Re: La verdad de garabandal
Es menester destacar especialmente de la cita anterior estos términos:
8. No existe ningún decreto diocesano de formación de comisiones de investigación sobre las apariciones. Todo el desarrollo de las investigaciones de dos "Comisiones Diocesanas" carece de cualquier profesionalidad y no resistirían ningún análisis procesal de sus procedimientos.
Lo que no significa que los miembros de ambos grupos fueran personas sin formación. En la primera mal llamada comisión hubo al menos dos médicos (uno de ellos, el Dr. Morales desmintió años más tarde los informes que elaboraron) y un sacerdote. Y de la también mal llamada segunda comisión, no se sabe casi nada:
Juan Antonio del Val nombró en 1989 una segunda comisión, de la que tampoco se conocen sus conclusiones,
https://carifilii.es/breve-guia-cono...ia-al-respecto
Y estaba formada por algunos sociólogos y un psicólogo contratados por un Instituto de estudios de investigación social, y por un dominico. Y no se conocen las conclusiones sencillamente porque no las hubo, y aún menos porque el informe final nada tenía que ver con cuestión alguna de naturaleza religiosa.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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