EL REPROCHE DE UN ATEO





Leedlo, escuchadlo... Y pensadlo:

"No su amor a los hombres, sino la impotencia de su amor a los hombres es lo que a los cristianos de hoy les impide -quemarnos a nosotros." ("Más allá del Bien y del Mal", F. W. Nietzsche)

El amor -lo sabía hasta un ateo- exige la corrección. Todo aquello que se malea, ha de ser enderezado. Un pusilánime, un impotente, siempre soslayará el uso de la fuerza para enderezar lo que se tuerce. El amor, cuando no es una caricatura, no puede soslayar el uso de la fuerza. Pero -¡cuidado!- absténganse todos aquellos que no sean santos... Ahí es donde fallamos, amigos míos. Seamos santos, y el más poderoso amor se convertirá en odio perfecto a todo lo que se opone a Dios. Como San Miguel Arcángel, como San Elías... Como los Cruzados, como todos los contra-revolucionarios que en el mundo han sido.


Maestro Gelimer

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