En mi casa de toda la vida somos devotos del Corazon de Jesus, recuerdo que mi abuela lo llamaba "El Amo las cargas" porque siempre era a EL al que le pediamos todo. Siempre lo llevo conmigo en el corazon y en la cartera.

Corazón Sacratísimo de Jesús, que por el grande amor que nos tienes, te has dignado prometernos la perseverancia final y la gracia de no morir sin Sacramentos, haciéndote nuestro seguro asilo en la última hora de nuestra vida; humildemente te pido que cumplas en mí tu palabra, que tanta confianza inspira a nuestros coraz0nes. Yo, por mi parte, prometo hacer cuanto pueda para amarte más y más y para hacerme digno de una tan grande Promesa, evitando el pecado y todo cuanto pueda desagradarte. Te pido para ello, tu gracia, que espero alcanzar por lo méritos de tu mismo Corazón. Amén.