A todos los que practiquen zen propongo un koan para meditar: "¿Es más estúpido ser de derechas o de izquierdas?". Alcanzarán en breve el satori. Y lo digo porque la cosa no tiene solución. Parece que, en España, la bondad o maldad en el universo se decide por lo que dicen Zapatero o Rajoy, dependiendo de que el medio de comunicación sea de uno u otro signo. La OPA de Gas Natural sobre Endesa, amparada por el PSOE para satisfacer las condiciones del pacto del Tinell con sus socios, los independentistas de ERC, ha servido para que el "centro-reformista" en pleno se burle, no de la decisión concreta, sino de toda la doctrina económica que se opone a los designios del capital global. Que el PSOE apele al patriotismo para intervenir en el mercado es sólo un síntoma de cara dura. Pero de ahí a que los argumentos esgrimidos no tengan nada de aprovechable va un abismo.

Si el "centro-reformista" velara realmente por los intereses españoles, jamás habría permitido la inmigración masiva que fomentaron los dos gobiernos de Aznar para eliminar la "rigidez" del mercado de trabajo español. Tanto PP como PSOE han sentado unas bases favorables al capital transnacional y a este respecto, todos -todos- están de acuerdo.

Pero lo que no tiene nombre es que destacados "intelectuales" y "analistas", de izquierdas y derechas, se hayan sumado a la burla ramplona para ocultar a la opinión pública que los países occidentales, y muy especialmente los Estados Unidos, está en trance de desaparecer como potencia económica gracias al dogma neoliberal.

Nadie explica que el terrorismo y las pretensiones del nacionalismo periférico no son las únicas amenazas sobre España y su futuro. El ejemplo de los EE.UU. es muy claro y así nos lo cuenta el antiguo asesor económico de Ronald Reagan, Paul Craig Roberts, tras el análisis de los datos para aquel país correspondientes al período comprendido entre enero de 2001 y enero de 2006, que ha proporcionado la Oficina de Estadísticas del Trabajo (BLS). Dice Roberts: "Si usted se preocupa por el terrorismo, no sabe lo que es preocuparse".

No es de extrañar. Con la Administración Bush los EE.UU. han perdido 2.9 millones de puestos de trabajo, un 17% de la fuerza de trabajo total, debido a la deslocalización de puestos de trabajo a China e India, a la inmigración masiva –legal o ilegal- y a la adquisición de empresas norteamericanas por multinacionales que luego ajustan costos con despidos masivos. Tras ello hay una decisión política; en definitiva, una verdadera traición económica perpetrada por el liberalismo.

Guste a o no a Europa, esto es lo que está llegando ya y por eso que alguien hable de "patriotismo" en economía bien podría servir para abrir un debate que será vital para nosotros en los próximos cinco años. Por eso es una desgracia la proliferación de la mentalidad partidista.

Eduardo Arroyo

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