La persecución de un gobierno socialista, extremista, anticlerical, separatista y orgulloso heredero de los Largo Caballero, no sorprende a nadie. Solo aquellos amigos del "mal menor" que creen que por medio de las urnas y los parlamentos nos ganamos el respeto, la tolerancia y un medio consonante con el "sano laicismo" que predica S.S. Benedicto XVI se pueden extrañar de la persecución del Enemigo al Catolicismo; pero son aquellos mismos amigos del "mal menor" los que tanto daño han hecho a la Santa Iglesia y por supuesto, a España con la Transición, la Constitución, la legalización de los partidos políticos y todo este lodo que han producido aquellas tormentas; son aquellos mismos amigos del "mal menor" los que han aceptado el todo (la demoniocracia) y se escandalizan por el aborto, las rupturas familiares, la violencia de género, la eutanasia, la investigación con embriones, el aumento de drogatas, el fracaso escolar, ...
Son, por tanto, aquellos amigos del "mal menor", los que nos llaman radicales cuando repetimos aquella frase de Pablo VI: "El error no tiene derechos" o la clásica: "Fuera de la Iglesia no hay salvación". De Misa diaria, pero a la vez, en aceptación del error, en convivencia absoluta con el Mundo y en obsesión por agradar. En una palabra, pensamiento débil que se traga mil blasfemias, mentiras y ridículos para que le dejen expresarse.
Marcadores