Bienvenido, Sauloo, creo que está en el lugar adecuado para plantear esas inquietudes. No sólo por el material que puede encontrar aquí sino también por los abundantes conocimientos en materia religiosa y teológica de muchos foristas (entre los que no me incluyo, por lo que temo que no pueda serle de mucha ayuda en este tema).
Más allá de eso, algo sí que le diría desde el total desconocimiento y sin querer trivializar su situación: Creo que no debería obsesionarse en exceso por tener el "Síndrome de Asperger". Si bien es cierto que acarrea algunos problemas de sociabilidad, no es algo que no pueda solucionarse ni que impida llevar una vida normal, aunque no dudo que a cambio de mucho esfuerzo. A lo largo de la historia habrá habido muchas personas con este "Síndrome" que nunca lo supieron, como habrá personas de hoy en día perfectamente sanas que, quizá, si visitaran un psicólogo serían diagnosticadas como Asperger. Es bien sabido, además, que buena parte de los grandes genios de la historia han tenido rasgos de personalidad de este estilo (aunque, naturalmente, eso no significa que los Asperger sean todos genios).
Me parece que, a veces, con la tendencia actual de "patologizar" continuamente cualquier rasgo psicológico lo que se hace es crear con facilidad una sensación de desidia en el sujeto y proporcionarle una excusa para no cambiar y para no esforzarse para tratar de mejorar. Por ejemplo, volviendo a lo que hablaba antes, ¿Acaso muchas personas con el "Síndrome de Asperger" (habrá diferentes grados, claro) no son al final simplemente personas tímidas y retraídas -como las ha habido siempre- que podrían superar sus problemas con esfuerzo, echándole ganas, siendo conscientes de sus limitaciones (como las tenemos todos) y sin ser innecesariamente diagnosticadas? Entiendo que el asunto es delicado y no me gustaría ser injusto con nadie, pero mi percepción es ésa.
Un saludo, suerte y anímese a escribir en el foro sobre lo que considere.
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