Extraído del “ Diario de Sevilla “ del 6 de Junio del 2006



Fray Juan Calero: De Mártir a Leyenda



- El Ayuntamiento de Bollullos de la Mitación acaba de presentar un documental que rememora la vida de uno de sus paisanos, un religioso de la Orden Franciscana que protagonizó una importante labor evangelizadora en el Nuevo Mundo.




Mar Gómez



Nació en Bollullos de la Mitación, se calcula que en torno al año 1500, y en apenas unos meses ha pasado de ser un auténtico desconocido a convertirse en una importante figura, ya no sólo para su pueblo, sino para la Historia de la Iglesia en América.



La trayectoria del franciscano Fray Juan Calero, que entregó su vida para forjar una leyenda, acaba de ser llevada a la pantalla a través de un documental elaborado por cuatro paisanos suyos, dos historiadores: Alfonso Álvarez-Ossorio y Francisco Rivas; y dos profesionales de la televisión municipal: Rogelio Gordo y Juan Antonio Navarro; quienes han conseguido reconstruir la vida y obra del religioso a partir de un viaje a la región de Valles, en Jalisco ( México ). En dicha comarca, donde ha dejado una inmensa huella, llevó a cabo durante años una importante labor evangelizadora hasta su muerte, de la que precisamente ayer, Lunes de Pentecostés, se cumplieron 485 años.



Fray Juan Calero, albañil de profesión, sintió la llamada de Dios en 1525, cuando trabajaba en las obras de construcción del convento de Loreto, ubicado entre las localidades de Espartinas, Umbrete y Bollullos de la Mitación. Dos años después, se unió a una expedición evangelizadora rumbo al Nuevo Mundo a conquistadores como Cristóbal de Oñate.



La labor de Fray Juan Calero empezó a intensificarse a partir de 1530 en la comarca mexicana de Valles, donde permaneció hasta ser asesinado en 1541. Su trágico final y la leyenda que envuelve a su muerte lo sitúan como EL PRIMER MÁRTIR CRISTIANO EN AMÉRICA.



Uno de los historiadores que ha participado en la elaboración del documental, titulado El Misterio de Fray Juan, Alfonso Álvarez-Ossorio, explicó que el franciscano, aún venerado en la zona, caló hondo especialmente entre la población porque fue el único que aprendió su lengua, el náhuatl, de ahí la trascendencia de su mensaje entre los nativos. Pero, además de a la predicación, el religioso también dedicó buena parte de su estancia en tierras aztecas a la construcción de asentamientos llanos y accesibles para los indígenas, a los que enseñó albañilería. También colaboró en la creación de una red de hospitales en la zona.



Una de las principales obras de Fray Juan Calero fue la fundación de la ciudad de Tequila y la construcción de los conventos de las localidades de Ahualulco de Mercado y Etzatlán, lugar en el que se instaló y donde está enterrado.



Los problemas para el franciscano llegaron con la guerra de Mixtón, una sublevación indígena encabezada por Coaxicar ante los abusos de algunos conquistadores españoles, quienes dieron al traste con el proceso de evangelización al tratar de eliminar toda la cultura prehispánica, a lo que los nativos se opusieron con violencia.



En Mayo de 1541, los indígenas de Tequila, Ahualulco y Ameca se unieron a la rebelión, remontándose al cerro de Tequila, guiados por Tenamaxtli. El 5 de Junio, Fray Juan Calero, en un intento por frenar el levantamiento, fue al cerro a pacificarlos, invitándolos a bajar, pero fue sacrificado a flechazos y pedradas. Según se narra en el documental, repleto de testimonios, los indígenas despojaron al franciscano de sus hábitos, le sacaron los dientes y le quemaron la cabeza. Tras ser martirizado, el religioso permaneció a la intemperie durante cinco días. Según cuenta la leyenda, su cuerpo, que exhalaba olor a flores, fue hallado incorrupto el 10 de Junio y trasladado al convento de Etzatlán.



A partir de ese momento, el lugar en el que se encontró su cadáver se convirtió, gracias al fervor de quienes le conocieron, en una especie de santuario alrededor del cual se formó, años después, una ciudad a la que bautizaron como San Juanito de Escobedo en su honor. Los cronistas locales aseguran que el fraile fue asesinado en el lugar que ahora ocupa el altar de la iglesia de dicha localidad.



Al martirio de Fray Juan Calero siguió el de otros tres franciscanos que, como él, cayeron a manos de los indígenas insurgentes: Fray Antonio de Cuéllar, Fray Francisco Lorenzo y Fray Juan Francisco.



Cuatro siglos después, Bollullos de la Mitación quiere mantener la vigencia de la labor de su paisano con un acto institucional en la comarca de Valles que tendrá lugar el día 14, una jornada en la que la localidad aljarafeña se hermanará con 11 ciudades mexicanas en torno a la figura de Fray Juan Calero.