¿Quién dijo que a Dios no le gustan las imágenes?
Primeramente hay que aclarar que los evangélicos dicen que a Dios no le gustan las imágenes, ¡católicas!, porque los templos evangélicos están repletos de imágenes y fotos evangélicas, como así en sus casas y coches tienen fotos, el IXOYE <>< (en vez que el rosario), cuadritos y sobre todo aquél proyector de imágenes satánicas –con voz- que es la “caja boba” (alias TV) e Internet.
Mientras que si hablamos de venerar a las imágenes, hay que considerar que Jesucristo se le apareció en una visión a Elena (Lina) Kowalska en Plock (Polonia), el 22 de febrero de 1931. Jesús le dijo:
“Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: «Jesús en Ti confío»... Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé con Mi gloria. Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: «Jesús en Ti confío». Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y (luego) en el mundo entero”. A petición del director espiritual, sor Faustina preguntó al Señor sobre el significado de los rayos en la imagen. Como respuesta oyó las siguientes palabras:
“Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica las almas... El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por una lanza… Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios”. La imagen presenta, pues, la inmensa misericordia de Dios que fue revelada plenamente en el misterio pascual de Cristo y que se realiza en la Iglesia con mayor plenitud en los sacramentos. La imagen ha de desempeñar el papel de un recipiente para recoger gracias y de una señal que ha de recordar a los fieles la necesidad de confiar en Dios y ejercer la misericordia hacia el prójimo. De la actitud de confianza halan las palabras puestas en la parte de debajo de la imagen. Jesús en vos confío,
“Esta imagen –dijo Jesús-
ha de recordar las exigencias de mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil”.
¡Me importa un bledo si está o no en la Biblia (ver Hechos 2:17-21)! J
El culto de la imagen consiste en una oración confiada acompañada de obras de misericordia. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia al día.
“Debes saber –dijo Jesús a Sor Faustina-,
que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo (…) Deseo que tu corazón sea sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas”. Con tal comprensión del culto a la imagen, Jesús relacionó las siguientes promesas: la gracia de la salvación eterna, grandes progresos en el camino hacia la perfección cristiana, la gracia de una muerte feliz y todas las demás gracias y beneficios temporales que las personas misericordiosas le pedirán con confianza. Jesús dijo: “
Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la inscripción. Jesús en vos confío”. “Por medio de esta imagen colmaré de gracias a las almas, por eso quiero que todas las almas tengan acceso a ella”. “Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, en la hora de la muerte. Yo mismo la defenderá como mi gloria”. “Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas de los hombres. Oh, que dolor me dan cuando no quieren aceptarlas (…) Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y yo la llenaré de paz”. “La humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija con confianza a mi misericordia”. “Habla a mundo de mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia mía. Es la señal de los últimos tiempos. Después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo. Que recurran, pues, a la fuente de mi misericordia, que se beneficien de la sangre y del agua que brotó para ellos”. “Antes de venir como el Juez justo, abro de par en par las puertas de mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta e mi misericordia, deberá pasar por la puerta de mi justicia”. El Vaticano prohibió por treinta años todo lo relacionado con eso, y Dios tuvo que hacer que un polaco llegara a ser Papa (Karol Woytila) para difundir la Doctrina de la Divina Misericordia en el mundo entero; hoy en día todavía es imposible conseguir una copia del libro del Diario de la beata Faustina Kowalska, porque Jesús dice cosas que no le gustan al Vaticano; el cual –a lo sumo- la considera como revelación personal, y no para toda la humanidad. La masonería, ama y señora del Vaticano, frena su difusión y tampoco Radio María da lugar al rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia.
¡¡ Mi Dios es mucho más grande que el tamaño de una Biblia Reina-Valera, y está vivo!! J
Jesús dijo (usando un rosario común de cinco decenas para rezar):
“Primero rezarás un Padre Nuestro, un Ave María y un Credo. Luego, en las cuentas del Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero. En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, tres veces rezarás estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia.” Así que Dios no tiene problemas que se rece, y solamente unos “teólogos nabos” evangélicos tienen problema con eso; son los mismos “nabos” que no van a las reuniones de oración en el templo evangélico, adonde –como siempre- hay solamente “cuatros gatos”.
¡¡¡Mi Dios, “teólogos nabos*”, no murió con Juan en el año 95 d.C. en la isla de Patmos (y 1ª Corintios 1:19-27 es para Uds.)!!! J
Ahora la pregunta terminante es: ¿Quién tiene la razón? ¿Jesús?, ¿o todos los pastores evangélicos del mundo? (que se hacen idolatrar a sí mismos –en muchos casos- como dadores de las gracias de Dios). De ellos, Jesús dijo:
“Hoy tráeme las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi Corazón, es decir mi Iglesia. Según regresen a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión.”
¡Que Dios Nos Tenga Misericordia! Loris (un profeta menor ;-)
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