Hace unas semanas tuve el dudoso privilegio de ver por televisión un fragmento de la rueda de prensa concedida por los portavoces de los abortistas españoles, quejándose de que con la crisis la gente no aborta tanto como antes (algo bueno tenía que tener). Como la cara es el espejo del alma, estos sujetos, un hombre y una mujer, parecían villanos de una película de dibujos animados de Walt Disney. Era como presenciar una rueda de prensa conjunta de Fagín y Myra Hindley.