Es tan sencillo como montarla en tu barrio, en tu municipio... No dejarles que se salgan con la suya.
La libertad de expresión empieza por decirles que no los quiero a ninguno. En voz alta y sin taparse la cara.
Hay mil maneras de hacerlo sin necesidad de incrustarle una bala en el cráneo a esta chusma, que no hay que hacerla "víctima"... Porque son los verdugos. La no-violencia que predico no me sale del fondo de mi ser, sale de mi pragmatismo brutal. De mi ser saldría fuego hasta carbonizarlos a todos (pero, estúpido cretino político-correcto que me lees, no te voy a dar la satisfacción de llamarme "facha"): por mucho que quiera destruiros a todos, lo vamos a hacer bien: con "talante", entre risitas... jejeje: cuando os vea en la miseria, os diré que ya sois solidarios, hijos de puta.
Quiero joder a todos mis enemigos (internos y externos) sin derramar su sangre podrida de fariseísmo (zoología inferior); aunque si no me dejan otra alternativa, la derramaría con mucho gusto con la mía: quiero con todo mi corazón vuestra destrucción, no es algo momentáneo (como lo que suele experimentar la gentecilla que os odia a ratos). Por eso, mi violencia física sólo será empleada en casos de defensa propia de mi integridad.
No os permitiré el gustazo de decirme violento. Pero juro que voy a joderos todo lo que pueda.
Sí que seríamos "violentos", pero (el serlo es propio de gentuza que no tiene inteligencia: como vosotros sois violentos femeninamente, felinamente, sin dar la cara, huyendo de los problemas que genera vuestra blandez ridícula y monstruosa), así que mejor no serlo: para no daros -a vosotros, basura traidora- la satisfacción de "acreditar" a esta mierda de infrahumanos que sois (todos los medias-tintas, también el PP) ante toda la masa acéfala y sentimentalona que lloriquea.
Os vais a encontrar con vuestra oposición. Os vais a encontrar frente a mí y a gente que piensa como yo... Y no vais a tener recurso alguno: no vais a poder escapar, entre vuestros lloriqueos cobardes, del instrumento más infernal que imaginais, el mismo que os suprimirá para toda la eternidad.
Hundirlos, pero a risotadas. ¿Es que nos falta sentido del humor? A mí no me falta. Me rebosa la mala leche.
Ridiculizarlos.
Decidme: ¿hay alguien que os odie tanto como yo, cuándo tanto os conozco? Si lo hay, lo conoceré y juntos... Os amargaremos la vida.
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