La orchilla. El tinte púrpura canario
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Hubo una época en la que el color púrpura estaba relacionado con conceptos de distinción y poder pues tanto reyes como altos miembros del clero y la nobleza no sólo portaban capas púrpuras sino que tapizaban en sus palacios todo tipo de enseres (sillas, alfombras, cortinas, etc.) de este bello color.
Los fenicios, extraordinarios navegantes, fueron los primeros que lograron producir un tinte púrpura, llamado “púrpura getúlida”, cuya elaboración mantuvieron en secreto. Durante sus viajes siempre ocultaron la situación y características de los territorios colonizados más allá de las Columnas de Hércules, ya que de ello dependía el monopolio de su comercio y podemos pensar que establecieron pequeñas colonias en las Islas Canarias. Es atribuible a los fenicios el nombre por el que se conocieron estas islas en la Antigüedad, «Campos Elíseos», Islas de la Felicidad o Islas Afortunadas.
Hoy sabemos que los fenicios obtenían el tinte púrpura a partir de una secreción mucosa de color amarillento que poseen ciertos moluscos de los géneros Murex y Purpura muy comunes en el Mediterráneo pero escasos en las Islas Canarias por lo que tuvieron que buscar otro elemento productor de un tinte púrpura: la orchilla. La orchilla o roccella canariensis es un liquen de color negro con manchas blancas que crece en las rocas en acantilados costeros gracias a la humedad atmosférica y al salitre marino. Tarda unos 6 años en llegar a su estado adulto y hay unas 13 especies en las islas.
La elaboración del tinte requiere un proceso químico bastante complejo. El liquen una vez seco y convertido en polvo se mezcla con orines (por su contenido en amoniaco) y después con cal. Esta mezcla se remueve cada dos horas durante tres días manteniendo el recipiente tapado. La pasta resultante cogerá un color rojo a los ocho días, lo que es señal de que ya puede ser utilizado como tinte.
La importancia de esta planta en las Islas Canarias, que llegaron a conocerse como Islas Purpúreas, se reactivó después de la conquista de Lanzarote, Fuerteventura y el Hierro por el caballero normando Jean de Béthencourt quien vendía la orchilla en Florencia a precios muy ventajosos haciendo de ésta un negocio muy rentable. A partir de entonces y hasta el siglo XVIII se intensificó el comercio de la orchilla llegando a ser el tercer producto de exportación del archipiélago agotando gran parte de esta comunidad liquénica. Esta escasez unida a otros factores como la aparición de otras plantas tintóreas o la exportación de la orchilla en Perú y Chile a precios más bajos acabaron a principios del siglo XIX con el auge de este negocio.
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Última edición por Michael; 03/06/2013 a las 08:53
La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.
Antonio Aparisi
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