UNA CRUZ DE INTERIOR
FIESTAS DE MAYO
SANTA CRUZ DE LA PALMA.-
Desde hace mucho tiempo -tal vez más de un siglo-, en la preciosa casa de doña Dolores de la Cruz Rodríguez se viene decorando una cruz. Ya en tiempos de su abuela se “hacían” dos diferentes. Una cruz para los niños de la casa, que se enramaba con flores frescas, como rosas de “pitiminí” y la “grande” o principal, que se decoraba con las prendas familiares.
Esta querida y respetada vecina del Barrio de San Telmo, doña Lola, cuya casa siempre tiene las puertas abiertas para los vecinos, nos recibió en ella dando muestras de ser una gran anfitriona.
Pertenece a una gran estirpe de isleños: su difunto esposo, don Santiago García Cejas, fue Hijo Adoptivo de Santa Cruz de La Palma. También es descendiente de la saga de los “Silva”, afamados artífices que gozaron de reconocido prestigio en el Archipiélago y del Venerable Beneficiado de El Salvador, el célebre sacerdote y artista neoclásico don Manuel Díaz, cuya estatua en bronce preside la Plaza de España de esta capital desde 1897 (primera estatua civil erigida en Canarias y la primera levantada en honor a un canario).
Fruto de esta exquisita herencia de artistas es, tal vez, la forma de preparar la bella y lujosa cruz que aún se engalana en su gran salón. En una cómoda, previamente forrada por damascos, se confecciona un altar efímero delante del espejo. Allí se coloca la antigua cruz a la que se cubre con tela de seda natural y se colocan delicadas flores de azahar en los remates de la cabecera y de los brazos. En el centro se coloca un valioso y antiguo camafeo y a sus pies, los relojes de oro de los antepasados.
El madero de la cruz latina, como nos recuerda doña Lola, es anterior a 1850, y sobre sus brazos, a modo de precioso sudario, cuelgan varias cadenas de oro y de corales antiguos.
La bella y fastuosa cruz se erige entre finas lámparas de cristal y hermosos búcaros con flores.
Afortunadamente son muchas las familias que en esta ciudad continúan con la hermosa tradición del enrame de las cruces, no sólo en el exterior, sino en el interior de las casas. Sirva este ejemplo como homenaje y agradecimiento a todas ellas.
Tanausú
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