Oro parece, plata no es, quién no lo sepa bien tonto es.
ORO MÍSTICO
Comulgar: No hay nada más grande que recibir al Señor. ¿Qué son todas las cosas de este mundo, sino imágenes fugaces? Todo aquello por lo que nos movemos, nos agitamos, nos afanamos... ¿Qué es todo eso, comparado con ese momento en que recibo a Dios?
Si pensáramos en ese momento tan milagroso (la Santa Comunión) durante todo el día, preparándolo antes y dando gracias después, no seríamos tan torpes como para equivocarnos tanto y poner nuestro bien en los "bienes" que brillan, pero no son oro: "oro" -es un decir.
Oro místico.
Maestro Gelimer
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
Oro parece, plata no es, quién no lo sepa bien tonto es.
Mi honor, la lealtad,
mi fuerza, la voluntad,
mi fe, la catolicidad,
mi lucha, la hispanidad,
mi bandera, la libertad,
mi arma, la verdad,
mi grito... ¡despertad!
mi lema... ¡¡Conquistad!!
Bautismo y Eucaristía son los mayores dones que Dios nos da. Por el primero somos perdonados del pecado original, por la segunda reconocemos a Cristo como Nuestro Señor y participamos de Él en este mundo. Ambos son la preparación para la Eternidad, no hay pues mayor felicidad posible.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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