Es harto conocido que la Iglesia Católica, en general (o dicho de otra forma... oficialmente), estuvo aliada con Hitler; por eso, el acto de beatificar a un obispo que se salió de esa línea, no es más que un burdo intento de hacernos creer que esta iglesia alguna vez estuvo contra el régimen nazi; o sea, es pura hipocresía.