Numerosos obispos cuelgan sus homilías en la web para llevar la Palabra de Dios on-line

Álex Navajas


Madrid- Es gratis, muy sencillo de usar, se puede acceder desde cualquier ordenador y llega a millones de personas. ¿Por qué no emplear YouTube para evangelizar? Éstos deben de haber sido los argumentos que han barajado numerosos obispos y sacerdotes que se han decidido a colgar sus homilías y sermones en la página de descarga de vídeos más popular de Internet.

Si era cierto lo que afirmaba en los años sesenta el cardenal Fulton Sheen de que «hoy en día hablar en televisión equivale a llenar ocho catedrales», en la era de Internet esa proporción es mucho mayor. En YouTube (www.youtube.com) se ven a diario la friolera de mil millones de videoclips, y cada 24 horas se añaden alrededor de 70.000 nuevos cortes.

Un éxito
Pero los videoclips de temática religiosa eran, hasta hace poco, una «rara avis» en la página web. «Nos dedicamos a la evangelización. Salgamos. Tenemos que ir a cualquier parte», señaló hace unos días el cardenal Justin Rigali, arzobispo de Filadelfia, tras colgar una reflexión cuaresmal en la web. La iniciativa obtuvo un eco inmediato: hasta ayer, más de 17.000 internautas habían visto el vídeo de dos minutos y medio de duración del purpurado norteamericano. En vista del éxito, el cardenal Rigali se ha animado con dos entregas más de sus meditaciones. El prelado, de 71 años de edad, «no sabía nada de YouTube hasta hace unos días -ha confesado a Zenit su portavoz, Donna Farrell-, hasta que le propusimos hacer la prueba». «Esta iniciativa me hace sentir que nuestra Iglesia está acercándose a los hijos de Dios a través de la moderna tecnología», le ha dicho al cardenal Rigali un internauta a través de la Red. «Qué estupenda aportación al uso de las tecnologías con el propósito de evangelizar», escribe otro.

Pero el purpurado norteamericano no es el único que ha echado mano de YouTube para evangelizar on-line. Cada vez es más frecuente encontrar sermones y homilías de obispos y sacerdotes en la página de descarga de vídeos más popular de Internet, y hasta el propio Benedicto XVI aparece en numerosas ocasiones en YouTube. Monseñor Felipe Aguirre Franco, arzobispo de Acapulco (México), ya cuenta con algunos videoclips de sus prédicas en la web, así como monseñor Joseph A. Pepe, obispo de Las Vegas, o monseñor Robert Vasa, de Baker (Oregon). Y son cientos los sacerdotes que ya han colgado sus homilías en la citada página. Además, en YouTube se pueden encontrar retiros espirituales completos, conferencias de temática religiosa, misas y hasta ordenaciones sacerdotales celebradas en la basílica de San Pedro de Roma.

No sólo los católicos
Pero no sólo los prelados católicos se han sumado a la «moda YouTube». El arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, comenzó hace meses a utilizar esta herramienta, porque «los nuevos métodos de la Iglesia empiezan allí donde la gente está, y la gente está en YouTube».

Internet, sin embargo, ha abierto un abanico mucho más amplio. La diócesis de Málaga acaba de lanzar su propio canal de televisión diocesano en la Red, y el obispado de Canarias cuenta con Tele Diócesis (www.telediocesis.es), desde donde se puede enlazar con más de 20 canales religiosos de todo el mundo. Además, numerosas emisoras católicas de radio emiten a través de la Red. Los costes, infinitamente menores que los de la radio y televisiones convencionales, facilitan este tipo de iniciativas.

Tal vez, los areópagos de San Pablo en el tercer milenio pasarían por YouTube...

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