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Tema: Japón, ¿ejemplo de tradicionalismo?

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  1. #1
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    Re: Japón, ¿ejemplo de tradicionalismo?

    Cita Iniciado por ReynoDeGranada Ver mensaje
    Yo creo que Japón es lo mas parecido a España que hay en el mundo.Dos pueblos guerreros, con un designio imperial, ahora humillados por los mismos de siempre: los yankis.Fijaos si nos parecemos que Millán Astray compuso el Credo del Legionario inspirándose en el Bushido nipón. Fijaos también lo que decía Giménez Caballero en el diario Arriba:Ernesto Gimenez Caballero sobre Japon y España, en Arriba
    Japón, el antiguo Cipango, es en definitva nuestro espejo en Oriente.

    Saludos en Cristo.
    En vista de que el enlace que puse no funciona, reproduciré el texto de Giménez Caballero que en él se contenía:

    JAPON Y ESPAÑA,

    por Ernesto Giménez Caballero

    ¡Arriba!,

    Madrid, 24 de abril de 1941.

    El sentimiento de compartir con los japoneses la defensa mas extrema del mundo frente a un común enemigo: este sentir que España y Japón son dos flancos decisivos‑ ha hecho que japoneses y españoles nos hayamos ligado fraternalmente y nos tengamos un mutuo cariño y admiración.

    ********

    Pero la admiración y afecto de España por Japón no es de hoy, sin embargo.

    Procede desde el momento en que nos dimos cuenta de ser el Japón la otra España; la de allá. Osea, una nación colocada frente a un poderoso Continente Occidental (Estados Unidos) y un continente inmenso de color (el Asia china e hindú). Como España es la nación del lado de acá, colocada entre Francia e Inglaterra (Occidente) y el África (Oriente). España y Japón, las dos fronteras del mundo. Son dos puertas. La misma unidad de destino en la Universal.

    ********

    Además, nosotros españoles tenemos motivos profundos para conocer, admirar y encariñarnos con los japoneses.

    "Una gente fortissima de Espanha"‑ dijo Camoens fue la descubridora del Japón ante la civilidad europea.

    Hacia 1542 fue descubierto por Méndez Pinto. Gente peninsular desembarcó en seguida en "juncos" japoneses a las maravillosas islas de Cipango. A los 15 años, el 15 de agosto de 1547, nuestro San Francisco Javier comienza su evangelización en Kagoshima. Y tras el ansia evangélica del Divino Impaciente, jesuitas y dominicos, Embajadores de Felipe II y comerciantes abordan el Japón y sus islas cercanas: que llevan desde entonces el nombre hispánico de "Filipinas", "Carolinas" o "Marianas", en recuerdo de nuestros césares.

    No puede olvidarse que si España fue la descubridora del Japón y su evangelizadora, también fue su primera estudiosa e investigadora.

    Sobre el Japón aparecían en la España Imperial constantemente libros y estudios.. De Bujeda de Leiva, estudiando su historia, De Fray Manuel Preces, investigando su lengua. Gramáticas, como de Fray Ojanguren, del P. Fernández de Collado, Narraciones de los sucesos japoneses, por M. de Sosa, Santa María, García, Garcés, Piñeiro, Suárez de Figueroa. (Durante todo el 1500 y el 1600).

    ¡El Japón! ¿Pero qué es un japonés?¿En qué se distingue de un chino?

    Porque ‑¿no es verdad?‑ todos nos hemos dicho esto muchas veces: ¿En qué se diferencia un chino de un japonés?¿Como se distinguen, entre sí, los japoneses y los chinos en sus eviternas batallas?¿Cual es la razón de que los chinos sean un país regresivo y estancado mientras los japoneses constituyen un pueblo de progreso y de ímpetu?¿A que se debe el que China obedezca ciegamente a Moscú, mientras que Japón es la avanzada del genio romano y ario en Oriente?

    Tal vez estas mismas cuestiones se las han planteado los japoneses respecto a nosotros los españoles confrontándonos con los moros ¿Porqué los españoles (que físicamente tienen tantas semejanzas con los berberiscos) somos una nación de empuje y de historia, mientras que los marroquíes no han logrado nunca mas que un vago y celeste Imperio de Mahoma?

    La explicación de este misterio hay que buscarla en la misma clave: la de ser Japón y España "genios entre Oriente y Occidente". Japón tiene lo suficiente de Oriental para entender el alma del chino: pero también posee la suficiente dosis de espíritu ario para colonizar esa raza de color. De la misma manera que España con los contactos milenarios con el Oriente ha sido capaz de comprender el corazón de berberiscos y de indios americanos. Y a la par: ha sido lo genialmente europea para alcanzar un vasto dominio sobre las gentes de color a través de los siglos y por mares nunca navegados.

    ********

    Efectivamente, en el Japón se han dado tipos etnográficos correspondientes a esa ambivalencia. Los prehistóricos "ainos" fueron algo así como los iberos "nipónicos". Y el elemento "caspio" un tipo de "celtas" japónicos. También en el Japón hay dolicocéfales orientaloides y razas braquicéfalas y platirrinas, a las que el etnógrafo Dixon las clasificó como alpinas y palcoalpinas. En el lenguaje también se observa esa misma clave. La lengua japonesa se alejó del alfabeto ideográmico que tiene el chino para adoptar un sistema silábico mucho más eficaz culturalmente.

    Pero sobretodo fue en la religión donde se encuentra el "quid" de la disyuntiva entre lo chino y lo japonés.

    El fondo religioso y nacional del japonés está en el "sintoismo". Mientras que la religiosidad china es fundamentalmente "budista". Dicho con palabras claras, los japoneses tienen un sentido religioso con distinción de "jerarquías" y con un sublime culto a sus "antepasados", a sus "muertos": a su "tradición". Mientras que los chinos tienen la creencia en la "masa" ‑pueblo de coolíes‑, "en el horror a la individualidad sobresaliente". Por eso los chinos no tienen "memoria" de sí mismos: no tienen "tradición viva, muertos fecundos": no tienen "historia". En cambio, los japoneses saben que "morir por la Patria es sobrevivir", es ganar la inmortalidad. Y de ahí su veneración a los "kamimi" o héroes. (En el Japón el ser héroe o ser sabio es como ser santo). Y recibir el culto de todo un pueblo. Es la razón de los samurais.

    Los chinos desdeñan el honor militar. Y los japoneses son el pueblo del "harakiri", del "suicidio por la honra". China es un conglomerado de gentes, coletas y mandarines, con instituciones inmóviles como pagodas, con un Emperador nominal, aplastante e inútil. Una especie de inmenso sultanato. Mientras Japón, es una nación, un organismo vivo con instituciones eficientes, con gobiernos actuantes, con universidades investigadoras y patrióticas, con una literatura genuina, con unas gheisas deliciosas, con un arte expansivo, con un Ejército maravilloso, con un Emperador de calidad cesárea, descendiente de Jimmu Tenno. Y con un himno que suena a gloria y perennidad: "Que dure mil años nuestro Reino y luego ocho mil, hasta que las piedras dejen de ser piedras ‑y los musgos: húmedos y espesos."

    ********

    Todo ello hace que la Historia del Japón pueda compararse con la España. Japón como España fue en la guerra un pueblo de largas y cruentas guerras civiles. Las Facciones de los Tatra lucharon contra las de Minamoto, como entre nosotros iberos y celtas, castellanos y catalanes, carlistas y liberales, nacionales y rojos.

    Y eso sucedió bajo el "Shogunato", un tipo de feudalismo donde el Mikado o Monarquía era algo así como los Reyes de la Casa de Trastámara, en Castilla.

    España alcanzó su unidad y su grandeza en 1492, bajo los Reyes Católicos dirigentes de su Revolución Nacional. El Japón hizo su revolución en 1868. Y desde entonces, ese pueblo archipielágico: desunido por el mar sus islas y por los odios regionales sus gentes ‑pasa a ser Uno, Grande y Libre. Como el majestuoso crisantemo de su bandera. Y se atreve a la magnífica empresa de China (1894) y mas tarde a la de Rusia (1904)

    Y desde entonces todo el Japón es un inmenso prepararse para afrontar la lucha contra el Oriente y el Occidente.

    En mirar cara a cara a la soberbia mammonica de los anglosajones y norteamericanos. Y en preparar cualquier ofensiva contra cualquier sorpresa.

    ********

    ¡Oh Japón! ¡Hermano nuestro en el Extremo Oriente!. País de los poemas ingenuos y delicados de los "haikais" y de los "tanka", como nuestras serranillas. Soñador en vuestro samisen, vuestra cerámica. País de cerámica maravillosa, como esa loza de Talavera japonesa que es la de Satsuma.

    Pais de Teatro nacional heróico y religioso ‑como el medieval de "No"‑ que corresponde al nuestro de Lope y Calderón.

    País de narradores y de pintores. De capitanes samurais, de "Cides" con ojos oblicuos.

    Y país que supo europeizar su ciencia con fundaciones como la de Bansho Shirado Dokwo. Y como la Universidad Imperial de Tokio. Como nosotros hicimos con el Renacimiento con Salamanca, Alcalá y los Colegios Mayores.

    Pero de todo cuanto acerca Japón y España, lo que más: nuestro común desprecio a la muerte. Somos pueblos de soldados y de místicos que "mueren porque no mueren" y gritan "¡Viva la Muerte!" y cantan: "Si caí, me fui al puesto que tengo allí." Allí en los luceros. Luceros del cielo español que parecen las campanitas de plata japonesas puestas en los aleros del firmamento.

    ¡Japón y España! Japón: País de terremotos, de volcanes que hacen a Yokohama desaparecer y modelan paisajes de nueva planta como recién creados por Dios. Y España: país de convulsiones históricas en que la vida tiene que resurgir como el primer día del Génesis.

    ********

    Por ti, Japón hermano, regado con sangre española y misional, yo alzo mi brazo y extiendo mi mano de paz, ante tu alerta frente a Oriente y Occidente.

    Y es porque veo la mano extendida de tus soldados y Embajadores, gritando con nosotros ¡Arriba España!.

    Saludos en Xto.
    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
    𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘

  2. #2
    Avatar de Leolfredo
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    Re: Japón, ¿ejemplo de tradicionalismo?

    Conocéis la historia del relato de la faena maestra de Juan Belmonte? Si no es la única es una de las pocas experiencias de occidentales calificadas como estado zen por el maestro Suzuki.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

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