Nuevo libro sobre Antonio Molle Lazo de un monje benedictino del Valle de los Caidos:
Antonio Molle Lazo (1915-1936) - Cantera Montenegro, Santiago - Balmes Llibreria S.L.
ANTONIO MOLLE LAZO, RUEGA POR NOSOTROS Y AYÚDANOS DESDE EL REINO DE LOS CIELOS
Expuesto por el correligionario Pepe del Reino de Valencia en el Foro de Debate Carlista - http://www.network54.com/Forum/56549...desde+el+Cielo
Estimados Correligionarios:
Cuando escribo estas lineas, siento a nuestro Requeté Antonio Molle y sus 21 primaveras como una rosa entre la chusma roja y atea de aquellos tiempos del diablo. Con el sufrimiento de Antonio, como puerta a la Gloria, los Ejércitos Carlistas consolidaron la razón de su lucha por la Santa Causa de Dios y España.
( Noticia del " Diario de Jerez " de 23 de Junio de 2007 )
Nuevo libro sobre Antonio Molle Lazo de un monje benedictino del Valle de los Caidos:
Antonio Molle Lazo (1915-1936) - Cantera Montenegro, Santiago - Balmes Llibreria S.L.
Antonio Molle Lazo (1915-1936). Juventud, ideales, martirio
Ediciones Scire
Barcelona, 2009, 136 pág.
ISBN: 978 84 936642 2 0
Precio: 10 €
Pedidos: http://www.balmeslibreria.com/
«El martirio de Antonio Molle es estremecedor,impresionante, impacta en lo más hondo
de cualquier sensibilidad humana no endurecida y llega hasta lo más íntimo del alma cristiana.
Me produjo una gran impresión interior la primera vez que lo leí completo, y desde entonces lo medité muchas veces. Pero ahora,al relatarlo por escrito, he de decir que he llorado y he tenido que detenerme, y lo mismo al repasarlo. Las lágrimas me han saltado abundantes: por una parte, por compasión hacia el sufrimiento humano del muchacho; pero, por otro lado, también por una bien entendida emoción religiosa. He sentido de cerca el valor de Antonio y me ha conmovido el estar escribiendo una biografía de alguien ante quien me he sentido profundamente indigno, y he dado gracias a Dios por habernos regalado un joven de su talla, por habernos dado un modelo así a la Iglesia y en particular a los españoles»
Santiago Cantera Montenegro (Madrid, 1972) es monje benedictino en el Valle de los Caídos y doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor en laUniversidad San Pablo-CEU y tiene otros once libros publicados, como la síntesis Los monjes y la cristianización de Europa (Madrid, 2006, en colaboración con Margarita Cantera Montenegro), la monografía histórica Los cartujos en la religiosidad y la sociedad españolas: 1390-1563 (Salzburgo, 2000), el ensayo biográfico San Bernardo o el Medievo en su plenitud (Madrid,2001), el estudio teológico La Virgen María en el magisterio de Pío XII (Madrid, 2007) o el ensayo La crisis de Occidente (Madrid, 2008).
- Reciente libro de Santiago Cantera sobre Antonio Molle Lazo
- Seminario de formación Madrid 17 octubre
Madrid, septiembre 2009. Recensión de José Miguel Gambra.
Reciente libro de Santiago Cantera sobre Antonio Molle Lazo
Le habían reventado un ojo, cortado las orejas y probablemente la nariz; de su cuerpo todavía manaba sangre, que manchó un crucifijo y el suelo de la iglesia donde se celebraba su primer funeral. Nadie se atrevió a limpiarlos; los asistentes dejaron en su sitio los oscuros lamparones y recogieron como reliquias el crucifijo y diversos objetos personales del que ya tenían por mártir y santo.
No se trata de una historia sacada de las Actas de los Mártires. No es la narración de la muerte de San Cipriano, que en el 258, murió degollado bajo la persecución de Valeriano y fue acompañado al campo de su martirio por una multitud de fieles que extendieron sábanas donde había de caer su cuerpo, para que no se perdiera ni una gota de la sangre del mártir. Tampoco es la historia de un suplicio a la manera de Bizancio, donde los verdugos, al servicio de las intrigas medio palaciegas, medio teológicas, se entretenían en sacar los ojos y cortar la lengua antes de rebanar la cabeza a los enemigos del Basileus. No, es la descripción de unos acontecimientos que han presenciado los contemporáneos de nuestros padres o abuelos, y que sucedió aquí, en Peñaflor, a orillas del Guadalquivir, en Sevilla.
Su protagonista no fue un gran obispo del siglo tercero, ni un abad enfrentado a las herejías trinitarias o defensor de las imágenes contra los iconoclastas del siglo VIII, sino de un muchacho de lo más corriente, hijo de un agente comercial de poca monta, preocupado por obtener trabajo, como cualquier joven de hoy, y cuya madre le propinó un bofetón por llegar tarde a casa. Eso sí, sus diversiones transcurrían en el circulo carlista de Jerez y sus disputas, y peleas callejeras se producían porque no consentía que se blasfemara en su presencia o porque pegaba carteles de la Comunión Tradicionalista. Es decir, que ese chico tan corriente no era nada común. Era Antonio Molle Lazo, que, en 1936, defendiendo Peñaflor con unos cuantos requetés del Tercio de la Virgen de la Merced, fue aprisionado por los milicianos. Le torturaron largamente, instándole a gritar "muera la religión" o "viva Rusia" para salvar la vida, igual que los procónsules romanos prometían la libertad a los cristianos que juraran por la divinidad del emperador. Él sólo contestaba dando vivas a Cristo Rey y a España. Murió finalmente fusilado con los brazos en cruz y gritando otra vez "¡viva Cristo Rey!". No le dieron el tiro de gracia para prolongar el sufrimiento.
Chesterton, Tomás Walsh y Luis de Wohl, cada uno con su estilo, muy diferente en conjunto a la ampulosidad retórica de otras épocas, son egregios ejemplos de la literatura hagiográfica, cultivada desde sus primeros tiempos por el cristianismo, con esmero y profusión. Dentro de ese género literario, la biografía de los mártires y la descripción de su sacrificio ocupan un lugar destacado, no sólo porque su vida suele ser ejemplar, sino porque no hay testimonio más creíble que el que ha sido sellado por la tortura y la muerte. Otro importante capítulo es la biografía de santos todavía no reconocidos por la Iglesia, que se han escrito con el fin de obtener su beatificación y canonización. Conocida es la importancia que tal efecto tiene la vox populi de los católicos y la difusión de la devoción al santo.
Fray Santiago Cantera, digno émulo de otro conocido biógrafo de santos, Fray Justo Pérez de Urbel, benedictino, como él, de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, ha publicado recientemente un libro sobre Molle Lazo, que se inscribe en esas dos categorías hagiográficas. Aunque avezado historiador profesional, ya antes de entrar en la orden de san Benito, aunque doctor y profesor universitario, aunque autor de de minuciosas investigaciones y profundos ensayos, Santiago Cantera ha descendido de su pedestal académico para ofrecer una semblanza asequible a cualquiera.
El libro, ameno y emotivo, sintetiza en pocas páginas cuanto hace falta para entender lo que ocurrió en Peñaflor, aquella tarde del 10 de agosto del 36 en que mataron a Antonio. Narra, desde luego, su vida y sacrificio, pero, a la par, describe las circunstancias históricas en que se desarrollaron los hechos, así como los ideales carlistas que inspiraron la heroica muerte de ese requeté que fue Molle Lazo. Toda esa información, sabia y ágilmente dosificada, escrita con contagiosa emoción, logra su primer propósito de inflamar el deseo de emulación para quienes vivimos en mundo cada vez más parecido al del protagonista. Verdad es que no hay peligro inmediato de que torturen a los confesores de la fe en España. Pero las próximas leyes laicistas sí darán ocasión para el enfrentamiento, para sufrir el menosprecio, el ridículo y la sensación de abandono, incluso por parte de los eclesiásticos. A la postre, a tales padecimientos por Jesucristo se refiere la última bienaventuranza, y bueno es tener ejemplos próximos que imitar.
Quiere esta obra, además, favorecer en lo posible la beatificación y canonización de Molle Lazo.. Porque, setenta años de su martirio, a pesar de su extendidísima fama de santidad, basada en testimonios directos de su martirio, a pesar de los favores que se le atribuyen y de los precedentes, todavía no ha alcanzado los altares. Uno de los aspectos más interesantes del trabajo de Cantera es la muy convincente argumentación a favor de la beatificación, por la que empieza y termina su obra.
En suma, un libro fácil de conseguir y de leer, pequeño en tamaño y grande en el provecho que de él puede sacarse, tanto espiritualmente, en el combate interior, como en la batalla exterior contra los enemigos de la fe en España. Domingo Fal-Conde Macías le ha puesto un sentido prólogo, cuya conclusión es también la nuestra:
Leamos las páginas de esta vida de Antonio Molle con la devoción que merecen y, después, dejemos que la providencia y la mano de María nos guíen en el servicio de España, de una España para Dios.
Cantera Montenegro, S., O.S.B., Antonio Molle Lazo (1915-1936). Juventud, Ideales y Martirio. Ediciones Scire, Barcelona 2009. 13 x 19 cm, 136 páginas. ISBN 978-84-936642-2-0. Depósito Legal B-7098-2009
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El Círculo Cultural Antonio Molle Lazo inaugurará sus seminarios de formación del curso 2009/2010 el sábado 17 de octubre (D.m.), a las doce del mediodía, con la intervención de Fray Santiago Cantera Montenegro O.S.B., bajo el mismo título de su reciente libro: Antonio Molle Lazo (1915-1936). Juventud, Ideales y Martirio.
Tendrá lugar en la Fundación Francisco Elías de Tejada, C/. José Abascal (ant. General Sanjurjo), 38, bajo izquierda (Metro Alonso Cano, Gregorio Marañón, Iglesia), de la villa y ex corte de Madrid.
Más información: teléfono 639571159. Correo electrónico
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Jerez de la Frontera, 25 septiembre 2009. (Felipe Morenés y de Giles). Ayer 24 de septiembre era el día de nuestra Patrona la Santísima Virgen de la Merced. Por ello se le ha dedicado una fervorosa novena y por su Basílica han desfilado miles y miles de jerezanos para rezarle y postrarse a sus plantas.
Jerez era un ascua de personas en las calles. Una preciosa tarde de otoño mecida por una suave brisa de levante. Eso sí, hizo calor a primera hora de la tarde.
El paso de la Patrona, engalanado de nardos que perfumaban la Basílica y las calles. El Obispo Ilmo. y Reverendísimo Sr. D. José Mazuelos Pérez ofició la solemne pontifical pronunciando una hermosa y valiente homilía. Nuestra primera Autoridad Municipal, D.ª Pilar Sánchez Muñoz, cumpliendo una antigua tradición, realizó una ofrenda dando gracias a la Patrona y pidiéndole por los desfavorecidos. Lastima que pertenezca a un partido (PSOE) que hiere a nuestra religión, la veja e insulta y proclama leyes asesinas como la Ley del Aborto. Quita la sagrada Cruz de los colegios y centros públicos. Lo otro no es consecuente. Casi una burla diría yo.
Pues bien, con emoción, el glorioso estandarte del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Merced desfiló de nuevo por las calles de Jerez demostrando así que sigue viva la tradición. Que la sangre vertida por los que asieron el asta de esta bandera sagrada ha brotado en fecundidad. Que desafía los embates de los enemigos de España y de la Comunión Tradicionalista manteniéndose erguida frente a la blasfemia, al anticlericalismo, a los ataques a la religión que reverdecen en cada época manifestado por los herejes, los hijos de Lucifer que no ceden en su odio al Supremo Hacedor.
Antonio Molle Lazo, tu martirio no está olvidado. Tu valor, tu heroísmo, tu generosidad se expande con la vitalidad de tu sangre joven derramada en defensa de Dios, Patria y Rey.
Por gentileza del Sr. Marqués de Villarreal de Burriel se ha incorporado una fotografía de la bandera que desfiló ayer en Jerez de la Frontera, en el área Fotos de las páginas para suscriptores de FARO, álbum Tercio Nuestra Señora de la Merced.
Noticias anteriores sobre el proceso de beatificación de Antonio Molle Lazo y sobre actos en su honor, con presencia de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, en el área Mensajes de las páginas para suscriptores de FARO
Círculo Cultural Antonio Molle Lazo Círculo Cultural Antonio Molle Lazo
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ANTONIO MOLLE LAZO
Presente!!!
ANTONIO MOLLE LAZO
Ora pro nobis!!!
Que tu heroísmo de cambatiente por la Causa de Dios-Patria-Fueros-Rey nos de fuerza y coraje para no aflojar.
Que tu martirio sea ejemplo permanente en estos tiempos aquerónticos y lumbre esperanzada, pues ante Dios no hay heroes anonimos.
Ya tenfo encargado el libro sobre su vida, curiosamente he leido lo mataron en Peñaflor, cosa que desconocia, dicho pueblo lo conosco.
Estoy impaciente por leerlo.
Saludos
Seminario de Formación
"Antonio Molle Lazo (1915-1936). Juventud, Ideales y Martirio"
dirigido por Fray Santiago Cantera Montenegro O.S.B.
Sábado 17 de octubre, 12 h.
Fundación Francisco Elías de Tejada
C/. José Abascal 38, bajo izda.
Madrid
Correo electrónico
Madrid, 17 octubre 2009. Aforo completo en el primer seminario de formación del Círculo Cultural Antonio Molle Lazo del curso 2009/2010. Fray Santiago Cantera Montenegro O.S.B. habló sobre "Antonio Molle Lazo (1915-1936). Juventud, Ideales y Martirio". Se agotaron los ejemplares de su libro del mismo título que la organización puso a disposición de los asistentes, que fueron dedicados por el autor.
FARO publicará próximamente reportaje sobre este seminario. La próxima gran cita del Carlismo madrileño será, D.m., la cena de Cristo Rey, el próximo sábado 24 de octubre. A los postres intervendrán Julio Alvear, Javier Martínez-Aedo y Manuel de Santa Cruz.
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Cuanto me hubiera gustado estar.
Jerez de la Frontera, 11 agosto 2010. Nuestro colaborador E G Martín Vicente nos envía esta crónica de los actos de ayer:
Actos conmemorativos del 74º aniversario del martirio de Antonio Molle
En la tarde del día 10 de agosto de 2010, festividad de San Lorenzo, se celebraron, un año más, los actos conmemorativos de la muerte del mártir carlista Antonio Molle Lazo, ocurrida en Peñaflor (Sevilla) en tal día de 1936.
Es sabido que el horrendo y sañudo suplicio que le infligieron los secuaces del Frente Popular --donde el PSOE y el PCE, entonces sin el disfraz de IU, eran dos de sus organizaciones relevantes-- revistió todos los visos de una muerte martirial; hasta el último hálito de vida consciente, Antonio no cesó en sus vivas a Cristo Rey.
El acto comenzó a las 18:00 en la basílica jerezana de Nuestra Señora del Carmen Coronada --templo que acoge el mausoleo del mártir-- con la reunión plenaria de los miembros de la Asociación Pública de los Fieles de Cristo Rey, entidad constituida con la finalidad de mantener la devoción a la figura de Antonio Molle y con el encomiable propósito de proporcionar la colaboración precisa para que su proceso de canonización llegue a buen término.
Al margen de cuestiones de puro trámite e índole estatutaria, la Junta de Gobierno de los Adoradores planteó gestionar ante el señor obispo de Jerez de la Frontera, D. José Mazuelos, dos actuaciones para vigorizar el proceso de canonización del mártir de la Tradición y derivadas tanto del cambio de titular de la diócesis como del abandono como postulador de la causa de D. José Francisco Guijarro, y que pasan por la solicitud de retornar nuevamente a la jurisdicción eclesiástica de Jerez de la Frontera el expediente de canonización así como el nombramiento de un nuevo postulador para la causa de canonización.
Dentro de esta asamblea se recogieron las palabras de un asistente que no podemos dejar de reflejar por la honda emoción que suscitaron entre los presentes: refirió cómo las actuales Hermanas de la Cruz de Peñaflor, la vida de cuyas mayores fue salvada en buena medida por la actuación de Antonio Molle, aunque ello le costara la suya, le siguen rezando diariamente dado que ellas le consideran nuestro santo.
En el Convento de la Cruz, arquitectónicamente diferente de aquel que ocupaban las religiosas en 1936, las hermanas conservan la cruz que coronaba el monolito erigido en el lugar del martirio de Antonio y que fue arrasado por los herederos políticos de los frentepopulistas; en parte por el odio visceral que siguen destilando contra figuras de su significación y presumiblemente para ir borrando huellas de los crímenes contra el género humano cometidos por sus antecesores en los años treinta.
Finalizada la asamblea de los Fieles de Cristo Rey, a las 20:00 se ofició una misa en la que el celebrante, además de glosar la figura generosa y piadosa de Antonio Molle, elevó preces por su eterno descanso.
Sobre las 20:45 se pasó a rezar un responso a la capilla de Cristo Rey, donde se encuentra el mausoleo de Antonio Molle, engalanado este año con el banderín del Tercio de Nuestra Señora de la Merced, depositado por un hijo de Victoriano Ruiz, compañero de armas de Antonio y con el propósito de mantenerlo permanente junto a los restos de quien, sin duda fue el más meritorio requeté de esta unidad. El silencio que se respiraba en la capilla luego de los rezos era un reflejo sobrecogedor de la densa y contenida emotividad ambiental.
Finalizado el responso, D. Sixto de la Calle, antiguo combatiente del Tercio de la Merced que conoció personalmente al mártir de la boina roja --como le denominó otro de sus biógrafos, D. Ángel García-- y que ha hecho objeto vital de su dilatada vida el evitar que la figura de Antonio no sólo no quede relegada al ostracismo sino que desde los Adoradores de Cristo Rey ha manejado cuantos resortes ha podio para perpetuar su memoria, estando a la espera de contemplar el que quizás sería su mayor anhelo: la canonización de su correligionario de Tercio.
D. Sixto nos recordó, entre otros detalles, cómo estando acuartelado con Antonio, éste ya previó que la contienda recién comenzada se avecinaba larga, cuando la mayoría pensaba que sería algo rápido, similar a las asonadas decimonónicas.
Entre vivas muestras de simpatía, D. Sixto nos habló de la visita al mausoleo de S.A.R. D. Sixto Enrique de Borbón años atrás; en esa misma línea de cordialidad citó elogiosamente tanto a algunos destacados miembros del Círculo Cultural Antonio Molle Lazo, principalmente el profesor Miguel Ayuso, como a la revista Verbo.
Con toda certeza, fue una de nuestras mayores y más sentidas satisfacciones, el conocer a familiares directos de Antonio Molle, concretamente a su sobrino Manuel y a su sobrino-nieto, Antonio; los cuales asumen con todo orgullo la herencia moral de su tío.
D. Manuel Molle nos evocó la visita que recibió en los años sesenta de los a la sazón Príncipes de Asturias, SS.AA.RR. D. Carlos Hugo de Borbón y su esposa Dª Irene, todavía entonces fieles al espíritu de la Comunión Tradicionalista-Carlista. Y su hijo Antonio nos hablaba de la desazón que produjo en su abuelo, el hermano de Antonio, el nombramiento del actual inquilino de La Zarzuela por quien entonces lo podía todo en el terreno temporal de España.
Nos anticiparon que la casa familiar situada frente a la Basílica del Carmen se encuentra en fase de restauración con el objeto de instalar allí, a modo de museo familiar, los numerosos recuerdos personales que poseen de Antonio, algunos verdaderas reliquias como su boina carlista ensangrentada o la bandera en la que fue amortajado por los correligionarios del Tercio.
Nos hablaron de que la adscripción de Antonio Molle a la Comunión Tradicionalista, se explicaba además de por el carácter resueltamente católico de esta organización y su movilización para defender centros de culto ante la barbarie republicana, por ser los Molle una familia de recios carlistas de al menos dos o tres generaciones anteriores a la de Antonio.
Rematamos esta crónica, como no puede ser menos, con: Antonio Molle RUEGA POR NOSOTROS, para mantener nuestra perseverancia en la Causa de la Legitimidad para las Españas, y que un día no lejano, nos sea permitido contemplar tu santidad reconocida en los altares.
Fotografías de aniversarios anteriores del martirio de Antonio Molle en el área Fotos de las páginas para suscriptores de FARO
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Antonio Molle: juventud, ideales y martirio
Articulo publicado en Historia en Libertad el 12 de agosto de 2011El 10 de agosto de 1936 moría en Peñaflor (Sevilla) el joven Antonio Molle Lazo, de 21 años de edad, a manos de una turba de milicianos frentepopulistas.Era un muchacho afiliado al tradicionalismo y encuadrado en una unidad de requetés de Jerez de la Frontera que aún se encontraba en período de formación y que con el tiempo gestaría el Tercio de Nuestra Señora de la Merced. Fue capturado en combate, pero cayó asesinado siendo ya prisionero. ¿El motivo de su muerte? No consentir en renegar de su fe en Cristo y de su amor a la España católica.Breves trazos de su vida
Antonio Molle había nacido en Arcos de la Frontera (Cádiz) un 2 de abril de 1915, que aquel año era Viernes Santo, y al poco pasó por delante de la casa la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno: todo parecía presagiar desde el principio el final martirial de nuestro personaje. Hijo de Carlos Molle Gutiérrez y de María Josefa Lazo, fervientes católicos y de firmes convicciones patrias, aprendió de ellos la firmeza en los principios, la devoción religiosa y el valor de la vida familiar.A los cinco meses marcharon por motivos laborales del padre a Jerez de la Frontera, donde se asentarían definitivamente. No se puede decir, desde luego, que la familia conociera en ningún momento una situación económica boyante, sino que siempre vivieron de forma más bien modesta: en ocasiones incluso el padre y los hijos quedaron en el paro laboral. En Jerez, Antonio se formó en la escuela y creció en su primera etapa de niño y adolescente en el Colegio del Buen Pastor de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle). No destacó nunca en los estudios, que le costaban bastante, pero sí lo suplió, en cambio, por el notable esfuerzo puesto en ellos.
Asimismo, resaltó por su calidad humana en el trato con los demás, la reciedumbre de carácter que poco a poco se iba forjando y la piedad religiosa que mostró desde pronto como miembro de las congregaciones devocionales que los Hermanos de La Salle tenían en el colegio. También se inició de forma temprana en el amor a Jesucristo Rey, conforme a la instauración de su fiesta por el papa Pío XI en 1925, año en el que precisamente recibió la primera Comunión. Por otro lado, recibió de niño el escapulario del Carmen, quedando vinculado al convento de los carmelitas calzados de Jerez como terciario seglar. Resaltó ciertamente por su devoción mariana y por el rezo del Santo Rosario.
Uno de sus compañeros ofrecería este testimonio: “Antonio fue un congregante y un colegial modelo. Cumplió siempre con exacta fidelidad todas sus obligaciones, y ya entonces podíamos admirar en él que era joven que no consentía jamás el mal en su presencia, y augurábamos todos que había de ser un defensor formidable de la religión en estos calamitosos tiempos”. Otro amigo afirmaría: “Antonio no podía tolerar que en su presencia se faltase lo más mínimo a Dios, a la religión y a la caridad con sus compañeros”.
A los 15 años, en 1930, terminó sus estudios en el colegio, si bien permaneció unido a él mediante la asociación de antiguos alumnos y en las prácticas de piedad y los entretenimientos de éstos, y emprendió la vida laboral. En un primer momento, fue admitido como meritorio en la estación de ferrocarril de Jerez de la Frontera: un empleo en el que no ganaba un salario, sino que había de hacer méritos para poder pasar a ocupar una plaza ya remunerada. Jamás escondió su fe religiosa en un ambiente más bien hostil, dominado por los marxistas, sobre todo socialistas, quienes finalmente consiguieron a nivel nacional que los empleos ferroviarios quedaran restringidos a hijos de trabajadores del ramo.De este modo, Antonio Molle se vio en la calle y hubo de buscar trabajo. Lo encontraría como escribiente en unas bodegas y más tarde como taquillero en un teatro, conociendo la realidad del paro obrero en algunos momentos breves, dada la crítica situación económica de la España republicana. Junto con su padre, participó en algunas asociaciones profesionales, pero experimentaron cómo eran crecientemente manipuladas y desviadas por los elementos marxistas hacia sus objetivos políticos.
En todo este tiempo, Antonio fue forjando una personalidad firme en sus convicciones, hasta el punto de animar a otros amigos a ir a las iglesias de los barrios más conflictivos para asistir a la Santa Misa, a pesar de las amenazas de los socialistas a los católicos que vivían allí o que iban a esos templos. También procuraba evitar que sus amigos se dejasen llevar por conversaciones y actitudes que pudieran conducirles hacia la pérdida de la virtud e inclinarse a una vida de vicio. Fue muy aficionado al deporte para evadir los peligros morales que pueden acechar en los años jóvenes y además mediaba en las frecuentes peleas en los juegos.
Con 16 años, en 1931, Antonio Molle se afilió a la Juventud Tradicionalista, que contaba con una sección de cierto relieve en la céntrica y conocida calle de Francos, de Jerez de la Frontera. La simpatía hacia el carlismo le venía por línea familiar, pero fue ante todo la defensa de la fe, de la España católica y de los derechos de la Iglesia lo que le decidió a dar el paso. Le gustaba mucho asistir a las reuniones y tertulias del Círculo Tradicionalista y de la Sección de Juventud, tratar con sus amigos acerca de los problemas presentes, entretenerse allí mismo en distracciones y juegos, comprometerse en las actividades, etc.
Se ofrecía voluntario para acudir disfrazado a los mítines en los que se alentaba a las masas contra la religión, con el fin de conocer los planes de los revolucionarios y poder tomar las precauciones necesarias para evitar el asalto a iglesias y conventos y saber las líneas directrices que se marcaban en otros aspectos con que se pretendía extirpar de España la fe católica. Con valentía se entregaba a colaborar en las campañas electorales y en la distribución de la propaganda y pegadas de carteles, pese a la violencia desencadenada por las formaciones marxistas.
Camino hacia el martirio: el tiempo de prisión
En febrero de 1936, el Frente Popular llegó al poder y se acentuó la persecución religiosa. El 2 de abril, día de su cumpleaños, habían de pasar por la estación de ferrocarril unos batallones del Ejército y Antonio fue con un montón de hojas debajo del brazo para repartirlas entre los soldados al grito de: “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Rey!”.Poco después fue detenido y conducido a la cárcel de Jerez. Allí, como los antiguos mártires, se mostró pleno de alegría y entonaba los numerosos cánticos religiosos que conocía, como el Cantemos al Amor de los amores, el Corazón Santo, Tú reinarás y la Salve, Regina. Frente a las prohibiciones de los carceleros para cantar, se dedicó a escribir en las paredes la letra, con lo cual hubieron de dejarlo por imposible.
Recibía la visita de sus amigos y sólo lamentaba no poder oír la Santa Misa ni comulgar, ya que estaba prohibido. Así que se entregó de lleno al rezo del Santo Rosario, solo o con otros católicos que fueron llegando también allí por la persecución religiosa y política que se estaba desatando en España. Pidió a los amigos que le llevaran libros religiosos y sobre todo se dedicó a leer con gran interés las historias de los mártires, encontrando gran consuelo en lo que ellos habían padecido, a la vez que pensaba que lo que él sufría no era digno de parangonarse con sus gestas.En poco tiempo, el alma de Antonio se estaba transformando hacia una entrega absoluta, heroica y martirial. Su modelo eran los mártires y su corazón se encendía cada vez más en ansias de martirio por amor de Cristo, al que se pisoteaba en España. Otro devoto tradicionalista, encerrado con él en la cárcel de Jerez por aquellos días y con quien hablaba largos ratos, ha transmitido muchas de estas noticias y ha referido que le dijo un día: “Sufriré los más grandes tormentos antes que apostatar de mi Dios”. A la cárcel fue a parar asimismo su hermano Carlos, detenido por defender con otros jóvenes el convento de Santo Domingo de Jerez, de los dominicos, frente al asalto de las turbas marxistas. Por fin, el 16 de mayo, fue puesto en libertad.
El martirio
El 18 de julio de 1936, el Alzamiento iniciado en Melilla el día antes se extendió por otras partes de España y triunfó pronto en Jerez, Cádiz y Sevilla. Antonio Molle se reunió entonces con los otros “requetés”, los combatientes carlistas, para formar una unidad a disposición de las autoridades militares y que sería el origen del Tercio de Nuestra Señora de la Merced. Los requetés profesaban una sincera fe religiosa y una honda devoción, especialmente hacia Cristo Rey y la Virgen María, teniéndose a sí mismos como auténticos cruzados y confiando en la restauración de la España católica.
Después de afianzar el éxito del Alzamiento en Jerez, los requetés de esta ciudad marcharon a Sevilla para apoyar las operaciones del general Queipo de Llano y allí restablecieron la tradicional enseña española, roja y gualda. Desde Sevilla fueron enviados unos días después a la localidad de Peñaflor el 8 de agosto: el 6, fiesta de la Transfiguración y primer viernes, había comulgado con devoción.El día 10, fiesta de San Lorenzo, se celebró Misa en el convento de las Hermanas de la Cruz (fundadas por Santa Ángela de la Cruz), pues la iglesia de Peñaflor había sido profanada por los marxistas, y Antonio asistió y comulgó. Algunos han dicho que tal vez se ofreciera en ese momento como víctima de inmolación al Señor, según supusieron por el aspecto tan recogido que presentaba y porque cayó mártir a las pocas horas, pero no existe ningún otro dato que pueda corroborar esa victimación. Lo que sí es muy probable es que realizase una aceptación de la muerte, habitual entre los requetés.Ese mismo día 10 se produjo un fuerte ataque de los milicianos frentepopulistas a Peñaflor, que cogió de sorpresa a los defensores; el pueblo finalmente no sería perdido por éstos al llegar refuerzos, pero entretanto se produjo el martirio de Antonio Molle.
Habiendo permanecido para defender a las Hermanas de la Cruz y a otras mujeres, en un acto de caballerosidad, fue apresado por los milicianos, que le sometieron a una tremenda paliza y a vejaciones, burlándose de él e intentando hacerle blasfemar y renegar de su fe. Gracias a algunos testigos, el relato de lo acontecido es bien conocido. Intentaron varias veces que gritara: “¡Muera la religión!” y “¡Viva Rusia!”; a lo cual sólo respondía: “¡Viva Cristo Rey!” y “¡Viva España!” También, cuando le amenazaban con ir a matarle y a beber su sangre, dijo: “Me mataréis, pero Cristo triunfará”. De los labios de Antonio, sin embargo, no se escuchó ningún insulto. Ante su negativa a blasfemar y a renegar de la fe, le mutilaron las orejas y le sacaron los ojos y parte de la nariz, pero únicamente decía: “¡Ay, Dios mío!” y seguía profesando: “¡Viva Cristo Rey!” Recibía golpes en todo el cuerpo, pero fundamentalmente en la cabeza. Sobre su pecho seguía llevando, también ensangrentado, el “Detente” con el Corazón de Jesús sobre el fondo de la bandera española. Y, comprendiendo que llegaba ya su final, pues uno de los asesinos dijo que iba a dispararle, extendió cuanto pudo sus brazos en forma de cruz, colocó sus piernas asemejándose a las del Crucificado y, con todas cuantas fuerzas pudo sacar aún de su interior, gritó con voz potentísima: “¡Viva Cristo Rey!”
Entonces le fusilaron así, en posición de cruz. Cayó al suelo de la carretera, con los brazos abiertos y cruzada su pierna derecha sobre la izquierda. Algunas gotas de sangre habían coloreado sus alpargatas blancas. Eran aproximadamente las cuatro de la tarde. Conservaba todavía cierto movimiento y algunos quisieron rematarle, pero otro les gritó: “¡No arrematarlo, dejadlo que sufra!” Sin embargo, muchos no se contentaron con esto y le volvieron a propinar golpes y cuchilladas. Finalmente, dejó de respirar y su corazón se detuvo. Murió en la carretera y quedó allí solo.
Fama de santidad
Las fuerzas nacionales consiguieron finalmente mantener Peñaflor y entonces se recogió el cadáver de Antonio. De inmediato, los testigos contaron el relato de lo sucedido y se le dio fama de muerte martirial. En la iglesia, restaurado el culto tras las destrucciones y la profanación, se celebró una Misa por su alma y por otros caídos en la localidad. Los restos de su sangre fueron también enseguida besados por la gente. El cadáver, con honores militares, fue trasladado a Jerez de la Frontera, donde recibió sepultura, y tiempo después se llevó desde el cementerio a la iglesia del Carmen ante el creciente número de visitas de devotos a su sepultura.Por suscripción popular se construyó un monumento conmemorativo en Peñaflor y pronto se difundió la fama de su muerte martirial por toda España. Durante la guerra, corrieron estampas y oraciones entre los combatientes y entre la población civil por miles y miles, e incluso llegaron a varios países de Europa y de América.También empezaron a llegar noticias de curaciones atribuidas a él por intercesión milagrosa y se escribieron algunas biografías. Todo ello fomentó la idea de abrir el proceso de beatificación y canonización y se constituyó canónicamente ya en 1940 en el convento de Nuestra Señora del Carmen, de los Padres Carmelitas Calzados de Jerez de la Frontera, la “Junta de Cristo Rey”, actualmente Asociación de Fieles “Servidores de Cristo Rey”, desde la cual se trabaja en este fin, con gran empeño sobre todo por parte de quien fue amigo de Antonio Molle, D. Sixto de la Calle Jiménez.
Documental sobre la vida y la muerte de Antonio Molle
Antonio Molle: juventud, ideales y martirio | Tradición Digital
Jerez de la Frontera, 10 agosto 2013, San Lorenzo, diácono y mártir. (Corresponsal). Como recordó FARO a sus suscriptores, este sábado se cumplió el LXXVII aniversario del martirio en Peñaflor (Sevilla) de Antonio Molle Lazo, requeté del Rey Don Alfonso Carlos, del Tercio de Nuestra Señora de la Merced; nacido en Arcos de la Frontera, se crió y pasó casi toda su vida en Jerez, adonde se había trasladado su familia.
Como cada año, la Asociación de Fieles «Servidores de Cristo Rey» organizó una misa en sufragio por su alma, a las ocho de la tarde en la Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada. A continuación se rezó un responso en la Capilla de Cristo Rey de la misma basílica, donde reposan los restos del mártir.
Antes de la misa se reunieron en la sacristía de dicha basílica los miembros de la Junta de Gobierno de la asociación organizadora. Entre otros asuntos, fueron informados de la situación de la solicitud de inclusión del Mártir de Cristo Rey, Antonio Molle, en la causa de beatificación de mártires sevillanos que al parecer se está iniciando.
Tercio de Requetes Nuestra Seora de la Merced de Jerez de la Frontera
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1150853_694279957255704_195139134_n.jpgSepulcro del mártir Antonio Molle Lazo y bandera del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Marced. Capilla de Cristo Rey, Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada.
[Foto cortesía de D. Felipe Morenés y de Giles] — Jerez, Andalucia.
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1091554_694279973922369_1661688115_n.jpgReunión previa de la junta de la Asociación de Fieles «Servidores de Cristo Rey». Primero por la derecha, D. Felipe Morenés y de Giles. Tercero por la derecha, D. Sixto de la Calle Jiménez, requeté veterano del Tercio de Ntra. Sra. de la Merced, compañero del mártir Antonio Molle Lazo. [Cuarto por la derecha, D. Domingo Fal Conde, hijo de D. Manuel Fal Conde.] Quinto por la derecha, D. Carlos Sancho de la Calle, secretario de la Asociación de Fieles «Servidores de Cristo Rey».
Sacristía de la Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada.
[Foto cortesía de D. Felipe Morenés y de Giles]
Agencia FARO
Desgraciadamente, este año no pudo decir la misa el P. Jorge Loring. Pero, como siempre, la iglesia estaba llena, y no sólo de carlistas. Hay mucha gente que le tiene devoción a Antonio Molle, y no es raro que vengan hasta de rincones apartados de Andalucía.
Lo que no entiendo como no lo han beatificado junto a los 525 mártires en Tarragona, o quizás sí y no me he enterado. ¿lo sabe alguien?.
El proceso está en marcha, pero va a paso de tortuga. Es que, claro, si cuando te matan llevas puesto un uniforme militar, para colmo carlista, y estás del bando de aquellos malvados sublevados fachas, la cosa de pone un poco más difícil en estos tiempos en que impera lo políticamente correcto y está mal vista la Cruzada. Pero sigamos rezando.
Si la propia Iglesia española trata de salvar las apariencias no vayan a tildarla de facha, como ya vimos el otro día:
La CEE prohibe las banderas en la beatificación de los mártires del comunismo
¡Tibios!
Última edición por Hyeronimus; 14/10/2013 a las 13:32
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