Respuesta: El problema de España ahora es... ¡el crucifijo!
A la Conferencia Episcopal se la suele poner verde por su inacción ante las tropelías de los bárbaros, pero yo tengo que preguntar ¿y qué pasa con los fieles?, ¿por qué no abren la boca?, ¿ cómo reaccionarían si en vez de atentar contra Cristo y su Iglesia se atentase contra sus "amados" bienes materiales?
"El que no está conmigo está contra mi, y el que no recoge conmigo desparrama." Mt 12,30
"a todo el que me negare delante de los hombres, yo le negaré también delante de mi Padre, que está en los cielos." Mt. 10,33
Pueblo Español, Pueblo de Dios... ¡MENTIRA! ¡Fariseos y cobardes! Si tuvieran los cojones que se supone deben de tener, este cadáver político, esta hez de la hez que es el ZP, ya estaría en las antípodas haciendo macramé. Menos mal que no le va a dar tiempo de llevar a cabo su nueva felonía porque la economía ya se está encargando de cavar su fosa. Confiemos en que el entierro sea mañana mejor que pasado, pero que ello no sea impedimento para juzgar "su gestión". Un político es un asalariado del pueblo, un vulgar empleado, y como tal se le deben exigir las responsabilidades en las que incurra. Así que tolerancia cero con una hipotética impunidad de este fulano, así como la de su "troupeau".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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