Re: saludos!
En efecto, porque España tiene el suyo, es decir, el que representa la unidad dinástica de los Reinos, Principados y Señoríos que da lugar a la España moderna. Ese escudo es el Águila de San Juan instituido por los Reyes Católicos, sobre el que ideológicamente los enemigos de España se han encargado de ir lavando bien el cerebro de aquellos que nunca piensan.
Y Portugal tiene el suyo propio, del que nos puede hablar Irmao de Ça, por ejemplo.
¿Répúblicaca? ¿para qué? ya tenemos dos experiencias históricas más que nefastas, además, la matriz de España es monárquica, el desarrollo histórico de España siempre ha sido monárquico, las dos expriencias republicanas han sido muy breves y catastróficas, y una hipotética unión federal con Portugal es una utópica irrealidad.
¿Por qué? primero, porque para ello lo tienen que querer ambos pueblos de forma abrumadora, ¿es eso cierto hoy día? NO.
Segundo, lo tienen que procurar las instituciones públicas, ¿lo están haciendo? NO.
Tercero, afectaría a TODAS las relaciones interiores y exteriores en TODOS los ámbitos políticos, sociales y económicos. ¿Se va a hacer? NO.
Cuarto, el simple hecho de pertenecer a la Unión Europea, con todos los requisitos para MANTENERSE y todos los condicionantes legales a incorporar a las legislaciones nacionales que se han de estar llevando a cabo dentro de ella ya lo impiden, por tanto, ¿se podría hacer dicha unión dentro de la UE? NO.
Quinto, por tanto, si bien no resulta una imposibilidad, ya que imposible no hay casi nada habiendo voluntad, lo cierto es que esa fusión de ambos Estados no se producirá nunca, salvo si se va realizando a pasos contados dentro de la propia Unión Europea: eliminación de los pasos fronterizos, libertad de movimientos de los ciudadanos, libertad de establecimiento de la residencia, libertad de elección de lugar de trabajo..., pero eso también se está haciendo con Francia, con Italia, con Alemania, Bélgica, Holanda y cualquier otro Estado de los que conforman la Unión, incluido el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte
Así que se puede seguir hablando de utopías y que éstas sean el sueño de unos cuantos, porque cada cual puede tener las suyas ¡oiga!, ¡faltaría más! pero con los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros, hay que considerar que existen otras muchísimas prioridades que exigen el esfuerzo combinado de todos. No obstante, esto no ha de ser menoscabo para que entre portugueses y españoles deje de haber ese distanciamiento absurdo que ha habido durante siglos, pues hermanos somos.
Decía un profesor que tuve en la Facu que "un prejuicio se puede levantar en horas, pero se tarda siglos en erradicar".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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