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Queridos foreros :
Es menester en este día de la epifanía de nuestro Señor , pediros por favor un regalo.
Resulta que mi hermano pequeño ha decidido que quiere hacer la ruta quetzal y en las bases entre otros trabajos esta el del 1100 aniversario del Reino de León ; el problema es que el plazo de entrega del trabajo acaba pronto, y yo voy a empezar con exámenes en breve.
Os pido que me digais por favor información bibliográfica del Reino de León , asi como distintos puntos de vista que os parezcan interesantes para enfocar este trabajo .
¿Os parece interesante por ejemplo enfocarlo desde el punto de vista de la reivindicación regional?
Gracias de antemano por los títulos.
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El Reino de León ante su 1100 aniversario
historia
OPINIÓN POR RICARDO CHAO
En el año 910 d.C. el rey García I, hijo primogénito de Alfonso III decidió trasladar la sede de la corte de Oviedo a León. El cambio de capitalidad, que en principio podía parecer temporal, en realidad llegó a ser definitivo, y la ciudad fue urbe regia durante nada menos que 320 años. Aunque parezca osado decirlo, en toda la historia de España la única que ha superado a León en este aspecto ha sido (y es) Madrid.
A pesar de que actualmente no suele aparecer en manuales ni en libros de texto, el Reino de León que surgió de este traslado protagonizó de una u otra manera la Alta Edad Media de la Hispania central y occidental. Hijo y heredero directo del expansivo Reino de Asturias, en estrecha hermandad con Galicia y, en menor medida, Castilla, este reino estuvo encabezado en múltiples ocasiones por reyes cuyos nombres aún resuenan en la dormida conciencia de los leoneses. Y es que León, haciendo honor a su nombre, muy pronto adoptó una actitud beligerante y combativa frente a los invasores musulmanes, realizando espectaculares avances en aquello que se ha dado en llamar Reconquista.
Como es lógico, también sufrió épocas oscuras y cruentas guerras civiles, pero el Reino de León tuvo la fortuna de contar con algunos de los reyes más poderosos de la Europa Occidental de la época: Ordoño II y Ramiro II, fustigadores del poderoso Abderramán III, al que vencieron en varias batallas; Alfonso V, que fue el primer rey hispano en dar fueros con sabor a libertad a las ciudades del reino; Bermudo III, el joven guerrero que hizo huir al engreído Sancho Garcés III, pero que murió a causa de su ardor bélico; Fernando I, el príncipe navarro que fue conde de Castilla y llegó a ser rey de León gracias a su esposa y a la muerte de su cuñado; Alfonso VI, el conquistador de Toledo, cuya figura ha quedado injustamente ensombrecida ante un Cid al que endiosaron los juglares y Menéndez Pidal; Alfonso VII, que llevó a su máxima expresión el título de Emperador de las Hispanias y que tuvo como vasallos a los demás reyes peninsulares; Fernando II, que supo domar al joven reino independiente de Castilla; y, finalmente, Alfonso IX, quien convocó las primeras Cortes de la historia en las que el pueblo llano tuvo representantes libremente elegidos, que creó la Universidad de Salamanca, y que reconquistó casi toda la Extremadura Leonesa a pesar de no haber sabido arreglar su sucesión en el trono.
Muchos de estos monarcas leoneses se intitularon emperadores, pero no en el sentido que hoy le damos a tal palabra, sino con el significado de “rey superior a los demás reyes”, seguramente influenciados por la idea de ser los únicos continuadores de la monarquía visigoda. A pesar de ello, León supo respetar las identidades y personalidades de los demás reinos que se encontraban bajo su égida, aunque en este sentido siempre tuvo dos espinas clavadas en sus costados: Portugal y Castilla. Fue precisamente esta última la que en el año 1230, tras poco más de 80 años como reino independiente, y tras toda una plétora de avatares, absorbió al reino que le dio la vida, y acabó sumiéndole en un olvido que todavía hoy sigue sufriendo. A pesar de ello, esta absorción no fue tan total como presumen algunos, ya que tanto Galicia como Asturias y León siguieron contando con instituciones, moneda y lenguas propias a lo largo de varios siglos. De hecho, mucho tiempo después de esa unión forjada por Fernando III, las Cortes de León y de Castilla se siguieron reuniendo por separado, y lo mismo ocurrió con las hermandades de territorios que fueron surgiendo en el siglo XIV.
En cuanto a la lengua, a pesar de que el romance castellano avanzó de manera casi imparable en siglos posteriores, tanto el gallego como el leonés (también conocido como asturleonés) supieron sobrevivir hasta llegar a nuestros días, si bien su situación en la región leonesa no es nada halagüeña, al conservarse tan sólo en rincones de Laciana y Ribas del Sil, Cabrera, Aliste y Sanabria.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las tres provincias que constituyeron propiamente el Reino de León en las cercanías de su 1100º aniversario? Principalmente deben afrontar un negro panorama de crisis generalizada en su economía, y un atraso considerable en lo que a infraestructuras se refiere. La Ruta de la Plata, que era la espina dorsal de Salamanca, Zamora y León, se halla prácticamente colapsada por las deficientes vías de comunicación, mientras que su paso por otras comunidades está facilitado por modernas autovías. El desmantelamiento de la red ferroviaria en 1982 también ha llevado al desvertebramiento de la región, a lo que han contribuido los desastrosos índices socioeconómicos de las mencionadas provincias. Esta situación contrasta con casi todo el resto de la comunidad autónoma, y ha llevado a los últimos gobiernos nacionales a intentar paliar la situación con un ambicioso Plan Oeste del que todavía están por comprobar los resultados. Aunque corren malos tiempos para esta región histórica, cabe esperar que algún día se reponga como lo ha ido haciendo a lo largo de la Historia: no en vano desciende de una larga estirpe de reyes guerreros.
Una celebración útil
opinión
De vuelta
LA OPINIÓN DE ZAMORA
PACO ANTÓN
Por aquí no nos estamos enterando mucho, pero durante este año 2010 recién abierto se conmemora el 1.100 aniversario de la creación del Reino de León, que cuenta con las bendiciones oficiales de las instituciones locales leonesas y también, aunque sea un poco a remolque, de la Junta Autonómica. Existe una Fundación, «León Real», una comisión organizadora y un comisario encargado de esta celebración, el escritor leonés, Juan Pedro Aparicio. Con toda solemnidad, el 6 de enero se celebró el primero de los actos oficiales programados en la basílica de San lsidoro, que consistió en el tradicional responso en memoria de los reyes y reinas que descansan en el famoso Panteón de la Colegiata, al que este año se le dio un matiz especial para rendir homenaje a «toda la región leonesa» y exteriorizar el orgullo de los leoneses por su «glorioso pasado». A este evento casi exclusivamente religioso, seguirán un concierto de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el Auditorio leonés, el próximo viernes, y un ciclo de conferencias sobre «Los caminos de la democracia en Europa». Alguna cosilla de esta celebración estaba prevista realizar en Zamora, aunque ahora no recuerdo cuál ni tengo a mano la programación, oficial.
Paralelamente a esa iniciativa institucional, se ha constituido una plataforma cívica que, fundamentalmente desde una página web, se ha propuesto difundir, apoyar e impulsar el 1.100 aniversario. Entre otras iniciativas -como recordar la historia del Viejo reino-, este grupo de ciudadanos anónimos ha decidido lanzar una serie de propuestas de cierto interés, tanto para ponerlas en práctica ellos mismos como para estimular a los organizadores oficiales, a las instituciones y a las entidades privadas, con el fin de que tomen el testigo de alguna de estas ideas. Una de las más originales, por lo que tiene de carga reivindicativa y de invitación a la participación, es promover el itinerario cultural Camino del Reino de León, que consistiría en un recorrido a pie, durante los meses de verano, por las provincias del viejo reino, desde el puerto de Pajares al puerto de Béjar, para, promocionar así la Ruta de la Plata y exigir la recuperación de su ferrocarril. «Una oportunidad para dar mayor realce a la emblemática Vía a su paso por las provincias de León, Zamora y Salamanca -dicen los promotores- y de promocionar el patrimonio conjunto de esas tres provincias que hasta 1983 aparecían en los mapas formando la región de León y que hoy, pese a sus lazos históricos y culturales, no integran unidad administrativa o jurídica alguna».
Un itinerario cultural que pondría al alcance de los viajeros «las sierras de Béjar y las Batuecas, con su gran patrimonio natural; las dehesas charras; la monumental ciudad de Salamanca; las vegas y montes zamoranos, con la recoleta y románica capital del Duero; las riberas leonesas y las ciudades históricas de La Bañeza, Astorga y León; la montaña cantábrica...», apuntan los organizadores para suscitar el interés de entidades y asociaciones en su propuesta. Y no es descabellada la iniciativa, que además parece preñada de pragmatismo y de una doble y sana intencionalidad: por un lado, sacar la celebración del 1.100 aniversario del Reino de León a las calles y campos de la región, que los conciertos y las conferencias son para las élites que caben en los recintos y poco más; y, de otro, darle un sentido reivindicativo a la conmemoración -no en el aspecto de la secesión autonómica- con la justa exigencia de recuperar el ferrocarril entre las tres provincias del histórico reino, que es lo que acaba de suscribir en Benavente el propio presidente de la Comunidad. ¿Nos apuntamos
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Con respecto a la opinión de mi amigo Ricardo Chao, con todo respeto y simpatía, debo disentir en tres cuestiones. No traslada la capital García I Adefónsez a la urbe de Legio-León, sino que la primera repoblación la realiza su bisabuelo, Ramiro I, se abandona y entonces se realiza una repoblación, con la residencia del rey en la misma urbe leonesa, que es Ordoño I Ramírez, que también repuebla Asturica-Augusta o Astorga y Amaya Patricia, etc y, por supuesto que el hijo, Alfonso III Ordóñez el Magno vive, embellece y repuebla la leonesa Zamora (Ocellum Durii), donde desea ser enterrado, aunque este testamento no es respetado ni por su hijo García I, ni por su esposa la reina Jimena de Pamplona. por lo tanto el paso de Ovetao Regnum a Regnum Imperium Legionensis o Legionis Regnum sólo es en los diplomas. Por supuesto no me gusta nada que se llame ástur-leonés a la lengua, ya que es atribuir el calificativo étnico-linguístico de ástures a los transmontanos y no a los cismontanos o augustanos, lo que sorprendería hasta el propio Plinio el Viejo, sería más correcto decir Leonés o, en su defecto, Leones-Asturiano o Asturiano-Leonés.
Y por supuesto doy la razón a Paco, que me parece que es de la leonesa Zamora, que deberían repartirse los fastos entre Zamora, Salamanca y León, aunque de todos es conocida mi opinión, estimo que humildemente razonada, de que incluiría a Palencia, cuyos territorios históricos lo fueron siempre del Reyno de León, tales como Saldaña, Cervera, Monzón, Carrión, etc. con los Banu Gómez, Ansurez, etc. a la cabeza.
Mi felicitación por vuestras razonadas opiniones.
José María Manuel García-Osuna Rodríguez
Y para conmemorar tan magna ocasión, ha sido elegido para instalar la Universidad de Washington en uno de los edificios más emblemáticos del Reino. Todo muy adecuado, oportuno y acorde con "el ectoplasma" que anida en esa entelequia llamada "Memoria Histórica".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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