedecer siempre a vuestros Jefes, no abandonarles nunca y derramar si es preciso, en defensa del honor e independencia de la Patria, y del orden dentro de ella, hasta la última gota de vuestra sangre?
Y se respondía: "Sí, juramos", aunque yo respondí: ¡Sí, juro!
A lo que se respondía:
"Si así lo hacéis Dios y España os lo agradecerán, y si no que os lo demanden".
Hoy la fórmula es la que sigue (si es que no la han vuelto a cambiar):
¡Soldados! ¿juráis a Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros Jefes, no abandonarlos nunca y, si fuera preciso, entregar vuestra vida en defensa de España?
Y la respuesta es:
Si así lo hacéis, la Patria os lo agradecerá y premiará y si no, mereceréis su desprecio y su castigo, como indignos hijos de ella".
Compárense ambas fórmulas. En la primera se jura ante Dios y ante España, no hay pues más que dos opciones: o el juramento es válido y de por vida, o se estaba cometiendo perjurio. Y dicho juramento se hacía besando la Bandera con el Águila de San Juan, el Escudo de SSMM Los Reyes Católicos, no con un escudo institucional cuya descripción ni figura en el texto constitucional que la vigente fórmula exige defender a los que juran o prometen. ¿Cómo se puede "PROMETER" la adhesión a España? Eso se le puede pedir a un inmigrante que solicita la nacionalidad, pero es infumable para un español de origen y nacimiento.
La primera fórmula no contiene elemento político alguno, porque es "el juramento de un guerrero", la segunda es una "m..."
¡Bienvenidos!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores