¿Y? ¿Acaso no les representan? Si así fuera no sería asunto nuestro.
Primero, ¿a USTED quién la ha autorizado a tutearme? Segundo, yo no TONTEO eso es lo que ha venido haciendo usted desde que se ha registrado y ha empezado a soltar chorradas.
Todo lo que publico está leído e interpretado, hacerlo así es PARTE DE MI OFICIO Y NO VA A SER USTED QUIEN ME LO ENSEÑE, ¡hasta ahí podíamos llegar vamos!
Lo que no entiendo es qué hace usted aquí, en un sitio que a las claras no es el suyo, en el que por más que se empeñe nadie le da la razón o admite lo que dice, ¿por qué pierde el tiempo? ¿acaso cree que va a haber algún cambio? pues pongo en su conocimiento que NO, que va a seguir siendo así hasta que se canse y se aburra.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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