EL DRAGO
HISTORIA Y USOS
Pocos árboles están tan envueltos en una aureola mítica como el drago. Su aspecto sobrecogedor ha contribuido a que estos gigantes del reino vegetal hayan sido objeto desde la más remota antigüedad de leyendas, simbolismos y atribuciones anímicas sorprendentes.
Si a esto se le añade el lado práctico, es decir el interés comercial que tuvo la sangre de Drago en el pasado, por sus propiedades tintóreas y farmacológicas, se comprende que esta especie fuese ya conocida en la Roma Imperial hace 2.000 años
Sin embargo no sería hasta después de la conquista cuando comenzó la exportación masiva de la valiosa savia a Europa, y con ella la destrucción sistemática de estos árboles.
También a partir del s. XV muchos dragos fueron cultivados en jardines europeos, y proliferaron descripciones y láminas sobre esta especie, alguna de las cuales se remonta al menos a 1756.
Hubo quien quiso ver en el drago el célebre Dragón de las Hespérides convirtiendo sus raíces colgantes en espesa barba, la savia en roja sangre y las retorcidas ramas en multitud de brazos de un ser imaginario (Drago de Franchy).
Su denominación latina (Dracaena draco), sin embargo, no la recibirá hasta 1767, cuando Linneo llevó a cabo un estudio sistemático de esta y otras especies.
Otro prestigioso naturalista que también se interesó por la flora canaria fue Alexander Von Humboldt, quien en 1799 nos narra sus observaciones sobre un gigantesco ejemplar existente en los jardines de Franchy en La Orotava. Tenía este árbol 25 m. De altura y un tronco cuyo perímetro rondaba los 15 m.
En lo referente a los usos y utilidades del drago, se sabe que los aborígenes hacían escudos de la corteza, elaboraban recipientes con su madera y con la savia teñían de rojo diversos utensilios. Parece probable también que comieran los frutos de este árbol.
Hasta épocas no muy lejanas los Dragos se cultivaron para aprovechar sus productos.
Más recientemente, sus hojas han servido para alimentar al ganado en épocas de escasez, extraer tintes para el pelo o elaborar sogas. Además los troncos, una vez secos y ahuecados han sido usados como colmenas ("corcho").
Pero es la savia, la "sangre de Drago", la que más repercusión ha tenido tradicionalmente. Usada para curar o para cosas tan dispares como la elaboración de tintes, barnices y antioxidante. Hoy en día, prácticamente todas estas costumbres han caído en desuso y el drago se encuentra estrictamente protegido.
BIOLOGÍA
El drago es una planta de características primitivas que actualmente vive de forma natural en algunos archipiélagos macaronésicos: Madeira, Canarias y Cabo Verde. Sus parientes más próximos se encuentran en el Este de Africa y en la isla de Socotora.
Se caracteriza por su gran porte (hasta superar los 20 metros), su tronco grueso y largas hojas (50-60 cm.) que se disponen en apretados manojos en los extremos de las ramas. Las pequeñas flores, de color blanco verdosas o crema, se agrupan en grandes racimos. Los frutos globosos, dulces y de un bello color rojo-anaranjado, tienen hasta centímetro y medio de diámetro, siendo comidos por algunas aves que contribuyen así a su dispersión.
Distribución del drago (dracaena draco)
y sus parientes más cercanos.
El desarrollo de este árbol es lento. Por regla general, la ramificación del tronco se produce a partir de la primera floración, y las sucesivas ocurren por término medio, cada 15 años. Esto permite calcular, de forma aproximada, la edad de los dragos, algunos de los cuales llegan a ser centenarios.
Los grandes temporales de viento y agua, en ocasiones, causan daños irreparables en los dragos viejos, como ocurrió con el bello ejemplar del Seminario de La Laguna.
En nuestro Archipiélago, el drago crece en la zona basal de las islas centrales y occidentales (está ausente en El Hierro y La Gomera), entre los 100 y 600 metros de altitud, formando parte de una banda de vegetación termófila en la que también aparecen otros árboles como palmeras, almácigos, acebuches, sabinas, etc. Debido a la continuada explotación, han quedado reducidos a escasos ejemplares relegados a lugares inaccesibles, en acantilados y roques.
CULTIVO
El drago se reproduce principalmente por medio de semilla, sin embargo, en determinadas condiciones admita la propagación por esquejes debido a la presencia de raíces aéreas.
Propagación por semillasPreparación del semillero
Antes de proceder a la siembra debemos tener en cuenta dos aspectos importantes: la calidad de las semillas y la preparación del suelo. La limpieza de las semillas es un factor primordial para evitar que disminuya la alta capacidad germinativa de la planta.
Para preparar fácilmente la pulpa de la semilla se recomienda poner en remojo los frutos un par de días.
No obstante, si se quiere obtener un buen éxito en la germinación, se recomienda el uso de simientes de no más de dos años de antigüedad. Aunque el drago no es demasiado exigente en la calidad del suelo, se recomienda una mezcla que proporcione el alimento y drenaje necesario para su buen desarrollo.
La mezcla adecuada para la siembra
es de dos partes de tierra,
una de picón y una de turba.
Siembra
La épocas favorables para llevar a cabo la siembra son otoño, invierno y primavera.
Las semillas suelen comenzar a germinar entre los 40-50 días después de la siembra, aunque la media está alrededor de 3-4 meses.
Transplante
Una vez que las plántulas del semillero superen los 5-8 cm., o tengan más de 6-8 hojitas, se puede proceder a su trasplante a recipientes individuales (macetas, bolsas de plástico, etc.).
Debe procurarse no dañar las raíces al llevar a cabo esta operación.
Propagación por esquejesEs un método usado, probablemente debido al lento crecimiento y al tiempo que tarda en ramificarse. Sin embargo, se ha constatado que ramas abatidas por el viento u otras causas, después de dejarlas unos días para que cicatrice la herida, se planta y enraízan perfectamente.
Cuidados
El drago es uno de los árboles más resistentes de la flora autóctona, por tanto, requiere muy pocos cuidados.
Como planta de interior basta con ponerlo en un lugar con bastante luz y ventilación, regar una o dos veces por semana, e ir cambiándolo de maceta de acuerdo con el crecimiento de las raíces. En jardines debe ubicarse en una zona soleada y resguardada de los vientos y no muy próximo a otros árboles. Al ser una planta que está adaptada a vivir en las zonas templadas de las islas, no resiste temperaturas bajas por lo que no es recomendable plantarlo por encima de los 900 m. de altitud.
Sólo se debe eliminar las hojas secas ya que las cicatrices dejadas al arrancarles las verdes pueden ser focos de infección.
Tampoco se le debe cortar las raíces aéreas puesto que le van a servir de soporte en el futuro, sobre todo cuando son muy viejos y se pudre el interior del tronco.
No se le conocen enfermedades naturales, sin embargo, en jardines se han observado ataques de cóccidos (lapillas).
La presencia de raíces
aéreas facilita la propagación
de esquejes
http://www.gobcan.es/cmayot/medioamb...ies/drago.html
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