Porque al verse incapaces por hacer algo y por estar agobiados por una visión plenamente materialista del mundo, terminan por abrazarse por la nada. Una vida en la nada, para nada, por nada.
Me he dado cuenta que ésta época es la peor en toda la historia. El hombre no solo ya no aspira al cielo, sino que también ya no teme al infierno. Está en un estado de completa desensibilización ante la Trascendencia.
Marcadores