Efectivamente, en el pentecostalismo predominan los sentimientos sobre la razón. Sentimentalismo y emoción, se mete mucho ruido y no hay sustancia ni nada firme en que apoyarse. Yo lo llamo la religión de mucho ruido y pocas nueces. Un "culto" pentecostal es la confusión babélica de una sala llena de personas que, cada una por su cuenta y a grito pelado, todas a la vez, rezan o balbucean "en lenguas". Esas supuestas lenguas extrañas en las que creen hablar son la mayoría de las veces repeticiones de unas pocas sílabas desordenadamente combinadas que dicen sin pensar creyendo que rezan o alaban a Dios. La verdadera xenoglosia es un fenómeno muy raro, y como Dios no da puntada sin hilo, las raras veces que lo ha empleado ha sido con fines de evangelización (los apóstoles el día de Pentecostés, Sor María de Ágreda bilocándose para predicar a los indios de Norteamérica, etc.), y puede ser también síntoma de posesión; claro que tampoco los acuso necesariamente de estar todos poseídos. En muchos casos será simplemente un mimetismo psicológico, algo que se les ha contagiado. Pero en fin, el pentecostalismo apela mucho a los sentimientos, es algo muy llamativo, y así como a los niños chiquitos les llama la atención lo colorido y lo ruidoso, personas que tienen falta de formación y están espiritualmente al nivel de un niño pequeño sin instruir pueden dejarse arrastrar fácilmente. Es cierto que también se dan milagros y profecías, pero también nos advirtió el Señor mucho contra los falsos profetas que vendrían, y un milagro en sí tampoco significa mucho, ya que los magos del faraón fueron capaces de repetir el milagro que acababa de hacer Moisés de convertir la vara en una serpiente. Recordemos que aunque no sea tan poderoso como Dios ni mucho menos, el Demonio también tiene algún poder y lo utiliza para engañar. Por eso dijo el Señor aquello de "por sus frutos los conoceréis". Y por eso dijo también aquello de que no todo el que diga "Señor, Señor" entraría en el Reino de los Cielos, sino sólo el que hiciera la voluntad de su Padre. Los protestantes siempre están invocando al Señor y hablando de Él, y lo hacen con toda sinceridad, pero eso no impide que el Diablo se sirva de ellos. Citando a Shakespeare, el Diablo también utiliza las Escrituras para sus propósitos. Es interesante que hablando del Día del Juicio, el Señor diga: "Muchos me dirán aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?' Y entonces les declararé: '¡Jamás os conocí, apartaos de Mí!' (Mt.7, 22-23).

Lo del diezmo es otro tema en el que insisten mucho, olvidando (o callando) que en Israel no se conoció el dinero hasta tiempos muy tardíos, por lo que el diezmo se hacía en especie, cosa que hoy en día sería poco menos que imposible. En muchos casos no es sino una forma de esquilar a sus ovejas sacándoles dinero, ovejas que suelen ser más bien pobres, ya que la gente de más nivel económico suele tener más formación y no suele pasarse al protestantismo. No hay más que ver que a ambos lados del Atlántico los protestantes y los testigos de Jehová siempre tienen a sus congregaciones en las barriadas más humildes y en las zonas rurales. Y lo de que se hayan arrogado la palabra "cristiano" para aplicársela exclusivamente a ellos es algo que me revienta.

En todo caso, sería muy excepcional que hubiera un hereje hispanista, ya que es imposible entender y apreciar la Hispanidad sin una buena base católica, y además, los protestantes suelen despotricar contra España y la cultura hispánica, trayendo a colación sus habituales mentiras sobre la Inquisición y demás, y defendiendo la moral calvinista (base del capitalismo) que tanto admira a los EE.UU. y desprecia los países católicos. No sólo eso; mientras que la Iglesia Católica siempre ha condenado la masonería, castigando con excomunión la pertenencia a ella, y la masonería siempre ha conspirado contra la Iglesia, ha procurado infiltrarse en ella y es culpable de buena parte de las persecuciones, campañas anticatólicas, difamaciones, protestantización de la Iglesia y demás, la mayoría de las iglesias protestantes no condenan la masonería ni prohíben a sus miembros asociarse a logias. Es más, es notorio que hay bastante pastores que son masones, y en varios hilos de Hispanismo se puede leer cómo ayudan los masones a entrar a los protestantes en los distintos países: ya fuera aquí en España durante la Republicaca, en México con el infame Calles, etc. Por un lado, persiguen a los católicos; por otro, abren las puertas a los protestantes y no los molestan.