"En varias ocasiones usted me hace notar que la teología sería ciencia ficción. Me sorprende, pues, que considere mi libro digno de una discusión tan detallada. Permítame que le proponga cuatro puntos relacionados con esta cuestión:
(.../..)
la ciencia ficción se da en el ámbito de muchas ciencias. Lo que usted expone sobre las teorías acerca del inicio y del fin del mundo de Heisenberg, Schrödinger, etc., yo lo designaría como ciencia ficción en el buen sentido del término: se trata de visiones y anticipaciones para alcanzar un conocimiento verdadero, pero solo son, precisamente, imaginaciones con las que intentamos aproximarnos a la realidad.
Existe, además, la ciencia ficción «a lo grande», precisamente también en el seno de la teoría de la evolución. El gen egoísta de Richard Dawkins constituye un ejemplo clásico de ciencia ficción.
El gran Jacques Monod escribió frases que él mismo debió de insertar en su obra seguramente solo en calidad de ciencia ficción. Cito: «La aparición de los vertebrados tetrápodos [...] tiene precisamente su origen en el hecho de que un pez primitivo “optara” por ir a explorar la tierra, en la que, sin embargo, era incapaz de desplazarse más que brincando torpemente, creando así, como consecuencia de una modificación de su comportamiento, la presión selectiva merced a la cual se desarrollarían los poderosos miembros de los Tetrápodos. Algunos de los descendientes de tan audaz explorador, de aquel Magallanes de la evolución, pueden correr a una velocidad superior a los 70 kilómetros por hora…» (citado según la edición italiana: Il caso e la necessità, Milán 2001, págs. 117s.)
(.../...) "siempre he considerado ejemplar la obra de
Jacques Monod, quien reconoce claramente que, en última instancia,
no conocemos las vías por las que se forman cada vez nuevos ADN llenos de sentido.
Refuto, por lo tanto, su tesis, recogida en la página 129, según la cual las cuatro tipologías desarrolladas por Darwin explicarían perfectamente todo lo que concierne a la evolución de las plantas y de los animales, con inclusión del hombre. Por otro lado, no quisiera obviar el hecho de que, en este campo, se da mucha ciencia ficción; de ello hablaré más adelante. Además,
el científico médico Joachim Bauer, de Friburgo, en su libro Prinzip Menschlichkeit [El principio humanidad] (Hamburgo 2007),
ha ilustrado de manera impresionante los problemas del darwinismo social; tampoco convendría silenciar esto.
(.../...) El pensamiento recién expuesto constituye, en mi opinión, el punto central de un diálogo auténtico entre su fe «científica» y la fe de los cristianos. Comparado con ello, todo lo demás es secundario. Por eso me permitirá usted que sea más conciso en lo que a la evolución se refiere. [...] El ser humano es un proyecto divino que sólo la inteligencia creadora fue lo suficientemente fuerte, grande y audaz para concebirlo. Los seres humanos no son un error sino algo deseado".
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