La verdad es que se te ponen los pelos como escarpias. Al retrato de Albert Pike solo le falta el tridente.
LAS GUERRAS DE RELIGIÓN, ¿QUIÉN LAS INSTIGA?
Los masones Albert Pike y Giuseppe Mazzini, delineando los renglones rectos del diablo para el siglo XX.
DE LAS TRES GUERRAS ANUNCIADAS POR ALBERT PIKE
Albert Pike, un desconocido para todos los que ignoran los tejemanejes de la masonería, fue veterano de la guerra contra México y militar confederado –sudista; también fue maestro, abogado y, lo que a nosotros nos interesa, francmasón de los grados más profundos: Soberano Gran Comendador de una de las dos jurisdicciones en que se divide el Rito Escocés Antiguo y Aceptado en los EE.UU, algunos también nos lo hacen -aunqueno lo tengamos contrastado- Sumo Pontífice de la Masonería Universal, pero sí que está demostrado que fue miembro destacado del Ku Klus Klan... O sea: lo que se dice una "joya". El eminente maestro D. Ricardo de la Cierva, en su libro fundamental “La masonería invisible. Una investigación en Internet sobre la masonería moderna” (Editorial Fénix, 2002) nos lo presentó en sus páginas, revelándonos su auténtica catadura. Albert Pike no se andaba por las ramas, tenía muy claro que el "ser suprema" (así lo llamaba Robespierre) al que los masones de alto grado rinden adoración es Lucifer, y así lo declaró el mismo Pike en el libro que el mismo publicó en 1871: “Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Rite of Freemasonry”. El libro de D. Ricardo de la Cierva es, sin lugar a dudas, muy superior en todos los conceptos a ese otro libro titulado “Los Masones” de D. César Vidal, más popular por tener mayor difusión mediática. Un avezado masonólogo no titubea: la autoridad de D. Ricardo de la Cierva es indiscutible, y cuenta incluso con el respeto -amén del silencio- de las más encumbradas instancias masónicas. D. Ricardo de la Cierva fue el primero en hablar de este tema, cuando hablar de ello era poco menos que anatema para la comunidad científica; los que hemos venido tras D. Ricardo o somos discípulos suyos, o -en caso de no reconocerlo- burdos plagiadores.
Pero vayamos a la cuestión: Albert S. Pike mantuvo una correspondencia epistolar con su hermano masón , uno de los artífices intelectuales de la unificación italiana, Giuseppe Mazzini –Mazzini alcanzó el Grado 33º. El epistolario comprende las cartas que se enviaron estos dos hermanos, hijos de la misma Viuda, en los años 1870-1871. Las cartas se conservan en los archivos de la biblioteca del British Museum, en Londres, pero las vino a publicar parcialmente el británico William Guy Carr en su libro "Peones en juego". Por la gravedad de las declaraciones que uno hace al otro, merece la pena que se hagan públicas; para aviso de nagevantes.
15 de agosto de 1871, Pike confía a Mazzini: “Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo entero”. Con el primero de estos conflictos planetarios, comentaba Pike, sería derrocada la última monarquía teocrática: la de los Zares de Rusia, y en su puesto sería ensayado un proyecto de sociedad basada en el “comunismo ateo”. La Santa Rusia, transformada en Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, sería empleada para “destruir otros gobiernos y debilitar las religiones”: en eso consistió la misión de los agentes soviéticos en España desde 1931 a 1939, aunque gracias a Dios no lograron sus propósitos.
El segundo conflicto se anunciaba, según la correspondencia de Albert Pike, toda vez establecidas en Europa las dictaduras nacionalistas que, tras la sangría de la Gran Guerra y el consecuente desprestigio de los sistemas parlamentarios, permitiría la creación de estados totalitarios de signo ultranacionalista: Pike no podía anticiparse al nombre de la cosa, pero es lógico que en su carta trazaba las líneas de lo que posteriormente serían conocidos como “fascismos”. Mientras tanto, también se potenciaría el sionismo que reclamaría el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina.
La tercera guerra que se proyectaba tendría como chispazo los conflictos entre el sionismo político y el Islam. Esta conflagración tendría que aspirar a “que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente”, obligando “a otras naciones a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse física, mental, espiritual y económicamente”. En esta empresa destructiva están empeñados, décadas ha, palestinos e israelíes en Tierra Santa.
Tras la tercera guerra mundial, Pike anunciaba que se desencadenaría “el mayor cataclismo social jamás conocido en el mundo". Los ciudadanos serán forzados a defenderse contra una minoría de nihilistas ateos, éstos nihilistas organizarán “las mayores bestialidades y alborotos más sangrientos”. Nadie podrá parar el desenfreno y la destrucción. Y uno, leyéndole esto a Pike, se dice: si este hombre dice estas cosas es por estar viendo en su sofá el televisor, ¿verdad? Pero no, en 1870 Pike no perdía el tiempo en la TV. Será así -declara Pike a Mazzini- como las masas desesperadas del planeta, decepcionadas por el cristianismo y por los ateísmos, faltas de todo faro, estarán maduras para recibir “la luz verdadera con la manifestación universal de la doctrina pura de Lucifer, que finalmente saldrá a la luz”. Un plan diabólico que tiene todas las trazas de estar cumpliéndose.
Cuando uno repasa la historia del siglo XX comprueba con sobrecogimiento que, sean quienes sean, han sido muy puntillosos y prácticamente se han ceñido al plan expuesto por Pike a Mazzini. La paz entre las religiones, sin caer en falsos ecumenismos inaceptables -sin incurrir en sincretismos irreligiosos- tiene que ser una meta a la que tenemos que tender todos los creyentes. Los auténticos enemigos de la paz no son los musulmanes, tampoco somos los católicos: los auténticos enemigos de la paz son los que, ciento treinta años antes, ya urdían proyectos diabólicos para enfrentarnos a las tres grandes religiones monoteístas, sin importarles el costo en vidas humanas.
La legalización del aborto y de la eutanasia que acarician los secuaces aborígenes de Albert Pike son motivos para que, todos los creyentes a una, plantemos cara al auténtico enemigo de la humanidad. La oposición a estas leyes inicuas y antihumanas tiene que unirnos a todos contra el verdadero enemigo de la raza humana: Satán, Iblis, Satanás, Shaytán, el diablo, el que divide y enreda, el que trama las grandes destrucciones… El que, como dijo Baudelaire:
“C’est le Diable qui tient les fils qui nous remuent!”
(“¡Es el diablo quien maneja los hilos que nos mueven!”)
Es hora de no dejarse mover por sus hilos... ¡Hagamos fracasar los planes de Albert Pike!
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ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL:
Sancte Michael Archangele, defende nos in praelio. Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur. Tuque princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo divina virtute in infernum detrude. Amen
Maestro Gelimer
http://librodehorasyhoradelibros.blogspot.com/
La verdad es que se te ponen los pelos como escarpias. Al retrato de Albert Pike solo le falta el tridente.
Última edición por Reke_Ride; 10/09/2008 a las 19:45
Y ese individuo tiene una estatua en la ciudad de Washington, como si fuera un gran prócer. Y parece ser que no solo fue un jefazo del Ku Klux Klan (KKK: es decir, KK y media), sino que hasta lo fundó.
Sobre la correspondencia de Pike con Mazzini, recomiendo este enlace:
http://www.scribd.com/doc/2635104/Ac...Poder-Politico
Parece ser que este artículo está censurado en wikipedia. Ignoro la procedencia de dicho artículo, pero en él se dicen cosas interesantes.
Un saludo
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