O poeta é um fingidor, un embustero por lo tanto... pero uno que lleva el embuste para el sepulcro consigo, como un ilusionista lleva sus trucos. La misión del poeta es dar magia al mundo, porque mismo en la tristeza se puede ver belleza. Sú trabajo es fingir, como un actor, fingir y hacer con que los otros lo crean. Y, al final, despues de tanto fingir, tanto que chega a fingir que é dor, a dor que realmente sente, despues de encantar a todos... le queda el fado, el destino solitario de ser el unico que sabe... que todo es ilusión y embuste. Ese es su laurel.
Sigue fingiendo, Pá... finge siempre...
Un abrazo, poeta!
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