Si hay algo detestable en un católico es el ataque "ad hominem", detestabilidad, pues, hacia los comentarios que ponen en duda la palabra, los hechos explicados y sus testigos (¡con nombre y apellidos, eh!), calificados y veraces, de Miguel como la de los foreros del FSTM, Javier y Félix. Todos ellos conocidos hombres de honor que ni les va ni les viene mentir sobre unos hechos sucedidos. Vale.
Para apoyar la tesis de Villores el artículo de Iván de Vargas para el diario Alba del 21 de junio "La masonería amenazó a Alfonso XIII tras consagrar España al Sagarado Corazón".
Ese artículo es una burda manipulación. En realidad Alfonso, el usurpador liberal, recibió una delegación de francmasones porque él era masón, como lo fue su hijo y como lo es su nieto. Alfonso, que no fue rey de España, realizó el acto de Consagración de España a pesar de que era una acción contraria a todos sus actos de gobierno porque no buscaba si no aplacar los ánimos que sus acciones gubernativas suscitaban en los católicos. Un lavado de imagen.
Ademá Alfonso no fue rey, porque un rey lo es por ejercicio, es decir, por su fidelidad de gobierno a las leyes de Dios y a la imitación de Cristo. Porque así dice el Señor a Samuel:
1 Samuel dijo a Saúl: «Fue el Señor el que me envió a ungirte rey de mi pueblo Israel. Por eso, escucha ahora las palabras del Señor.
2 Así habla el Señor de los Ejércitos: Voy a pedir cuenta a Amalec de lo que hizo a Israel, al cortarle el camino cuando este subía de Egipto.
3 Ahora ve y derrota a Amalec. Conságralo al exterminio con todo lo que posee y no lo perdones, mata a hombres y mujeres, niños y pequeños, vacas y ovejas, camellos y asnos».
7 Saúl derrotó a Amalec desde Javilá hasta la entrada de Sur, que está frente a Egipto.
8 Capturó vivo a Agag, rey de Amalec, y consagró al exterminio a todo el pueblo, pasándolos al filo de la espada.
9 Pero Saúl y el pueblo perdonaron la vida a Agag y a lo mejor del ganado mayor y menor, a los animales cebados, a los corderos y a todo lo que había de bueno, y no quisieron consagrarlos al exterminio. Exterminaron, en cambio, todo lo que era despreciable y sin valor.
10 La palabra del Señor llegó entonces a Samuel en estos términos:
11 «Estoy arrepentido de haber hecho rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis palabras».
22 Samuel respondió: «¿Quiere el Señor holocaustos y sacrificios o quiere que se obedezca su voz? La obediencia vale más que el sacrificio; la docilidad, más que la grasa de carneros.
23 Como pecado de hechicería es la rebeldía; como crimen de idolatría es la contumacia. Porque tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado a ti para que no seas rey».
Capítulo 15 del Libro I de Samuel.
Esa es la condición necesaria y suficiente para ser rey (uno que gobierna sobre todos), conformarse en todo a la política de Dios que son sus mandamientos y la ley evangélica que es como se han de vivir.
Además, la "abdicación" de Alfonso XIII fue su último acto de soberbia cobardía y demostró que prefería salvar su trasero a sacrificarse por España. Es el tal Alfonso comparable en hipocresía a Poncio Pilato, quien lavándose las manos con agua las tiñó con la sangre inocente de Cristo. Uno entregó España a la República el otro a la perfidia de los judíos.
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