Revista FUERZA NUEVA, nº 133, 26-Jul-1969
Diario de un ingenuo
Tenemos a la vista el último (1969) panfleto lanzado por esos clérigos al servicio del terrorismo separatista, a los que ya comienza a denominarse en el País Vasco el “agit-prop de sacristía”. El nuevo documento se refiere a las “terribles” persecuciones que sufren ciertos clérigos dedicados a la piadosa actividad de ayudar a terroristas asesinos. Y patalean de que la Jerarquía no haya conseguido del Estado una credencial de “00” para los curas que han decidido sustituir a Cristo por la metralleta. El “00”, como saben muy bien los admiradores de James Bond significa “licencia para matar”. Una licencia que, hasta la fecha, no estaba incluida entre las que se confieren con el sacramento del Orden Sacerdotal
Dirá alguien que no se sabe que ningún cura haya sido el que disparara contra las víctimas del terrorismo en el País Vasco. Es cierto. Pero también es cierto que tan culpable como el que mata es el que crea el ambiente que hace posible el crimen; el que colabora en el mismo; el que lo inspira; el que lo ampara; el que lo justifica; el que lo exalta.
***
Se dice, con razón, que no hay libro malo que no contenga algo bueno. Igual puede decirse de los panfletos, incluso de los de peor intención. En el que comentamos puede leerse, a propósito de que los curas separatistas encarcelados en Zamora están separados de los presos comunes (como, por otra parte, previene el Concordato): “No se teme tanto que el preso contagie al sacerdote; espanta que el sacerdote contagie a los presos”. Naturalmente que espanta. Espanta la simple insinuación de que haya sacerdotes que pueden contagiar moralmente a ladrones, homicidas… Y son ellos quienes lo dicen…
***
Pero lo más curioso son las condiciones discriminatorias que, según el panfleto, se utilizan en la cárcel donde se encuentran encerrados los curas separatistas. Entre otras de escaso interés, señala las siguientes:
-“Aislamiento total”; sólo sacerdotes. ¿Y cuando sean pocos?...
-Se recibe la Prensa censurada, llegando a recortar figuras de mujer en los anuncios...
-No han dejado pasar el Catecismo Holandés…
Poco comentario merecen tan “duras” cadenas. A nosotros, de ser ciertas, nos parecen un exceso ingenuo y bien intencionado de atención hacia la condición sacerdotal de los presos: Mantener a los sacerdotes reunidos y separados de otros presos parece atención que debía ser agradecida. El que se recorten algunas figuras provocativas de mujeres en los periódicos que se pasan a tales sacerdotes, es de una ingenuidad enternecedora. No dejar pasar el Catecismo Holandés es hacerse eco de la protesta de los obispos contra su publicación en España. Esperamos que si un día los presos sacerdotes son vacunados contra el tifus no protesten ante la ONU por ofensa a sus derechos humanos.
En la última parte del panfleto, los autores se dedican a reprobar la conducta de monseñor Cirarda, quien, si ha tenido ocasión de leer el documento, y no faltará alma caritativa que se lo envíe, podrá meditar sobre las ingratitudes humanas o lo poco fecundas que resultan ciertas actitudes pastorales. Los autores se hacen eco de otra hoja informativa (procedente probablemente el mismo equipo de “agit-prop”), en la que, respecto a monseñor Cirarda, se dice que “tras agradecerle lo que de bueno -poquito- encontraron en su comportamiento, denunciaban estos puntos negativos en sus declaraciones”.
El primero es curioso: “Pública discriminación entre don José Ángel Ubieta y nosotros; a él le defendió públicamente, proclamándole inocente de forma exclusiva, dejando, en cambio, en entredicho, la actuación de nosotros en el mismo asunto”.
***
Pero estos son dimes y diretes en los que nosotros no vamos a intervenir, porque ellos se lo dicen todo. Sólo se nos ocurre repetir lo que preguntaba un viejo cristiano vasco tras escuchar a un sacerdote hablar de estas cosas: “Bueno, ¿y de la misa qué?” (…)
Juan Nuevo
|
Marcadores