Una mina de oro en Sevilla



José María de Mena, de la Real Academia de la Historia ( Autor, entre otros, de Personajes sevillanos célebres en la Historia ):


“....Urge declarar “ material reservado “ la documentación de barcos españoles hundidos en la época del Imperio Español…. “


“….Y no era lógico. No era lógico, y algún gato ( ¡ ay, los gatos de Antonio Burgos tan sevillanos ! ) debía estar encerrado en esa carta que me llegaba hace pocas semanas, de la embajada de un país centroamericano en Madrid.


Porque no era lógico. Aunque he publicado algo sobre la España de Ultramar, no soy un americanista sino un modesto historiador de España y más aún de Sevilla. Así que no era lógico que un ilustre país centroamericano me quisiera encargar que acometiera nada menos que escribir la historia de aquella nación. Como mucho yo podía contar algo sobre los primeros exploradores y conquistadores del siglo XVI, y algo de la época Virreinal, adornado con la flota de Indias; no nos engañemos, y dejemos la pequeña vanidad aparte.


Una segunda carta traía ya el gato dentro. ¡ Ay, Antonio Burgos de mi alma ! ¿ Sabes cuál era el gato ? Que en Sevilla está el Archivo de Indias, con todos sus legajos. Y que en esos legajos se guarda la noticia de los barcos que iban para allá cargados de caballos y de vacas, porque allí no existían animales de trabajo, el más grande era la llama, que al fin y al cabo es poco más que una oveja cuellilarga. De aquí fueron los caballos y las burras para procrear mulas, y vacas y toros para criar bueyes que arasen los campos vírgenes, y acarreasen materiales para hacer carreteras, acueductos, canales, universidades, catedrales, en fin, ciudades. Imprentas, libros, arte….


España lo daba todo, pero los barcos al regreso se traían el oro de las minas del Potosí y la plata de las minas de Zacatecas, y el tabaco y el cacao….


Por cierto, señor Mena, que algunos de esos barcos,-simple curiosidad-, algunos se hundían a consecuencia de los tornados, tempestades, huracanes y otros etcéteras climatológicos, ¿ verdad ?. Es simple curiosidad, pero si mientras nos escribe la Historia de esta nación, quiere usted acercarse al Archivo de Indias, podía contarnos algunos de esos hundimientos de buques, cercanos a este país, cuyos datos es fácil encontrar en los papeles del Archivo.


En realidad observándolo bien, la carta no está escrita por la Embajada, sino que una carta dirigida a mí ha venido desde América a la Embajada, por desconocer mi dirección, y la Embajada se ha limitado a buscar mis señas, preguntándoselas a la Real Academia, o simplemente buscándolas en la guía telefónica. Así de sencillo. Ahora, la carta, me llega en un sobre de la Embajada y adquiere el prestigio de una cosa oficial sin serlo. ¡ El gato encerrado, amigo Burgos !


En estos últimos tiempos, infinidad de sociedades anónimas en el peor sentido de la palabra, están dedicadas a saquear los pecios de los barcos españoles hundidos en la ruta de Indias. Barcos hundidos por tornados o tempestades en las costas de Panamá, Portobelo, Nombre de Dios, Santo Domingo, Las Bahamas, Tampico, Veracruz, La Ceiba, Barranquilla, Cumaná….y cuyos pecios están en el fondo del mar, con el oro, pero también con las perlas del Darién y las esmeraldas del Chocó y el Muzú. ¿ Y cómo apoderarse de esos valiosos tesoros ? Muy sencillo; aunque según las leyes internacionales, “ cualquier barco hundido pertenece al país de su bandera, esté donde esté “, España es un país de tontos, e ignorantes, cuyos infinitos barcos hundidos durante dos mil años, ya sea en época hispanorromana, medievales, o del Imperio Español, no son conocidos, porque los gobiernos españoles no se han preocupado de catalogar los hundimientos, y que para colmo, cualquier investigador puede localizarlos en los archivos, y vender a las Sociedades Anónimas extranjeras, la situación exacta para que los expolien.


Estos días pasados, el periódico “ ABC “ ha publicado la noticia de que en la Bahía de Algeciras se está sacando el contenido de un buque inglés, el “ H. M. Sussex “. Bien : Si era inglés, que recuperen su carga. Pero lo que no está bien es que España haga desprecio de sus cientos de buques hundidos en las costas del Caribe, y para más inri en cualquier archivo cualquier investigador puede sacar los datos para transferirlos al extranjero.


Urge declarar “ material reservado “ la documentación de barcos españoles hundidos en la época del Imperio Español, y que al amparo de las leyes internacionales, esos pecios sean protegidos frente a la explotación de las sociedades “ cazatesoros “.


Y no solamente guardar la información, sino utilizarla, pero en beneficio de España. Dedicar alguno de los buques de la Armada, a esa investigación, localización y extracción de buques hundidos. ¿ No tenemos fragatas para enviarlas al Golfo y otros lugares en “ misiones pacíficas “ ? Pues, adelante. No hay misión más pacífica, y más útil para España, que la de recuperar tesoros que pertenecen a España. Suponiendo, naturalmente, que España todavía siga siendo España.


Por mi parte yo ya he hecho lo mío. No aceptar escribir la historia de una nación centroamericana, a cambio de averiguar buques hundidos, para enriquecer a compañías que roban cada día los tesoros españoles, de los que ¡ ay ! España hace cada día estúpida dejación, como de tantas otras cosas. “