… “Lo de San Sebastián fue una agresión prevista, pues no en vano conocemos de sobra los manejos de la Administración con el marxismo-separatismo, que permite, cuando no ampara por dejación de autoridad, la violencia cobarde y criminal no sólo de ETA, sino de los grupos comunistas, socialistas y los denominados «abertzales».
Revista FUERZA NUEVA, nº 594, 27-May-1978
SAN SEBASTIAN: DEFORMACIÓN INFORMATIVA
COMO es ya sabido, Fuerza Nueva organizó, el pasado domingo (21-5-78), en San Sebastián, un acto de afirmación nacional, con la legal autorización gubernativa.
En este acto, elementos «incontrolados» —como tal vez se diga en la literatura oficial— agredieron a tiros a los asistentes al mismo, sin la mínima provocación por parte de los que allí acudimos a escuchar el verbo patriótico y honesto, amén de valiente, de Blas Piñar.
Fue una agresión lógicamente prevista, pues no en vano conocemos de sobra el pactismo traidor de la Administración con el marxismo-separatismo que permite, cuando no ampara por dejación de autoridad, la violencia cobarde y criminal no sólo de ETA, sino de los grupos comunistas, socialistas y los denominados abertzales, que cotidianamente y en casi total impunidad están sembrando de terror, odio y caos esas provincias vascongadas.
Pero lo más odioso y reprobable fue el poder, por nuestra parte, testimoniar cómo el Gobierno, en este caso el gobernador civil de Guipúzcoa, con su nota oficial explicativa de los incidentes ocurridos, y las órdenes que, al parecer, dio a las Fuerzas de Orden Público, ha faltado a la verdad, actuando casi en complicidad con los agresores, al no dar las órdenes tajantes para «limpiar» a los mismos de sus inmediaciones al acto y trayecto posterior de los asistentes, así como, por el contrario, ordenar cerco total, con controles policiales a la ciudad, con el propósito de encontrar armas a nuestros militantes y proceder a la posible detención de los mismos.
Esto formaba parte de una clara maniobra, sin duda preparada ya con anterioridad al acto en sí, en detrimento evidente de Fuerza Nueva, sin que por el contrario le parezca peligrosa la actuación de las bandas de abertzales que diariamente realizan manifestaciones no autorizadas, insultando a España, quemando la bandera y agrediendo a las fuerzas de orden público. Y esto sin contar los crímenes cobardes, casi ya cotidianos, de ETA y sus secuelas terroristas, toda vez que esos elementos nocivos para la paz ciudadana y la sagrada unidad de España no merecen, al parecer, la debida atención represiva de la primera autoridad guipuzcoana.
En San Sebastián, el pasado día 21, Fuerza Nueva y los españoles que como tales acudieron al frontón Anoeta fueron los agredidos, los que sufrieron la violencia criminal de los enemigos de la Patria. No existió enfrentamiento indiscriminado «entre bandas de extremistas», sino un claro ataque a quienes asistían a un acto perfectamente legal, al que, le parezca mal o bien al señor gobernador, podía asistir todo español que lo desease, sin contar para nada su ubicación geográfica, como en ridícula objeción se refleja en la citada nota del Gobierno Civil de Guipúzcoa.
Claro es que nuestros militantes se defendieron con los medios que tenían a su alcance, y más cuando se sabía de antemano, por confidencias y amenazas directas recibidas, que el acto sería boicoteado, agredidos sus asistentes y Blas Piñar en peligro cierto de sufrir un atentado. Pero sólo eso: se defendieron de los ataques de que con armas de fuego y piedras fueron objeto en ese día.
Una defensa lógica y viril que no pasó a mayores acciones por nuestra parte (como sin duda podríamos haber hecho), por una petición muy concreta del comisario jefe de Policía directamente cursada a Blas Piñar, que por patriotismo y disciplina se acató y que condicionó a una actitud pasiva a nuestros militantes. Esto hizo no desfilar ni manifestarse por la ciudad, a la par que no lanzar al aire nuestras canciones ni enarbolar la bandera nacional en nuestros automóviles y autobuses, como era el deseo de todos y el ánimo patriótico de la totalidad de los militantes y de una gran parte de los españoles de San Sebastián, que esperaban esta actitud como respuesta válida a tanta provocación marxista-separatista, así como para dar testimonio de nuestra firme presencia en la capital donostiarra en defensa de España.
DEFORMACIÓN INFORMATIVA
La demagogia y la mala fe imperante en ciertos medios, oficiales o no, aparte de una clara beligerancia contra Fuerza Nueva, permite que impunemente, aparte de tergiversar la realidad ocurrida, se agravie a las personas, arrinconados toda ética y sentido del honor.
Así RTVE, en su información sobre los hechos ocurridos en San Sebastián, que más arriba comentamos, se permite la ignominiosa e incalificable denominación de «bandas extremistas» a quienes asistimos a tal acto de afirmación nacional, cuando si hay objetivamente que dar tal calificación —aparte de los grupos marxista-separatistas— habría, en justicia, que otorgársela a quienes en gran parte confeccionan y dirigen ese medio de comunicación colectivo oficial, que en lugar de estar al servicio de España, actúan sectariamente a las órdenes de un partido político que ocupa el poder y de los otros que le hacen el juego en la oposición, al servicio del internacionalismo marxista. (…)
Como mentira es hablar de «enfrentamiento» entre fuerzas extremas cuando no fue así, sino clara agresión a quienes de «extremo» no tienen más que su amor a la Patria. Y demagógico y falso es hablar de paz en Guipúzcoa cuando diariamente se asesina, se incendia y se agrede de todas formas a las FOP y se rompe la paz social por quienes militan en el marxismo-separatismo.
Ramón de Tolosa
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
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