La cuestión del Holocausto es un problema de naturaleza propagandística. No es que no lo haya habido, pues hay evidencias demasiado abrumadoras para negarlo, pero no cabe duda que es usado por los liberal-marxistas para atacar todo lo que no coincida con sus esquemas y sean sus enemigos, no importa. Pero, del mismo modo, la negación proviene de ciertos ámbitos contrarios. El nazismo no desapareció después de Nüremberg, como el comunismo no cayó con el Muro de Berlín. Ambas ideologías están vivas y son muy activas, tal como podemos comprobar a diario. Si acaso, al nazismo le sucedió que quedo muy disperso y sin una organzación estructurada y potente. Hace unos días leía la noticia -como no en prensa digital, en la otra es impensable por la censura que hay-, que en Alemania en el 2016 se han vendido 85 mil ejemplares de Mi Lucha, frente a los 4 mil que, según el editor, tenían impresos. Dado el desarrollo de los acontecimientos no me sorprende nada, pero no significa que me agrade, más aún, me produce malestar. Ante noticias similares muchos pueden llegar a creer que con el tiempo, y si se produce un incremento de partidarios de dicha ideología, al final se van a conocer nuevos documentos que cambien la orientación de los existentes. De ser así, sólo se añadiría más confusión todavía.
Hoy en el mundo entero impera el relativismo más absoluto: gente que afirma que no hay que usar calcetines; otros que afirman que los plátanos son enemigos de la línea para ir a la playa; por supuesto, el cambio climático y en contracambio; aquellos que sostienen que no se ha pisado la Luna, o que los dinosaurios son un invento de plástico de la Coca-Cola para vender más botellas del brebaje, Internet es una jaula de locas y pirados de toda clase y condición, en resumen, el mundo está peor que las maracas de Machín.
La contrapartida del Holocausto son los bombardeos de Dresde, o los de Hiroshima y Nagashaki, por supuesto nunca condenados. Pero al igual que no todos los nazis mataron judíos, no todos los soldados aliados violaron mujeres, asesinaron niños o ancianos a medida que iban avanzando los frentes. Negar que no hubo campos de exterminio no es algo factible, primero porque existieron de hecho; segundo, porque las pruebas son concluyentes.
El simple hecho de su existencia (primera acusación: ninguno en suelo alemán, ¿por qué? ¿por que no existían o más bien porque las jerarquías alemanas sabían muy bien lo que se cocía en esos sitios? "Por sus obras los conoceréis" ), ya es ilustrativo. Es como la existencia de las 225 checas de Madrid que tenía un millón de habitantes. Un sólo campo cuya función no fuese retener custodiadas tropas enemigas capturadas y si civiles desarmados, ya era una vergüenza, como la existencia de una sola checa en Madrid, exactamente igual. En estos casos es forzoso preguntar qué razones hay para encerrar a gente civil y desarmada, porque dice muchísimo de la calaña de rufianes y canallas de quienes los encierran.
Segunda acusación pues. El hecho de negar el crimen es desconocer totalmente los métodos de investigación social y demográficos. Si no se hubiese asesinado a tantos judíos, éstos por proyección estadístico-demográfica serían alrededor de 40 millones más de los que hay hoy en día. Se asesinó a familias enteras, ¿dónde están sus descendientes, por que se pueden seguir las líneas sucesorias documentalmente, y no las hay al quedar extinguidas en los campos.
Tercera acusación en la que yo incidiría especialmente por constituir una prueba irrefutable. En efecto, ni España, ni el Vaticano con el Santo Padre Pío XII al frente de la Iglesia, ni otros países que se alinearon con el Eje, tuvieron nada que ver, lo diga quien lo diga por razones bien evidentes que no es sino propaganda sucia de la peor clase. Pero, al igual que un socialista, UNO, que menciona León Degrelle, no vio nada en los dos campos en los que estuvo, y que sólo demuestra que no era ni judío, ni gitano, también hubo casos de nazis que si se dieron cuenta de los que pasaba "a puerta cerrada", el más conocido fue Schindler, cuya memoria fue manipulada por Spielberg, y no por razones propagandísticas, sino por haberla realizado simplemente. Y tampoco escapaba la realidad a las autoridades vaticanas, a sacerdotes comunes o a monjas, que escondían a judíos huidos. O el mismo llamado "Schindler español", Ángel Sánz Briz en Budapest no se dedicó a un extraño deporte por aburrimiento. Lo cierto, es que si el nazismo no quería judíos en sus territorios, propio y ocupados, podrían haber procedido de modo similar a los Reyes Católicos: expropiación y expulsión.
Y esta es la cuarta acusación, porque "a enemigo que huye, puente de plata" y en lugar de eso aprovechando la propia iniciativa de huida de muchos judíos que se marchaban aceleradamente, no, había que "cazarlos", literalmente dicho, ¿para qué, con qué finalidad? ¿acaso el sostenimiento económico de los campos de concentración era inferior a dejarlos marchar a América? Obviamente para nada, es que había "campos de internamiento" para combatientes enemigos y "campos de exterminio para judíos y gitanos.
Hay otras cuestiones relativas a la postura a adoptar ante esta tragedia que fue la IIGM y los hechos que ocurrieron antes, durante y después, que muestran la inmensa miseria humana. El odio hacia los judíos en mucha gente es absolutamente irracional,
https://vidacotidianitica.blogspot.c...mo-racial.html dándose el caso de individuos que odian por odiar, por el hecho de que en sus mentes enfermas alguien tiene que cargar con las propias culpas. Raya entre el "victimismo crónico" que, al parecer, no se trataría de una patología en si, hasta la "psicosis" o "delirio persecutorio", que si es una patología con todos los síntomas de ello. La primera cuestión que se me ocurre es ¿qué le habrán hecho los judíos a ése o ésa?, más que nada por que cuando hay una causa directa se pide reparación o restitución a través de un juzgado. Pero no, el argumento es que son judíos y representan el "mal de los males" de este mundo, eso es enfermizo y anormal.
El segundo argumento, especialmente abundante entre cristianos o individuos que se identifican como tales, es que "los judíos son deicidas". Pese a los hechos acaecidos y relatados en el Nuevo Testamento, es una idea extraña y rara. Veamos, ¿cómo se mata a Dios?, ¿cómo se mata a un Ser simpleno compuesto como un ente material, que podemos definir burda y coloquialmente como una entidad inteligente dotada de voluntad de la que emana todo? ¿A un ser así se le pueda matar? más aún, ¿un grupito de enanos microscópicos compuestos por materia -"polvo eres y en polvo te convertirás"- está capacitado para matar a Dios? En fin, ¿hace falta responder a estas preguntas? creo que no. ¿Entonces a quién mataron? Nos lo indica muy bien el Evangelio de San Mateo (16:13-17):
"La confesión de Pedro.
13 Viniendo Jesús a los términos de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos:
Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?. 14 Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías u otro de los profetas.
15
Y Él les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy? 16 Tomando la palabra Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. 17 Y Jesús respondiendo, dijo: Bienaventurado tú, Simón Bar Jona, porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado, sino mi Padre, que está en los cielos.
Los judíos de entonces no sabían quien era Cristo, lo que significa que de haberlo sabido, de haber recibido del Padre la revelación ¿alguien cree que hubiesen crucificado a Cristo? Por cierto, ¿quiénes lo crucificaron, los judíos o los romanos? Pero entonces toda la obra salvífica de Dios no se hubiese podido llevar a cabo. Por eso, igualmente, el propio Cristo en medio de su martirio voluntariamente buscado para el perdón de los pecados, para la salvación de la Humanidad, pronunció aquellas palabras:
Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc, 23-34)
Los judíos que reclamaron a los romanos que crucificase a Cristo fueron una muchedumbre reunida ante el palacio de Pilatos, no todo el pueblo judío y aún menos los judíos que lo seguían. Esos judíos creían que estaban condenando a una especie de "iluminado" que los escandalizaba con sus enseñanzas, es decir a un hombre salido de una aldea que mostraba unos extraños poderes, incluido el de seducir con sus palabras a quienes querían escucharlo. Y, además de ser un instrumento de la voluntad del Padre, el propio Cristo le pedía que los perdonase. ¿Eso es ser deicida?
¿Acaso no es más deicida todo aquél que mata la fe en el alma de los creyentes? Porque ese tipo de deicidas abundan en las ideologías contemporáneas, incluido el nazismo que sustituye a Dios por el Estado el culto al líder, eso es paganismo. Los cristianos deberían tener más cuidado a la hora de las condenas ajenas, porque según sea su postura es posible que se les pueda llamar otra cosa, pero no cristianos.
Lo cierto es que a los muertos hay que dejarlos en paz, y a los vivos llorarlos y esto es lo que no se deja hacer con el abuso sobre el Holocausto como propaganda de unos y el Holocuento como propaganda de los contrarios.
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